Qué peste (por Isa)

El otro día, cenando y dándole a un buen vino con amigos,  hablamos de la necesidad imperiosa de hacer un manifiesto público en favor del uso del desodorante. Sí, queridos, por muy bien que uno crea oler, por muy poco que crea sudar, por muy limpio que piense que es y por muy aplicado que sea en sus hábitos de higiene: el desodorante no sólo viene bien, si no que es necesario. Y más en verano.
Aunque parezca increíble aún hay machotes que opinan que el desodorante y otros afeites son cosa de mariquitas y afeminaos… y mujeres que creen no precisarlo. Incautas. Los pedos de una top model, por buenorrísima que esté, también huelen… por si algún ingenuo pensaba lo contrario, que de todo hay en la viña del señor. Y no, amigos míos, hasta la más bella flor es susceptible de volverse fétida…
De todas formas, aunque el desodorante ayuda a neutralizar olores, no es infalible como el Papa. No os dejéis embaucar por la publicidad engañosa, el efecto del Sanex 48 horas no dura dos días… Hay que usarlo a diario -duchándose antes, claro-… y con calor, incluso más a menudo.
Las aglomeraciones tampoco favorecen el control de la transpiración, así que los festivales veraniegos, sanfermines, fiestas de pueblo, conciertos y manifestaciones (la lucha obrera no está reñida con la higiene) son el caldo de cultivo idóneo para todo tipo de hedores nauseabundos… Habrá que extremar las precauciones.
Sé que igual puedo parecer exagerada, pero es una argumentación consensuada con varios expertos en estos temas, todos ellos con un sentido del olfato muy desarrollado. Como yo. Porque para qué voy a negarlo, la naturaleza me ha dotado de unas fosas nasales desproporcionadas para mi raza (y estatura), pero me ha premiado con un valiosa capacidad para captar aromas. Y en cuestión de olores, por suerte y como en todo en esta vida, hay más buenos que malos.

14 respuestas a “Qué peste (por Isa)

  1. jajajaja 🙂
    en invierno a la gente también le canta el alerón… pero sí, es que el verano está pensado para estar en la playa y no corriendo por las vías del metro o entrando en contacto forzoso con otros congéneres en sus vagones…

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  2. Lo del metro a veces es «demasié», sobre todo ahora en verano, yo he llegado a cambiarme de vagón…
    El desodorante debería estar libre de IVA, como también lo deberían de estar las compresas o los pañales, todos ellos bienes de primerísima necesidad…

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  3. Es una de las cosas que más asco me da. Tengo el olfato súper agudo (no tiene nada que ver con el tamaño de las fosas nasales), en los embarazos se me disparaba aún más, parecía un perro. Con esto del calor es un asco ir en el metro, ese hedor.
    Y menos mal que no percibimos el olor de los pies… caeríamos fulminadas.

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  4. Que no Isabel, que no exageras ni una mijita. Que hay veces que salgo del vagón del metro verde deseando que la persona «pestosilla» no se me acerque demasiado 😦
    Sole

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