#mamiconcilia, porque somos madres todos los dias (por Isa)

Ayer fue el Día de la Madre. Y aunque es un día emotivo y necesario, sobre todo para acordarse de la madre de uno mismo -y no de la de los demás como hacemos a menudo- al día siguiente las que somos madres, seguimos siéndolo. 
Lunes. Suena el despertador a las 7. Ducha rápida, prepara el desayuno, despierta al peque (o a los peques), vístele, desayuna con él para dar ejemplo, prepara tus tuppers y los suyos, sal de casa a toda pastilla, lucha contrareloj para llegar al cole a tiempo, despídele con una sonrisa y reanuda la carrera hacia el metro de camino a tu propio ‘cole’, tu lugar de trabajo. 
Este es el inicio del día de cualquier madre trabajadora. Llegamos a la oficina con medio día a nuestras espaldas. Agotadas tras el sprint. Pero rendimos igual… o más, que hay que demostrar que esa reducción de jornada no implica una reducción de capacidad de absorción de trabajo, ni una merma de tus habilidades.
Cuando llega la hora de irse, es difícil eludir el sentimiento de culpa (maldito y perenne sentimiento de culpa) por tener que abandonar la oficina antes que los demás. Y si claudicas y te quedas el sentimiento de culpa es por lo contrario, por desatender a tu vástago poniendo en peligro la puntualidad a la hora de recogerle. Al final, acabas llevándote el trabajo en el bolso, en forma de smartphone de última generación, y te ves desde fuera contestando e-mails, gestionando tareas y atendiendo llamadas, mientras tu hijo te dice en el parque: «mamá, mira lo que hago.» La pura imagen de la culpabilidad. Otra vez.
Renunciar a una carrera brillante para dedicarte a tus hijos, perderte la evolución día a día de tus pequeños a cambio de seguir ascendiendo o mantenerte en la cima profesional.  ¿de eso se trata?  ¿de elegir y hacer renuncias? A veces, una ni siquiera tiene que tomar la decisión, las circunstancias te empujan hacia un lado u otro, como le ha pasado a Usúe.
Conocí a Usúe hace dos años, en un curso de Social Media, la especialidad a la que me dedico profesionalmente después de ser madre.  Poco después empezó a ser mi jefa, para finalmente convertirse en amiga. No me cabe duda de que es una trabajadora capacitada y exigente. Ahora además es madre, y ha realizado un libro colectivo (con testimonios de 28 mujeres) sobre las dificultades por las que se atraviesa para conciliar vida familiar (o personal) y profesional. Merece la pena leer #mamiconcilia para valorar las experiencias desde una perspectiva real, la de quien las ha vivido.
Ser madre y ser una profesional solvente es duro y agotador, pero no es dífícil, ni tampoco utópico. Conciliar ambas facetas de la vida sería posible con unos mínimos cambios, pero eso sí, cambios profundos y generales. Cambios que afecten al conjunto de la sociedad y no solo a las madres. Porque no se puede competir cuando las reglas no están claras, no se puede jugar si el reglamento no se cumple para todos igual, no se puede luchar en inferioridad de condiciones.
Para que las madres podamos avanzar en el mercado laboral sin prescindir de una maternidad plena y satisfactoria, sin culpas, nuestra sociedad y su concepción del tiempo tienen que evolucionar. Todos necesitamos tiempo fuera del trabajo. No solo las madres. Con jornadas que no impliquen pasar el día entero en la oficina, todos ganaríamos. Todos.

16 respuestas a “#mamiconcilia, porque somos madres todos los dias (por Isa)

  1. ¡Lo he enlazado en el post! No hace falta que lo busques 😉 María José es una mujer genial, y te recomiendo que lo leas entero. Tiene testimonios muy interesantes.

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  2. Así es, querido Observador. Todavía hay quien piensa que le viene bien reivindicar lo contrario para marcar la diferencia… Cuanto mezquino hay suelto. Qué lástima…

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  3. Pues la verdad es quienes reivindican lo de la conciliacion son mayoritariamente mujeres, es un hecho, triste hecho. Y así pocas cosas van a cambiar, si no lo hacemos todos. Incluso los que no somos padres. Porque quizás queramos conciliar para atender a nuestros padres o para nosotros mismos.

    Pero si sigue siendo cosa 'vuestra' me temo que esto no va a cambiar y no lo verán las hijas de la otra imperfecta.

    El Observador.

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  4. Sí, hay que luchar y presionar al gobierno para que tome medidas que favorezcan la racionalización de horarios. Ya te digo yo que si hubiera descuentos fiscales a empresas «conciliadoras» muchas compañías se acogerían a mejorar los horarios (por ejemplo). Es que se me ocurren mil cosas, dar más puntos a empresas con horarios racionales a la hora de optar a subvenciones (otro ejemplo)… No sé, creo que si hubiera intención, hay muchas medidas que se pueden tomar para «incentivar» a las empresas a mejorar los horarios, medidas rápidas y muy sencillas. Pero está claro que no interesa y que la patronal tiene mucho poder.

