El domingo tuve un percance con el coche. Me gusta mucho conducir, es algo que me apasiona y relaja, más si lo hago sola. Y gracias a Dios iba sola esa tarde cuando, por esquivar a unos críos (rondarían los 20) que se incorporaron a mi carril sin ceder el paso, di un volantazo y perdí el control del vehículo. La lluvia había vuelto el piso una pista de patinaje, así que estuve un buen tramo desesperada, tratando de enderezar la dirección. El coche no parecía responderme. Tracé unas cuantas eses y al final logré hacerme con el control y que me obedeciera. Ha sido el peor momento de mi vida al volante.
En unos segundos pensé que iba a estamparme contra la mediana y al instante me dije que viajaba sola, y que con un poco de suerte no me llevaría a nadie por delante. En ese momento me sentí extrañamente serena, porque de pasarme algo sería únicamente a mi, no iba acompañada, y me hice con el control. No ocurrió absolutamente nada. Quizás una décima de segundo antes o después me habría llevado a otro vehículo, pero no fue así.
Unos días después salí a comprar comida y me encontré con un ex compañero de trabajo. De mi primer trabajo con contrato, en una agencia de comunicación, hace catorce años. Nos cruzamos en la esquina entre dos calles, de milagro, y nos alegramos de vernos. Fue una alegría sincera. De hecho me paró él, podría haberse hecho el tonto y yo no me habría dado cuenta. Del saludo pasamos a un rápido resumen de nuestras vidas. Que simpleza, como si los nueve años que llevábamos sin hablar pudieran sintetizarse en tres o cuatro minutos de conversación, y delante de una persona que le acompañaba. De sus palabras, dichas sin ninguna arrogancia, concluí que es un padre feliz y un profesional de éxito. Me alegro, porque le recuerdo como un buen compañero y un buen hombre, que me ayudó tras una ruptura sentimental dura. Por una cuestión de amistad pura, o así lo entendí, de esa amistad que yo dudo que pueda darse entre hombre y mujer sin albergar otras esperanzas o intenciones.
El caso es que le di mi mail del trabajo y me escribió al día siguiente unas pocas líneas. Lo que más me llamó la atención no fue leer que le va muy bien, sino que se lo curra. Le respondí de forma breve (no puede una abrir su vida a una persona a la que lleva años sin tratar, aunque en el pasado haya sido de confianza) que yo había tenido de todo en estos nueve años que llevábamos sin coincidir, bueno y malo. Y que lo malo no me lo había currado. Se lo dije con respeto y habrá entendido que no había ironía en mis palabras, solo un fugaz lamento por los sufrimientos pasados.
Supongo que en ocasiones interviene el factor suerte. Sé que tuve una suerte tremenda el domingo, nunca antes había estado a punto de estrellarme con el coche y lo vi muy cerca. Y también es cuestión de segundos. Tres segundos más tarde esos chicos no habrían invadido mi carril y yo hubiera seguido mi tranquilo camino a casa. Tres segundos antes o después no nos habríamos cruzado este hombre al que la fortuna le sonríe y yo. Cuando trabajaba con él siempre tenía la sensación de que tenía baraka, todo parecía irle rodado. Algo de baraka o del factor suerte me protegió a mi el domingo. A veces se esconde, o así nos lo parece, pero no siempre.
im-perfectas.com 
Realmente hay gente que parece haber nacido con una flor en el culo y otros, que joder, les toca todo lo malo ¿suerte? no sé, algo habrá, no a todo el que le van mal las cosas se lo ha ganado, ni al revés, así que el azar algo tendrá que ver.
Yo también pienso que tener una actitud positiva ayuda, no sé si a que te pases más cosas buenas o a llevar mejor las cosas malas que te pasen… quién sabe.
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Pues hablo por mi, claro, y los dos golpes más fuertes que me ha dado la vida no me los gané/he ganado. Quizás en un caso no haber sabido vislumbrar, atisbar, puede. En el otro absolutamente imposible. No hablo exclusivamente del terreno pareja. Otros me han venido incluso bien. Más adelante, con algo de inspiración, escribiré sobre el desprecio que me merecen algunas mentiras, no las piadosas, claro, y como pueden arrastrar vidas inocentes, de personas poco afortunadas. Suena un poco alambicado, pero no lo es tanto.
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desde luego que hay un componente de azar incontrolable en la vida… pero creo firmemente que determinada actitud favorece que todo te vaya mejor… y no siempre que la vida de da una hostia te lo has ganado, pero otras veces sí y hay que saber ser consecuente y aprender.
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Completamente de acuerdo. Si así fuera todos a currar a destajo. En el
aspecto laboral, y más ahora con el paro que hay en España, conozco alguna persona muy válida desempleada. En el terreno laboral, de todas formas, lo importante es «venderse bien» (dicho por un responsable de RRHH que conozco, no por mi). Así que hacen falta grandes dosis de ambición, competitividad y marketing personal para llegar muy arriba. Gracias por opinar.
