En 1965, TIME definía así el cuerpo perfecto (vía Ana) |
A todas nos gusta estar guapas y sexys, que el sexo masculino nos mire con buenos ojos (y en bastantes ocasiones también el femenino) ¿A quien no le gusta gustar? No es malo querer sentirse deseada, de hecho es bastante positivo. Alimenta la autoestima, que no es moco de pavo en los tiempos que corren donde el talento se paga mal y poco, y el estrés nos acosa para que no disfrutemos del tiempo con la gente que nos hace felices.
A mí me encanta gustar. No lo voy a negar. Y he tenido la suerte de pasar por rachas en las que veía mis deseos satisfechos. Gustaba. Y sin mucho esfuerzo, lo que es fundamental. La biología me regaló lo que otras suplen con paciencia y arte, de los que yo carezco. Pero, amigos, el metabolismo favorable no es jauja y a mí me gusta comer aún más que gustar así que hace ya un tiempo que la balanza se decantó por la gastronomía. C’est la vie!
Mi caso no es excepcional, conozco a muchas más como yo: les gusta estar buenas pero sin tener que hacer mucha floritura. Pero también conozco bastantes que viven en una tortura constante, sometidas a la ciencia del cálculo de calorías, matándose en el gimnasio para que no se les caiga el culo o para repeler a la temida Celulitis (esta sí que es una bruja chunga, y no la Maléfica).
En parte, como ya se ha dicho muchas veces, la culpa de esto la tiene el canon de belleza femenino actual fomentado en las pasarelas con jovenzuelas que parecen extras de Walking Dead, famélicas y paliduchas. Pero yo quiero además apuntar a un responsable tecnológico, un arma poderosa que ha caído en manos del Mal causando estragos entre las maltrechas autoestimas de las féminas en edad de merecer: el Photoshop.
Y es que con más o menos carne, las jamonas, siempre han tenido su público. Tener de donde agarrar es un valor clásico, que no pasa de moda, y estar dotada con unas buenas domingas (de todos los sustantivos, ahora me apetecía usar este) se cotiza al alza desde la Prehistoria. Pero la dichosa perfección del retoque a ordenador es una canallada sin precedentes. No se permite ni una mancha, ni rastro de la infame piel de naranja, ni un vello en lugar indebido, ni una puta estría…
Fuente: Las Mil Vidas |
Pues bien, descubrí esta foto en el blog de mi compadre de juegos musicales buenrolleros, Las Mil Vidas. Fíjense bien. Observen sin pudor a esta magnífica señora. Un ejemplar de hembra descomunal que fue apodada como «el cuerpo» durante décadas, uno de los mayores sex-symbols de los 70, doña Raquel Welch. ¿No le ven nada raro? Focalicen en la cadera y en el muslo y detectarán im-perfecciones a las que últimamente no estamos acostumbrados, obra y virtud del Maligno Instrumento del Terror.
Desde aquí, quiero hacer un alegato a la im-perfección: a la ceja mal perfilada, a las uñas mordidas, al pelamen salvaje del potorro, a la estría en el culo tembloroso, a las ojeras, a la arruga, a los labios finos, al diente tordido… Si Raquel Welch lo asumía, ¿por qué no los demás? ¡Y abajo el Photoshop!
De acuerdo en todo 😛
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¡Nunca hay que decir que no a un polvo!
Sí, el tema de la selva negra es algo que entretiene mucho las conversaciones masculinas, casi tanto como el sexo anal o la longitud del pene 🙂
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«Pelamen salvaje del potorro» es la frase del año, jajajaja…
Justo el otro día tuve una conversación en esta línea con un amigo, que aseguraba que le importaba un pimiento que fuéramos o no depiladas, mientras que su chica decía haber rechazado polvos porque justo esa noche no llevaba «los pelos a raya». Supongo que es cierto que a veces los hombres no dan tanta importancia a lo que nosotras pensamos que se la dan… pero por otro lado, ¡anda que no he presenciado conversaciones de mis amigos haciendo coñas con el pelamen que llevaba la tía con la que habían pasado la noche!
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Sería deseable que las mujeres ocupáramos portadas y «rompiéramos internet» por nuestros logros profesionales y no por nuestro hermoso culo 😦 A eso me refiero. Por lo demás, en efecto es perfectamente legítimo usar el cuerpo para hacer cash.
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Jajajaja la verdad es que yo no había oído hablar de esta chica en mi vida, y aún ahora lo único que conozco de ella es su fabuloso trasero. En cualquier caso, no creo que este sea un ejemplo de perpetuación de los estereotipos femeninos en los medios, si no más bien de una señora que ha decidido sacarle un rédito económico a sus atributos físicos, lo que me parece perfectamente legítimo.
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¡Dios mío! ¿Los nacidos después del 92 ya son sexualmente activos?
Completamente de acuerdo. La mayor parte de los hombres que he conocido en mi vida tiene gustos mucho más naturales en cuanto a mujeres que las propias mujeres…
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Yo también estuve acomplejada y mucho: nariz grande, tetas pequeñas… cualquier cosa es susceptible de volverse en tu contra… pero esos mismos atributos se convirtieron en mi encanto 😉 Para gustos los colores, sin duda… ¡y por suerte!
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Pues tengo a mi lado a una mujer que tuvo complejo de delgada en su momento y también por la estatura, casi 1.80. Y a mi me vuelven loco sus largas piernas, pero a otros hombres les gustan las pequeñitas. Todos tenemos algo que puede gustar, de hecho.
