Siempre me ha gustado discutir. Los que me conocen bien lo saben, porque me gusta hacerlo con amigos, no con desconocidos. Además me gusta discutir amistosamente, cosa que cada vez me cuesta más. ¿Será la edad? Poder hablar desde diferentes puntos de vista sin que a nadie le salga la vena del cuello se hace cada vez más complicado. ¿Serán estos tiempos revueltos que corren?
Creo que es sano no estar de acuerdo en todo. ¿Qué grupo de amigos que se precie se da la razón en todo? Tampoco hay que tirarse de los pelos por cada detalle, no me mal interpretéis. Los amigos son amigos entre otras cosas por las afinidades que hay entre ellos, eso es indiscutible 😉
Pero lo cierto es que, aunque creo que cada vez deberíamos ser más racionales, más tolerantes con las opiniones contrarias a la nuestra, últimamente me cuesta reconocer esa tolerancia incluso en gente con la que siempre ha sido un enriquecedor gusto discrepar.
La pasión en las discusiones es buena y sana. El respeto y la amplitud de horizontes para tratar de entender que hay quien no piensa como uno es necesaria. No me gusta discutir cuando noto que el que tengo en frente piensa que soy idiota por pensar lo que pienso.
Últimamente me doy cuenta de que a la hora de afrontar una conversación sobe temas encontrados la gente se vuelve más y más pasional con la edad. Yo creo que debería ser al revés ¿no? A más edad, más miras, más sabiduría, más tolerancia…
Quizás soy yo que ando cabreada porque el viernes cumplo un año más y francamente: no me apetece nada.
A mí me gusta tanto discutir que a veces me contradigo a mí misma en un mismo tema solo para mantener viva la historia 😉 Eso sí, siempre lo hago con buena gente, de buen rollo y con mucha educación. Si la cosa se pone mal, me pasa como Arantxa, me escabullo como puedo porque es cierto que no es bueno para la salud tener ese tipo de discursiones.
Yo con la edad me he vuelto más impaciente e intransigente. Impaciente porque no aguanto las discursiones eternas sobre temas absurdos en los que se dan vueltas sobre lo mismo eternamente. E intransigente, porque no puedo con las personas que no escuchan pero esperan de ti esa deferencia. Es que no me merece la pena seguir oye su monólogo, así que puerta…
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Pues yo evito las discusiones a toda costa. No sólo eso, sino que con tal de acabar con una (y eso que rara vez me veo envuelta) puedo hasta darle la razón a mi oponente. O callo, y otorgo. De todo lo que huele a crispación huyo como de la peste, porque perjudica seriamente mi salud.
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Manu, hay gente a la que le cuesta comprender los matices, habrá que vivir con ello. Alguno incluso te discuten hasta cuando les estás dando la razón, im-presionante
Mónica, gracias por las felicitaciones, habrá que encarar la nueva cifra con ilusión, si perdemos la ilusión que nos queda? 😉
Fiebre, llevas razón, debería llamarlo debatir, el término discusión lleva implícito algo de enfrentamiento. Menos mal que les lectores de este blog son de altura y todos habéis entendido la im-perfección
Besos!
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Quizá más que discutir,a lo que tú propones se le debiera llamar debatir.
Porque en algo tienes razón. A no ser que estés en un grupo de amigos bastante afines, si sale una «discusión»…siempre hay alguien que acaba alzando el tono y fastidiando un rato que debería ser agradable y enriquecedor con unas u otras opiniones.
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Yo nací para discutidora profesional!!!!Y a mi me pasa al revés que a ti, con los años me he apaciguado!!!!!Claro que a lo mejor, para cuando cumplas los míos, tu también te apaciguas, jijijiji.Feliz Cumpleaños, y disfrútalos, que lo importante es cumplirlos!!!!!!
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Buena reflexión! A mí me pasa algo parecido que a ti y eso que soy más joven…;-p
Sobre todo lo noto con temas políticos últimamente. La gente suele llevar las posturas al radicalismo y yo siempre he sido un tío moderado.
Y ya no te digo nada si hablas del 15M y osas criticar o rebatir algunos aspectos. Enseguida te tildan de facha, como mínimo.
Está claro, no se llevan los matices…
Un saludo!
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Juan Ignacio, ciertamente no cumplir no es la mejor alternativa ¿y descumplir y cumplir alternativamente año si año no?
Ciudadana, el día que nos no dejemos nada dentro, qué tiemble nuestro oponente!!! Jaja
Sergio, la fiesta dura toda la semana, pasa y tomate unos panchitos, ganchitos o una copa de champan, barra libre en im-perfectas hasta el domingo 🙂
Isa, me encanta discutir contigo, ya lo sabes ;-P Habrá que tajarse para afrontar el paso del tiempo y si de paso nos echamos unas risas, pues mejor que mejor
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Totalmente de acuerdo en que es sanísimo discutir y ponerte en el lugar del otro para entender las opiniones contrapuestas.
Pero fíjate que yo creo que a mí me pasa al revés… siempre he evitado la confrontación, aunque si tengo que defender mi postura lo hago con vehemencia… Eso sí, tengo comprobado que con la edad cada vez me resbala todo más y lo de la vena en el cuello empieza a formar parte de mi pasado rebelde 😉
Ah… y no te amargues con lo del cumple, que es una excusa perfecta para tomarse unos mojitos o lo que caiga!
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Me he pasado a comerme unos ganchitos pero la fiesta ya se había acabado. Felicidades atrasadas, espero que la fecha no haya sido muy grave.
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Es genial cumplir años !!!¡¡¡ te lo digo de verdad, imagínate qué pasaría si no los cumplieses… no creo que ni siquiera pudiéses argumentarme nada porque no estarías aquí…
Discutir es genial y te vuelves menos inhibido con la edad. Yo he notado eso mismo, que cuanto más años, más deslenguada. Antes me pensaba mucho las cosas: «el qué dirán» o las ganas que tenía de «aceptación» eran motivos suficientes para frenarme a la hora de opinar y dejar ver mis verdaderas inquietudes, pensamientos o sentimientos… Pero ahora no!! no sé qué será de mi cuando todo me de igual y lo único que desee «no dejarme ná dentro» a la hora de hablar 🙂
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No te cabrees, cumplir años, a partir de cierta edad, jode; pero la otra opción es peor. Disfrútalos con alegría.
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