Mi vida sin tele (por Arantxa)



El otro día mi hija mayor estropeó el aparato del TDT y ahora en casa no se puede ver la televisión. Naturalmente habrá que comprar otro de esos artilugios para que las peques disfruten de los dibujos infantiles. Si por mi fuera la televisión podría permanecer apagada sine die.

Creo que soy la única persona que conozco que no ve la tele. No tengo ese hábito desde hace años, ya no me entretiene (aprovecho para decir que tuve una época en la que fui fiel seguidora de «Médico de Familia», «Periodistas» y «Los Serrano», y hasta ahí). Detesto llegar a una casa en la que la televisión esté de fondo a modo de un hilo musical al que nadie hace caso. Supongo que soy rara. Hace bastante tiempo que no veo un informativo completo, ni una película o un programa. En cambio, leo mucha prensa y voy al cine. Y las series (el 99.9% de ellas extranjeras) las disfruto en el DVD o en internet, siempre en V.O.  Mi última exposición televisiva intensa fue para ver los partidos de la Eurocopa, amén de las series de dibujos animados, pero esto último es un gaje de la maternidad. Sé que si toda la población fuera como yo las cadenas se hundirían, porque las series apenas emitirían un par de capítulos, los programas tendrían una cuota de pantalla irrisoria… Pero no es así, por fortuna para mucha gente que vive del medio.

Mi primer contacto con el medio, profesionalmente hablando, fue una beca en TVE hace la friolera de 14 años. Me acuerdo de entrevistar a José Bono, entonces presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha. Estaba muy nerviosa ese día. Todo él era impostura, sonrisa profident a la cámara, distante conmigo y con el chico que le grababa. Es verdad que se vendía bien y que tenía eso que llaman telegenia. Recuerdo como los sindicatos del Ente, en aquel entonces, no querían que los becarios saliéramos en antena y mi consecuente disgusto. No importaba que se oyera nuestra voz en off, pero de ahí a tener algunos minutos de gloria había un abismo.  Éramos mano de obra barata, “perjudicáis a los compañeros”.  Yo solo quería adquirir experiencia y rodaje, no pisotear a nadie. La furia sindical puede ser terrible.

Unos meses después me fui a Ciudad Real a trabajar para una televisión local, pequeña, y a las cuatro semanas salí huyendo de un jefe duro y tiránico. Me fui en el primer autobús de la mañana. El placer que experimenté al llamarle  (con mi primer móvil) camino de la estación de Méndez Álvaro para decirle que no iba a volver al trabajo fue intenso. Antes de escuchar el primer insulto le dije “adiós” y colgué.

Nunca he vuelto a catar la televisión profesionalmente. No he tenido oportunidad. No debo valer, ni como espectadora. De hecho no lo soy y no por esnobismo. Me da apuro decirlo. En el trabajo he comprobado que la gente la usa en muchos casos como un mero somnífero… Después de cenar, las parejas se sientan juntas a ver la tele, la serie o la peli de turno, y uno de los dos se queda k.o, y al rato el otro le arrastra a la cama. «¿Tú no ves la tele?», me preguntan alguna vez. Contesto con un lacónico no. Y mi interlocutor suele extrañarse.

¿No le tendré fobia al aparato en si? Porque la única serie española que sigo la veo en el canal de la cadena en internet y lo hago con gusto. Un día la mitad del capítulo y a los pocos días los minutos restantes.  Naturalmente ahí soy yo la dueña, controlo la situación. Si quiero parar para ir a por agua lo hago, pero la emisión semanal no puede esperar por mi. Mi madre dice que ni de niña me gustaban mucho los dibujos, que prefería jugar y ya con algo más de edad leer. Mis hijas son bastante catódicas, sobre todo una, y trato de corregirlo a toda costa.  Disfruto mucho más cuando las veo con un libro entre las manos. No saben leer, la mayor está aprendiendo, pero el hecho de que me pidan irse con un cuento a la cama me hace feliz.

