Leamos algo superficial (por Arantxa)

En mi mesilla de noche, junto a “Brooklyn Follies” (el primer libro que he leído de Paul Auster, una inyección de literatura que he devorado a golpe de suburbano), se amontonan ejemplares de revistas que nada tienen de literarias, revistas sin sustancia, que dice mi madre. Femeninas, se llaman, de las que soy devota compradora y lectora compulsiva.

El número de mayo de una de ellas reza así “El Gran Especial Cuerpo”. Dentro sólo veo cuerpos danone, esculpidos a la perfección, aburridamente impecables (esto me lo digo para que mi autoestima no decaiga). Quiero pensar que las féminas de las fotos sólo son fruto de la genética y del «estar-en-paz-contigo misma», que repiten machaconamente modelos, celebrities y actrices, como una letanía.

Aunque, siendo más realista, no puede ser que todo se lo deban estas chicas a los cromosomas. Ellas mismas confiesan que una dieta equilibrada, dos litros y medio de agua diarios y unos mimos básicos a la piel ayudan. Y así, en las páginas siguientes me encuentro con la dieta definitiva… para morirse de hambre.

En otra revista me topo con las lista de los 20 cosméticos (algunos de precios prohibitivos) más in para atenuar arrugas, matificar el tono de tu piel o domar a la rebelde celulitis. Creo que voy a hacerme con el tercero de la lista, fijándome en los precios de menor a mayor.

En la tercera aparece una relación de los centros estéticos con los tratamientos más innovadores. Con lo que me ha costado la depilación láser, al menos me permito el lujo de decirle a mi hermana que a uno de ellos voy yo, cada tres meses, y que, realmente, el vello se bate en retirada y te tratan como a una marquesa.

Os preguntaréis por qué, si mi discurso es el de una escéptica, me confieso adicta a estas revistas. Porque me hacen soñar. Gracias a ellas me visto con vestidos de noche extremadamente seductores. Me he enamorado de uno, obra de unos italianos geniales que hace justicia a las tan denostadas, por otros diseñadores, curvas femeninas. Me subo a tacones de 12 centímetros sin pagar el peaje del dolor de pies. Me imagino bañándome en alguna playa de arena blanca, muy lejos de las costas patrias, apenas vestida por uno de esos bikinis mínimos. Incluso, yo, que soy nívea y evito a Helios a golpe de crema, sombrerito, gafas de sol y demás piezas del uniforme playero, luzco un ligero bronceado sin riesgos para mi piel. Saco el sexy que llevo dentro, y que es difícil combinar con mi ajetreado día a día.

Sin duda, el más superficial, frívolo e inocuo de mis vicios.


11 respuestas a “Leamos algo superficial (por Arantxa)

  1. Si con tu vicio eres capaz de soñar, y sentirte más guapa aún me parece fantastico.
    Porque sentirse guapa es vital.
    No hay nada más seductor que una mujer que se siente guapa, por su sonrisa, por como la brillan los ojos, por como viste, por su tono de voz.

    Me gusta

  2. Pues a mi me gustan mucho, aunque reconozco que son caras, y la mitad de las páginas son de publicidad. Pero es como dice el post, que te hacen soñar y sacar la imaginación de supermujer sexy a pasear.

    Me gusta

  3. Pues yo de vez en cuando le compro alguna a $laquemesoporta y de paso flipo un rato con ciertos artículos. Claro que luego la pobre le toca aguantar frases del tipo «¿pero tu harías esto? ¿de verdad os gustan los hombres así? jajajaja

    Yo las veo como el MARCA pero con glamour, jejeje

    Me gusta

  4. Yo soy poco, poquísimo femenina en este tema, paso de las modelos, de la moda, y ese tipo de revistas no las suelo ver, si acaso le echo un vistazo en la peluquería, pero suelen mosquearme bastante… ¿cómo te pueden cobrar ese dineral por una publicación en la que el 90 por ciento de las páginas son publicidad?

    Me gusta

  5. Normalmente no tengo dinero para comprar estas revistas, son caras, pero aprovecho a empollarlas cuando voy a la pelu o al médico. Me encanta leer frivolidades, me descansa el cerebro.

    Me gusta

  6. Yo soy compradora compulsiva de este tipo de revistas (de belleza y moda) pero me da por rachas, de pronto un mes me compro 5 y luego estoy 5 meses sin comprar… lo mismo me pasa con las de decoración… no sabría decir que tienen que tanto me atraen y entretienen, pero así es… como dice Alaska:

    «Hagamos algo superficial y vulgar
    Algo tonto que hayamos hecho ya
    Cada día me cuesta un poco más
    Acostumbrarme a tanta vulgaridad»

    igual leyendo estas revistas me salgo mentalmente de la vulgaridad, porque no…
    Beso!

    PD para Chipilofan: amigo, no hacemos intercambio de enlaces, si te gusta el blog, nos encantará que lo referencies en el tuyo, aquí aparecen los blog que leemos, los blog de nuestros lectores y lectoras habituales, los blogs de amigos y amigas… pasaremos por tus enlaces, si nos engancha, ten por seguro que los enlazaremos.

    Me gusta

  7. Reconozco haberlas comprado alguna vez, hace años… y lo cierto es que siempre me han aburrido soberanamente. Los reportajes son cíclicos y estacionales (la celulitis de la operación bikini, el vientre plano de después del verano, los kilitos de más tras los excesos navideños).
    Soy una excéptica de la moda y la belleza… ¿seré poco femenina?

    Me gusta

  8. A mi me dan ganas de leerlas siempre cuando voy a la pelu, como a Moni. No soy consumidora de estas revistas aunque reconozco que son muy apetecibles… me pasa algo parecido como con las revistas de decoración.
    Son estas pequeñas cosas las que te abren la ventana a un mundo paralelo en un momento determinado 🙂

    Me gusta

  9. A mí me gusta leerlas, no las compro(me resultan algo caras), pero en la pelu, la fisio y donde me hago la depilación laser(un lujo, pero merece la pena) las tienen, y siempre las ojeo. Comparto contigo el dejar volar la imaginación, y a veces(muchas…)compensa leer algo un poco vanal!!!(Porque lo que si sé seguro, es que esas mujeres pasan más hambre que los pobres etíopes). Un beso

    Me gusta

Deja un comentario