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  5. Aquí se lleva lo que de ha llevado siempre. Somos una sociedad inmovilista y reaccionaria. Se protesta mucho ante cualquier cambio, todos pronostican hecatombes horribles, pero luego se nos pasa… Porque después tenemos una capacidad de adaptación estupenda. Mira la ley antitabaco, por ejemplo.

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  6. Con un horario generalizado de 9 a 17 (por ejemplo) todos viviríamos mejor, y si alguna persona necesita una reducción por sus circunstancias personales (no solo maternidad) que lo reduzca.
    Creo que hay que luchar por ello desde donde se pueda.

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  7. No es tan incómodo tener reducción de jornada si sabes que los demás también se van a una hora cabal. Está claro.
    Hay que educar a niños y a adultos, y se puede hacer desde todos los ámbitos. La secretaria del cole de no hijo suele llamar al padre antes que a mí, porque ea a lo que le hemos acostumbrando. Las barreras se vencen por erosión.

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  8. Me ha encantado el post, me siento completamente reflejada. Claro que nos afecta a todos, al conjunto de la sociedad, si tenemos tiempo para educar a nuestros hijos y no delegar a otros esa responsabilidad, para disfrutar de ellos, hacerles que se sientan queridos y dedicarles el tiempo necesario, tanto madres como padres. Nuestros hijos serán mejores personas y contribuirá a formar una sociedad mejor.

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  9. Maravilloso post. Exacto conciliar no es solo una cuestión de madres, es un tema que nos afecta a todos. Pero mucho me temo que las empresas no están por la labor de facilitar unos horarios más racionales. Aquí se lleva más el «calentar silla» que la productividad real…

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  10. Lo has expresado muy bien Isa, la culpa está siempre ahí, obviamente las responsabilidades que se exigen en los diferentes trabajos no son las mismas como tampoco es la misma la forma en que cada una de nosotras entendemos la maternidad. Así vamos superando culpas día a día, cada una a su manera. Ojalá los horarios en España fueran más racionales, no solo por el tema de la conciliación, sino por todo, que los que no tiene hijos también se merecen su tiempo. Y lo principal es que no tiene sentido estar en la oficina hasta las tantas, no es más productivo, ni mejor ni nada de nada!.
    Sobre casos de discriminación por el tema de embarazos solo puedo decir que yo no los he sufrido y en mis trabajos no es algo que haya visto –ni de jefes hombre ni de jefes mujeres-.

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  11. Estoy segura de que debe existir una fórmula no demasiado complicada para poder conciliar vida laboral y personal. De hecho, en la mayor parte de los países europeos se lleva a cabo. En España estamos demasiado acostumbrados al «presentismo». Hay que estar ahí aunque haya veces que ni siquiera sea necesario. Besotes!!!

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  12. Seré rara, pero no me siento culpable cuando me voy del trabajo un rato antes que los demás -en mi caso, trabajo en una entidad con un horario muy razonable para todos, pero he reducido la jornada un poquito-. Y en todo caso hacia quien no quiero sentirme culpable es hacia ellas, eso me haría daño. Mi situación es diferente a la de muchas mamás, afortunadamente no tengo que llevarme trabajo a casa, el tiempo de mis hijas es de mis hijas. Pero estoy en el mundo.

    Es obvio, hoy por hoy, que hay que elegir, que se promociona antes a una mujer que no tiene hijos pequeños que a otra que sí, a igual valía. Esa situación para algunas mujeres es muy dolorosa y es injusto que no haya conciliación real. Para otras mujeres ser madre compensa esos agravios. Y para otras está claro que lo profesional es su prioridad.

    El embarazo y la posterior baja maternal merman la capacidad de ascender de las mujeres en algunos trabajos, si no las ponen en la calle directamente. Sobre todo si los superiores son hombres. Para que esto cambie tiene que haber una transformación sociológica brutal, que pasa por una educación en igualdad desde que los críos son pequeños. Como madre de niñas espero que cuando ellas sean adultas todo esto sea algo superado y que puedan llegar a todo si quieren compatibilizar una carrera profesional ascendente con la maternidad.

    Me gustaría pensar que los padres y madres de varones que hoy son niños les educan para que así sea y no para que una barriga incomode a los jefes pensando en futuras ausencias al trabajo por temas de los críos. También pueden faltar los papás, claro, pero cuando llaman del colegio porque el niño tiene fiebre normalmente primero se recurre a la madre. Que se llegue a llamar al papá parece una quimera, hoy día. Eso no cambia en dos días, ni en dos años, pero lo hará.

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