Supongo que nada en su justa medida es malo. Ni siquiera la exposición a la caja tonta, alias quizás injusto, porque debe de haber productos televisivos, y además patrios, de calidad. Pocos, pero haberlos haylos. O eso dicen. Estoy completamente out en la materia, lo reconozco. Esta noche antes de dormir disfrutaré de un buen rato de lectura. Me relaja, a diferencia de las 625 líneas. Soy puro nervio, será por eso que evito la pequeña pantalla.


24 respuestas a “Mi vida sin tele (por Arantxa)

  1. Tampoco veo mucha tele, salvo dos series, y eso porque esta temporada coincidieron varias, sino… Tampoco soporto las teles-hilo musical, no lo entiendo… Y también pienso que debo de ser rara… hasta ahora. Veo que no soy la única…

    un saludo

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  2. Yo tampoco veo mucha tele y cuando lo hago es a la carta: programas, series o películas previamente grabadas para poder pasar así rápidamente la publicidad, no tengo tiempo para perder lo viendo anuncios.

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  3. Desde luego que en España hay pocas series con la calidad de la BBC o la HBO, pero alguna hay. Y si no que te diga Ana… La clave, además de la calidad, es poder disfrutarlas además sin pausas publicitarias, y eso en la tele casi nunca pasa…

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  4. En España hay pocos productos de calidad, eso me parece a mi. ¿Te imaginas un «Juego de Tronos» o «Dexter» de producción española? O Los Soprano (no la he visto, aunque la gente habla maravillas) y tantas otras. Lo veo imposible. Gracias y un beso.

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  5. He trabajado durante años en la televisión y la he amado muchísimo, me parece un medio con grandes posibilidades. Yo me he divertido y he aprendido un montón trabajando para programas televisivos… hasta que he dejado de hacerlo. Como todo, creo que el mundo de la creación en televisión ha sufrido una degradación importante, no deja de ser un negocio y los que juegan a hacer programación quieren ganar cada día más y más importándole una mierda la calidad de lo que ofrecen. Y es una pena y debería incluso ser un delito porque todos los creadores, programadores, productores, etc, tienen una responsabilidad con los espectadores a los que van dirigidos sus productos. La televisión, como cualquier otro medio de comunicación, está para informar y formar a los espectadores, también para entretener, por supuesto, pero es que en la actualidad lo único que prima es el último concepto, poner algo en la caja tonta para que la gente se quede entretenida, aborregada, delante de la pantalla sin que necesiten pensar o razonar. Y eso no está bien. Una serie juvenil puede influir en los hábitos de nuestros hijos mucho más que todo lo que le digamos sus padres o sus profesores, por lo que el responsable de esos capítulos debería tener en cuenta que no todo vale y que, por sentido común y responsabilidad, no se pueden emitir ciertas cosas. Por no hablar de informativos, debates, etc, en los que la ética, las formas y lo que se debería o no emitir se lo pasan por el forro de las narices.

    En mi casa hay días que no se enciende el televisor, como la mayoría de los que habéis escrito, solo vemos series en dvd o descargadas y partidos de fútbol… y eso que vivimos juntos dos profesionales del medio… Ojalá la televisión volvierá a vivir los años gloriosos que vivió, cuyos últimos coletazos, por suerte, pude disfrutar desde dentro, pero lo veo tan difícil…

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  6. Coincido con la definición de «ver tele» de Isa. Yo tele de esa no veo casi nada, algún programa o informativo de vez en cuando y poco más. Mis hijas ven tele, claro, pero poca, normalmente no se enciende el aparato hasta después de cenar y a las 21h entre semana suelen estar en la cama, así que no le da para mucho. Los fines de semana de invierno cuando hace mal tiempo ven algo más, pero no son de pasarse horas delante de la televisión, creo que todo es cuestión de hábitos y de alternativas.
    Yo disfruto mucho una peli en el cine, pero también en el sofá de mi casa, la verdad, tengo mis rituales, el hecho de poder ver lo que me apetece cuando me apetece y en pijama, con mi manta… muchas veces es un auténtico placer (además de barato).
    Lo que si disfruto mucho es viendo series, que es lo que habitualmente hago con la televisión, pero casi siempre son series que me descargo.
    No creo que sea raro no ver tele, es más cuestión de gustos y de tiempo.

