Enero es un mes convulso que se empieza siempre con empacho, borrachera y consecuentes indigestión y resaca… y se acaba con el agua al cuello, agotado tras trepar por una cuesta empinada sus 31 días.
Es, también, el mes de los Reyes Magos, ese día mágico que anticipa una noche mágica en la que hasta a los adultos (ya cercanos a la madurez inevitable) nos cuesta dormir por los nervios de lo que encontrarás junto a los zapatos al día siguiente.
Enero es nevero, porque es cuando se acumulan los días más fríos del año. Las temperaturas descienden hasta alcanzar las mínimas más bajas del año. A veces hasta nieva.
Es el mes de las rebajas que al final suelen traducirse en despilfarro sin sentido ni necesidad, agobio insano, estrés e irritación.
Pero sobre todo, Enero, con ese nombre de niña japonesa eligiendo que quiere ser de mayor, es el mes de los propósitos de enmienda, de los planes irrealizables que procrastinamos hasta diciembre, que abrazamos en enero y que volvemos a rechazar en febrero.
Todos nos apresuramos a apuntarnos al gimnasio, a empezar la dieta o a apuntarnos al cursillo de aquello que siempre quiso aprender… como si pagando la matrícula o haciendo una primera compra de productos light y verduras lo tuviéramos hecho. La consigna es «de este año no pasa que yo…» y lo peor es que suele pasar el año ( y más de un par más) y oye, no ha habido manera…
Y es que, admitámoslo, hay actividades que se nos resisten y con las que, a pesar de nuestra insistencia enero tras enero, no conseguimos llevarnos bien. A mí me pasa mucho… no sé la cantidad de veces que habré intentado sacarle partido a mi guitarra y ser capaz de tocar algo… Pues nada, es un impulso que tal cual llega, a los pocos días se diluye entre acordes inventados y pequeños callos digitales. Ese es sin duda mi hobby mas reincidente, aunque también están la cocina, el francés (el idioma, lo otro ya lo domino, gracias), salir a correr, organizarme mejor el tiempo, ser puntual, etc… ¿y los vuestros? ¿cuáles son vuestros propósitos recurrentes favoritos?
im-perfectas.com 
Siempre quise tener una escultura mía a caballo…
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Está bien dejar lugar a la improvisación 😉 ¿de dónde has sacado esa frase tan chula?
Lo de la guitarra es mi gran asignatura pendiente… si lo consigues te hago un monumento 🙂
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Nunca me suelo plantearme propósitos serios de Año Nuevo, más allá de las típicas bromas «quedar más con tal persona» o «hacer deporte». Nunca llegan a buen puerto. No hago planos de futuro, prefiero esperar a ver los que me depara la vida… 😉
PD: algún día solucionaremos lo de la guitarra…
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Proponerse ser mejor persona es ya un paso adelante para conseguirlo… Me alegro de que estés en ello, Jaime ¡Ánimo con tus tareas!
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Pues tienes razón, Ana 🙂 hay que tener ilusiones en esta vida, cumplas o abandones siempre es bueno tener proyectos que te animen a seguir día a día… ¡Pilates al poder!
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Jajajajaja Es verdad que tú siempre has sido muy de «no lo cuento que lo gafo» 😉
Uno de mis propósitos para 2013 es verte más este año, como yo no soy supersticiosa lo puedo decir sin miedo a que no se cumple 🙂
Besooooooo
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Yo esta año he variado la táctica, pasando de plantearme propósitos para imponerme tareas. En 12 días que llevamos de año el resultado no es del todo malo:
– Apuntarme al rockodromo: he asistido a las dos primeras y únicas clases desde que me matriculé el 2 de enero: 100%
– Disfrutar de buena música: me lo he currado via Spotify y salas de directo en Madrid hasta donde he podido: 100%
– Salir con la bici o a correr cada día: 75%
– Hacer trekking los fines de semana: 50%
– Pagar puntual siempre a mis empleados aunque se rompa el mundo: 100%
– Apoyar causas con las que me identifico y ayudar a alguna persona que lo necesite al menos una vez cada día: 75%
– Superar los remordimientos del pasado: 50%
– Dedicar menos tiempo al trabajo y más a la vida: 50%
– Postear una vez al día: 0%
– Meditar más: 50%
– Fumar menos: 0%
–
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Yo cada año añado nuevos propósitos a la lista, con lo que ahora mismo, si desenrollo en papel en el que están escrito, es tan largo que puede llegar de Madrid a Barcelona sin problemas, ja,ja,ja…
El inglés y hacer más deporte son dos constantes… aunque con el idioma ya casi que he desistido, a mi edad me resulta imposible… el deporte, pues con el pilates he aguantado dos años, y que sean muchos más, pero de ahí no paso aunque me lo proponga…
De todas formas, ¿qué seríamos sin ilusiones y propósitos? Aunque solo nos duren un mes yo creo que es bueno tenerlos…
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Pues fuera de quitarme los dos kilos que gané en Navidad y de acabar un curso que empecé en otoño, no tengo otros propósitos… que desee hacer públicos. No es por nada, soy un tanto supersticiosa y como vayas aireando que quieres aprender alemán (no es el caso) no pasas de las primeras clases.
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jajajaja está claro que cada maestrillo tiene su librillo 🙂 ¡Gracias por tu comentario Mi Álter Ego!
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No suelo hacerme propósitos. Tengo que mejorar el inglés pero me lo planteo independientemente del mes del año. Nunca cumplo, de todas formas. Jajaja. Un besote!!!
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Muy bien, Chelo… hay que repartir los propósitos a lo largo del año 🙂
Yo tengo algunos que se repiten sin éxito cada año y luego voy metiendo novedades (para aumentar la lista más que nada) jejejeje
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Yo tengo unos cuantos propósitos, pero para lo largo del año, nada que tenga que empezar o dejar de forma inminente 😉
Entre mis recurrentes: estar más en forma (lo de «más» es un decir, partiendo de cero parece fácil de mejorar, pero nada, no hay manera…
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