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Yo no creo que quien mas se lo curra, mas suerte tenga. Hay gente que esta, como dicen en ingles, «at the right place, at the right moment», sin currarselo tanto. Tambien hay gente que se lo curra mucho y su trabajo nunca es reconocido. ¿Por que hay gente a la que le sonrie mas la fortuna? ¡Quien sabe! Ese es el misterio… Luego, tambien tomamos decisiones que marcan nuestro futuro o momentos, como el que vivió Arantxa, en que fuerzas mas allá de nuestro control, deciden nuestro futuro…
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Ana, también creo en la suerte. ¿Qué se puede decir de una familia que conozco cuyos hijos padecen una grave dolencia degenerativa? Que la fortuna les ha dado de lado. Quizás él y ella con otras parejas, en definitiva otra combinación genética, hubiera traído otros hijos. Por supuesto están luchando como fieras. En el caso de las enfermedades la mala suerte es un factor, de otra forma no me explico muchos casos.
No creo en vidas paralelas, pero es cierto que a veces me pregunto que hubiera ocurrido si no hubiera dado x pasos o tomado determinadas decisiones, y hubiera recorrido otros senderos.
Y la actitud positiva es fundamental, por supuesto.
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Diego, si yo me la hubiera currado y ese día me hubiera estrellado con consecuencias serias cualquiera habría dicho «tuvo la desgracia, la mala suerte, la mala fortuna de». Conduzco casi todos los días, pero ayer con la lluvia me dio respeto. Gracias por opinar.
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Yo también creo que cierto factor suerte existe. Conozco personas a las que la fortuna nunca les ha mirado de cara. Y aún luchando por ella.
Otra cosa es potenciar la actitud positiva, eso ayuda a encarar mejor los golpes de la vida.
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Antes de nada, no pienso que él tenga una flor en el trasero. Le tengo estima y es una frase que suelo emplear para referirme a personas que considero sin valía o a las que la vida les ha dado todo rodado. La gente con potra «se lo curra», puede, pero yo no me curre salir ilesa el otro día. Fue suerte, pura y dura. Y algunas vivencias bastante difíciles que he tenido que padecer se deben a un cúmulo de circunstancias, pero por supuesto no me las he currado y considero que no las merecía. Otra cosa es si podía haber escapado antes, si no debí dar ciertos pasos.
Si se le da la vuelta al argumento, parece que aquellos a los que la vida no les ha sonreído se lo han «ganado», en cierto sentido. Y no lo creo.
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Yo sí creo en la suerte, en los mundos paralelos, es un tema que me apasiona, en que un gato metido en una caja puede estar vivo o muerto en el mismo instante, la paradoja de Schrödinger:
http://es.wikipedia.org/wiki/Gato_de_Schr%C3%B6dinger
¿Qué hubiera pasado si hubiera elegido esta carrera en lugar de aquella? ¿Qué hubiera sucedido si hubiera salido cinco minutos antes y no hubiera tenido que volver a por las llaves olvidadas? No creo en nada sobrenatural, pero me encantaría creer que hay varias versiones de mí misma en distintas realidades paralelas viviendo otras vidas, mejores y peores…
En cuanto a que la suerte te la curras, bueno, no sé, lo que creo es que la actitud positiva es necesaria para sobrevivir y que, cuanto más positivo, mejor te saldrán las cosas porque la predisposición a ello es mayor…
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Sí, la baraka hay que currársela. Pero si tú te la hubieras currado cada día y ese accidente hubiera tenido unas consecuencias dramáticas, adiós tu preparación barakera. Yo soy de los que creen que nuestro futuro está grabado en una cinta que nunca leeremos porque no controlamos (ni controlaremos jamás): la cuarta dimensión, el tiempo (pero no se me confunda, no creo en adivinadores ni futurólogos). En esa cinta podríamos leer nuestros avatares futuros, y los pasados, y en algún sitio de esa cinta está tu incidente del domingo. Sobre esto podría hablar largo, es un tema que me gusta. Lo que me alegra es tu baraka del domingo pasado. Estás viva y sin daños, y espero que con las mismas ganas de conducir que antes. Aunque, eso sí, con más prevención con los que se incorporan por tu derecha 🙂
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Creo que la suerte o baraka existe, y está directamente relacionada con nuestra actitud. Una persona positiva, alegre, vital, constructiva y que sepa ver lo bueno de cada situación tendrá siempre baraka.
Hay que luchar por ser así cada día…..aunque no siempre lo consigamos.
Me alegro de que no te sucediera nada con el coche 😉
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Curiosa anécdota, Arantxa… Menos mal que no te pasó nada el domingo. ¡Qué susto!
Ya sabes, y alguna vez lo he contado aquí, que no tengo mucha confianza en la suerte y lo cierto es que según va avanzando mi vida, esa sensación se refuerza. Muchas veces he pensado de algunas personas, como tú de tu compañero, que tenían una flor en el culo… pero cada vez estoy más convencida de que no es así y de que, como dice este chico afortunado, la gente con potra en realidad se lo curra y hace esfuerzos por que las cosas le vayan bien, aunque los demás no lo perciban. Entre otras cosas, y principalmente, hacen todo lo posible por creerselo, por creer que les va a ir bien. Gente sabia. Hay que aprender de ellos 😉
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