El Observador.
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El pelamen salvaje del potorro da para otro post que entreveo de polémico y alargado debate. Sobre todo teniendo en cuenta que me da a mi en la nariz que aquí estamos ante un auténtica brecha generacional entre los nacidos antes y despues del 92 (ahí dejo mi hipótesis).
En cuanto a los canones de belleza me queda siempre la duda de quién tiene más culpa de imponerlos. De nuevo el olfato me lleva a pensar que las mujeres asocian a los hombres estándares más exigentes que los que los hombres manejan internamente ¿qué crees?
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Y tan señor culo… pero da grimaca: o es de plástico o es de Potochop, y el tamaño de la cintura es imposible. Habrá quien piense que la envidia habla por mi boca, así que quiero aclarar que no me duelen prendas en alabar a las mujeres que me parecen hermosas. Ya no voy a entrar en lo que opino de que esta pava acapare los titulares de medio mundo porque tiene el culo bonito (quiero decir: ¿quién coño es? ¿A qué se dedica? ¿Hace algo en la vida aparte de currarse lo buena que está y de estar casada con Kanye West?, etc.). Eso da para una conversación larga sobre la perpetuación de los estereotipos femeninos en los medios de comunicación. Así que mejor os dejo esta brillante recopilación de memes a costa de su culo brilloso 😉 http://www.fantasticplasticmag.com/top-15-parodias-del-culo-de-kim-kardashian/
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Pues a mí me encanta el culazo brillante de la Kardashian… Otra cosa es que no sea de verdad, pero es un señor culo.
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Esa genial foto de Raquel sería impensable hoy en día, por desgracia. Creo que no hay mujer en el mundo que no tenga celulitis, o estrías, o tetas caídas, o michelines… o todo a la vez. Pero sin embargo, las mismas mujeres nos creemos a pies juntillas el ideal de belleza marcado
Desde luego, el Potochop es la lacra de nuestro siglo. ¿Habéis visto este ESPANTO??? Menos mal que ya le han dado para el pelo con las correspondientes parodias, jijiji… timedotcom.files.wordpress.com/2014/11/kim-kardashian-paper-cover.jpg?w=814
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Gracias a ti. Eres una fuente de inspiración constante, crack. ¡Un besazo!
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Estrias que hacen juego con el bañador…
Que sorpresa la mencion! Gracias Bonita!
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La Raquel Welch de ahora ha sucumbido al bisturí y al botox (por desgracia) pero la de entonces, la que hacía ponerse firmes a hordas de machos a su paso, mostraba sus estrías sin problema, algo impensable hoy en día.
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Independientemente del peso, y de las formas (más o menos curvas), le problema actual está en la obsesión por ser perfecta: los dientes blancos, las uñas impecables, el pelo ideal aun cuando parezca despeinado, ni un grano, ni una arruga… es todo como un poco de mentirijillas. Hasta las mejores tienen sus fallicos ¡Y menos mal!
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Ya lo dice la sabiduría popular: «dónde hay pelo hay alegría» 😉
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Debilidad positiva, por supuesto. De ser negativa, no sería debilidad, sería repulsión jajaja
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Raquel Welch era muy bella. Aún lo es. De todo lo que ensalzas, yo en mis partes no tengo nada, mas por higiene que por otra causa. Me daba mucho asco, de siempre,sobre todo con el periodo.
El labio no lo tengo nada fino, mas bien al contrario, y me daba complejo hasta que vi que a los chicos les gustaba mucho y empecé a verlo de esa forma, sexy. Pero cuando veo todas esas salchichas hinchadas de inyeccion pienso si a los que las besan no les dará repelus.
Comer es un placer real y que podemos disfrutar, pero yo tengo una amiga modelo y en ese mundo es otra cosa.
Clau,
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Pues si compañera, a las que nos gusta comer, me refiero en plan disfrute, o bien tienes una genética de campeonato o bien compensas con deporte, dietas de vez en cuando… no hay otra. Yo soy más de deporte, que las dietas no van mucho conmigo, pero en general hay que controlar que si no terminas no entrando por la puerta. Es un fastidio pero yo más que por gustar es por gustarme y por salud. Ojo, claro que me gusta gustar, pero en la lista de prioridades primero tengo que verme yo bien y luego ya empieza a preocuparme el reto de personal… tengo la gran suerte de tener al lado una pareja que no hay día que no me diga lo buena que estoy, haya ganado 5 kilos o perdido 3, así que chica, arriba las caderas anchas!
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Como dice el anuncio, 'Impossible is nothing' 😉
Fuera de coña, el marketing condiciona mucho, pero gente formada en buscar cómo ser feliz es menos vulnerable a sus dictados. Pongamonos a ello 😉
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¿Debilidad en positivo o en negativo? Porque hay gustos para todos los colores 😉
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Lo de «pelamen salvaje del potorro»… me ha matado. Es una de mis debilidades.
Pero tienes razón. El cuerpo debe de tener… cuerpo, y no sólo un armazón de huesos cubierto de piel.
Brindo por la carne. Y si es carne prieta, chapeau!!!
Saludos.
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Es imposible, hay un mercado que lo demanda así.
Si no se miente bien, en el caso de mentir con una imagen, el cliente no compra.
Supongo…
Besos.
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