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  7. Es que el cine donde de verdad lo
    disfruto es en la gran pantalla. Delante de la tele no, en el ordenador menos. En la sala, a oscuras y en V.O., una pasada. Todo ese ritual de ir al cine… no hay color!

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  8. Para mí las 'películas' no son tele, son cine. Y las series (algunas) son un híbrido entre ambos… Nacieron para ser vistas en la tele, pero cada vez hay más gente que las disfruta en DVD o en otros soportes, y no las atiende en formato televisivo puro (es decir, con una periodicidad constante: los martes a las 21.30, por ejemplo). Para mí la tele son: telediarios, magazines, tertulias, debates, etc…

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  9. A mi si me gusta ver la tele, aunque cada vez la veo menos. Donde vivo hay bastante variedad de programación. La hay malísima y la hay buenísima. Soy adicta a varias series británicas gracias a la televisión. Creo que todo depende de la calidad del producto.

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  10. Gracias por tu opinión. Nunca me he pasado horas delante de la tele, ni de niña, pero puede que también yo haya cambiado parte de ese tiempo por la pantalla del portátil, básicamente para leer (prensa digital, blogs, foros de opinión) y para escribir… En caulquier caso leo muchos más libros que hace diez años. No hablaba tanto del soporte, como del hecho de que ver programas, películas e informativos no me interesa, sea la pantalla la de la tele o la del portátil. Buena apreciación, en cualquier caso.

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  11. Yo conozco bastante gente que ve poco o nada la tele. Pero practicamente todos, las horas que pasaban antes delante de la tele (más alguna más), las pasan ahora delante del PC; es decir, han cambiado una pantalla por otra.

    Saludos.

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  12. Fíjate que poco uso le damos que esta tele es de las viejas, de las que pesan. No tiene TDT incorporado ni puerto USB alguno. Creo el aparato puede durar años. Y se pone básicamente por las niñas. Muchas gracias por opinar.

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  13. Lo de la calidad de las series no sé a que se debe, supongo que el presupuesto influye. Pero recalco que sigo una española, no todo es Dexter o Juego de Tronos, ji, ji. Y me han recomendado varias, ninguna de factura patria. Y por supuesto que ver la tele no es incompatible con la lectura, pero si me dan a elegir lo tengo claro. Un beso!

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  14. Yo tampoco tengo especial aprecio por la tele. Y ahora, menos… Antes, todavía podía contar con TVE, cuando era pública. Y conozco gente de mi edad y con niños que directamente no tienen… Lo entiendo. Yo misma me paso días son encenderla y sin echarla de menos…
    Al final somos unos cuantos raros 🙂

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  15. Pues mira que yo veo poca tele, pero no tan poco como tú, eso lo reconozco. Me quedo dormida muchas veces, por la noche. Y de series españolas poca cosa, no se porque no se hacen series aquí como los Soprano o Juego de Tronos, será por falta de presupuesto. Supongo que podría vivir sin tele, pero tampoco me lo planteo. Y ver la tele no impide que te guste leer un buen libro, ¿no? Un beso.
    Claudia.

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  16. Pues no eres la única. Hace cuestión de minutos he leído en el blog de Netzi que ella no tiene tele desde hace nueve años y mi madre también hace unos cuantos que prescindió de ella. Yo sí la veo pero tampoco mucho (y detesto tenerla encendida si no la estoy viendo).
    Cuando estudié periodismo lo que más detestaba era Televisión. No soy nada telegénica y lo pasaba fatal, así que nunca me dio siquiera por catar el medio. Hice mis pinitos en radio y en prensa. La tele, para otros. Besotes!!!

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