Ya no te quiero (por Isa)

No hay día mejor que San Valentín, una exaltación de los corazoncitos de consumo, la versión occidental y moderna de lo que supone estar enamorado, para cagarse en el amor. Y es que lo del amor eterno es algo que a algunos les funciona… y a otros no, pero que en nuestra sociedad aún está muy mal visto reconocerlo.
En cualquier caso, lo duro no es reconocerlo sino asumirlo. Asumir el final del amor es tan angustioso, tan decepcionante, tan involuntario como la muerte. De hecho, es como si te murieses un poco, como si pereciera una parte de ti. Una parte que hasta ese momento creías imprescindible. Incluso es inevitable tener la misma sensación de estúpida impotencia con la que te despides de un moribundo.
Los que apoyan vertientes filosóficas relativistas (que según el Papa son demasiados) dicen que en realidad todo depende de la percepción del amor que tenga cada uno. Puede ser. Desde luego, hay -¡como mínimo!- dos tipos de amor claramente diferenciables: El «fraternal», familiar, el de la serena convivencia, el de los matrimonios ancianos, el de los amigos vitalicios… es de los que dura, sino eternamente, casi. Pero ése no se parece en nada al pasional, al de la efervescencia y la necesidad enfermiza, que sin embargo es de los que más rápidamente se extinguen… O eso dicen.
Es sobre todo, la asunción de la pérdida de este segundo tipo de amor la que además de ser más frecuente genera más enajenación. Claro. Es un contraste tan drástico. Pasar de la necesidad absoluta, inquebrantable, física… a la desidia, al bostezo, a la asfixia, a la búsqueda de aire… dejándote como un convaleciente post-operatorio, con un vacío orgánico, como si te hubiesen extirpado alguna glándula hasta entonces vital.
El desamor duele hasta el enloquecimiento, sí. Pero aún conociendo el riesgo que se corre, siempre merece la pena intentarlo, ¿o no?

Tonino Carotone: ‘Me cago en el amor’


13 respuestas a “Ya no te quiero (por Isa)

  1. El amor evoluciona, como todo en la vida, y creo que nadie soportaría eternamente el estado volcánico en el que te pone el amor intenso del inicio ni soportaría el amor más fraternal sin las cenizas de ese amor más pasional a la espalda… Sea como sea, qué pena el que no pueda sentirlo alguna vez…

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  2. Difícil de encontrar y más aún de mantener, Soñadora!

    Alicia! Bienvenida!!! Qué ilusión! cuánta razón tienes, prima…pero es que el amor -al menos al principio- debería ser así…

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  3. Lo malo es que hay mucha gente que creemos que si el amor que sentimos no es desgarrador, pasional e iracional, no es digno de nuestro corazón.

    Alicia, tu primi.

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  4. Qué bueno, Leia, me encanta lo del amor que te consume y el consumible.

    Manu, gran tema 🙂

    Chelo, el amor -como las cucarachas- nace, crece, se reproduce y muere. También se transforma, sí, a veces.

    Y cada etapa tiene sus cosas buenas… salvo el final, Cartafol.

    Totalmente de acuerdo contigo, Arantxa. Amor y enamoramiento no son la misma cosa…

    Ay, Mónica, ¿lo de las cosquillas en el estómago se pasa? Porca miseria 😛

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  5. Me gusta lo que ha dicho Arantxa,»una cosa es querer y otra estar enamorado». Para mí esa diferencia es una realidad. Yo tengo una cuñada, que jura y perjura que está enamorada de su marido después de 18 años de casados…y creedme que me cuesta creerla. Yo quiero muchísimo a mi maridito, pero esas cosquillas en el estómago, hace mucho que no las siento!!!!! Un beso Isa

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  6. Dicen que el amor pasión, loco, ese que te hace volar en tierra (porque volar en el cielo es lo fácil, que para eso está el cielo), el que todo lo desnorta, el que te sume en un febril y hermoso desconcierto es perecedero y se transforma en algo tranquilo, un fuego de chimenea, un café humeante, un plato casero… Y este amor puede ser encantador, pero sin duda menos arrebatado.

    Una cosa es querer y otra estar enamorado. Y sin esto último hay quien no puede ni caminar.

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  7. El amor se transforma, lo bonito es pasar por todas a la etapas, cada una tiene su momento, su edad, sus circunstancias y por supuesto, su encanto, su pasión y su rutina… como la vida

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  8. Estoy contigo Isa, hay dos tipos de amor… el que te consume y el consumible.

    Todos hemos sentido ese amor que quema las venas, y los que no lo han sentido… que esperen que ya caerá… pero que cuando se va, te deja exahusto, vacío y desesperado.

    Y luego esta el amor, que llega desde el cariño y se recuesta junto al respeto y la convivencia; es menos efervescente (aunque tiene sus momentos) pero es con diferencia lo mejor. Este amor, no todo el mundo lo esperimenta… desgraciadamente.

    Los dos pueden salir mal, pero no negemos que es el último el que suele tener más durabilidad.

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