Cosas que pasan en vacaciones (por Chelo)

Me incorporo hoy al trabajo después de tres estupendas semanas de vacaciones. Me he dedicado básicamente a pasar horas y horas entre la playa y la piscina, a comer por encima de mis posibilidades, a dormir siestas de dos horas, a leer algún libro que tenía aparcado, a pasar tiempo con la familia y amigos… ¡Qué vacaciones más buenas! He descansado muchísimo y he disfrutado un montón de los míos.
Pero se acabó, hoy estoy de vuelta en la oficina intentando tomarme con calma la pila de correos sin leer, las tareas pendientes, las planificaciones y reportes que me esperan… Curiosamente no vengo con pereza, no es que tuviera ganas de volver (¡no!) pero no lo llevo mal del todo (ya os diré en tres días cómo estoy, cuando el halo zen y la sonrisa post vacacional desaparezcan…).
Recupero otra lista veraniega en estas reposiciones de agosto, la última por mi parte. ¿Alguna situación embarazosa este verano? Yo este año he sorteados los buffets con bastante dignidad:

8 respuestas a “Cosas que pasan en vacaciones (por Chelo)

  1. Ja,ja,ja… Pasa el tiempo y cada día soy más fan de tus hijas, es que son la bomba… Me acordaba perfectamente de este post porque me dejó marcada, me reí tanto con la ocurrencia de la niña…

    En cuanto a lo de los carritos con niños de 5 y 6 años, en mi barrio se ven un montón y yo me quedo a cuadros. Seguro que incluso les siguen dando biberon, madre mía…

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  2. Mis vacaciones han sido un tanto atípicas, porque aunque he estado más de cuatro semanas sin ir al trabajo un «percance» hizo que cambiarán nuestros planes.

    Eso sí, es el año que más semanas he estado sin ir a trabajar -cinco seguidas- y se me ha hecho rarísimo. Al principio duro, ya sabes.

    Por lo demás, playa, piscina, Londres, una caída en la Casa del Parlamento de antología – el policía acudió presuroso a ayudarme-.

    Mis niñas y yo nos hacemos a la rutina rápido y con ganas. Están deseando ir al colegio y eso nos hace la vida más fácil a las tres.

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  3. Bueno, pues menos mal que por lo menos el estrés post-vacacional no te está afectando. Qué risa me ha hecho lo del buffet… Mi tía tenía la manía de llevarse todos los panecillos empaquetados que ponían en la cestita de los restaurantes y, siendo yo pequeña, en mi afán por ayudarla empecé a meterle cosas en el bolso mientras le preguntaba en voz bien alta «¿Esto también te lo vas a llevar?». Lástima que el camarero me vio y mi tía se puso de todos los colores. Besotes!!!

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