De galletas para niños y pediatras (por Arantxa)

La publicidad exagera las bondades y virtudes de los productos o servicios que oferta y a veces los falsea. A estas alturas nadie va a negarlo. No será ético, pero es. Pero cuando la publicidad y/o el empaquetado de un producto están avalados por asociaciones profesionales de prestigio sus supuestas «bondades» no son tan susceptibles de ponerse en tela de juicio.

Lo digo porque hace unos días he leído un post que me ha dejado bastante estupefacta, en el que se advierte de que las galletas de algunas marcas que llevan en la caja el logotipo de la Asociación Española de Pediatría (AEP) no son más saludables que otras que no cuenten con dicho aval. He comprado en bastantes ocasiones una de esas marcas de galletas porque, aunque contienen, como el 100% de las galletas industriales, grasas saturadas y azúcares, siempre he pensado que en el caso de que se trate de un consumo ocasional no hay mayor problema, máxime cuando los niños no tiene problemas de peso ni colesterol, como es el caso de mis hijas. Y reconozco que si he primado la adquisición de estas galletas sobre otras es porque en la caja aparece el logo de la AEP. Como me fío de lo que dicen los médicos y sus colegios profesionales y asociaciones, ese respaldo en forma de logotipo les daba el estatus de ser menos malas que otras, entre el amplio abanico de galletas industriales que hay en el pasillo correspondiente del hipermercado. Es decir que, hasta ahora, para mí han sido más fiables las galletas con ese sello, precisamente porque son los pediatras los que velan por la salud de los más pequeños.

No tengo intención alguna de emprender una cruzada contra el consumo de algunas marcas de galletas o de bollería —cada uno sabrá lo que da a sus hijos y en qué cantidades— pero lo que sí me gustaría es saber qué tiene que decir la Asociación Española de Pediatría sobre esta confusión a/de los papás consumidores, cuando se nos están vendiendo como más sanos algunos alimentos precisamente porque la entidad les da su respaldo. Aclaro que se me escapan los matices legales y deontológicos de todo esto y desconozco cuáles son las condiciones de los acuerdos entre la AEP y algunos fabricantes.

Tras leer bastante información en internet respecto a este tema me queda claro que las galletas de marras no son más sanas que el resto. Independientemente de la marca, es algo que nuestros niños pueden comer muy de cuando en cuando y si son muy “galleteros” lo mejor es ponerse con las manos en la masa en casa.


13 respuestas a “De galletas para niños y pediatras (por Arantxa)

  1. A mi también me llegó esta información, pero por la radio. Por lo visto es lo de siempre, asociaciones de profesionales que al tiempo son propietarios, accionistas o socios de las marcas que recomiendan. Es una vergüenza, como tantas cosas en este mundo. Como las farmaceuticas, como las puertas giratorias… hipocresía e intereses económicos. En este mundo, la honestidad sólo se presupone.

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  2. Como ya he dicho antes, en el tema de alimentos procesados tipo galletas no siempre lo más caro es lo mejor. Pero en lo relativo a los productos frescos y no procesados, por ejemplo, si quieres consumir toda la verdura y fruta de producción ecológica está claro que eso se paga. La carne y el pollo sube mucho de precio, pero lo que es más 'barato' lleva hormonas a tutiplen o bien los animales son alimentados para engordar a lo bestia. Los huevos de corral son mucho mejores. Lo idóneo sería tener el gallinero en casa. Como no es el caso hay que pagarlo. Y así podemos seguir y no parar.

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  3. Soy muy de marcas para la comida, lo confieso, pero atendiendo a la comparativa de azúcares y grasas saturadas no siempre lo más caro es lo mejor. Las empresas buscan vender, sea el sector que sea. Un beso.

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  4. Mi relación con la comida está sufriendo una crisis tremenda desde hace algún tiempo. Por un lado, me estoy volviendo semi vegeteriana, cada día me da más pena comer carne, y por otro, me horroriza la cantidad de mierda que metemos al cuerpo, avalada o no por asociaciones supuestamente serias. Cada vez tengo más claro que hay que ir a lo natural, a los mercados de productores que cada vez proliferan más, a las cestas de consumo, a las amigas que hacen pan (¿verdad, Chelo, jajjaja?) Por supuesto, yo también consumo este tipo de productos, no hay más remedio, pero me estoy volviendo cada vez más exquisita… el problema de eso es que para comer medianamente sano hay que tener mucho dinero, es todo carísimo y hasta que no se cambien los hábitos alimenticios de la sociedad, esto va a seguir siendo así, lo que es un asco…

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  5. Si sólo fueran las galletas… cuando te pones a rascar un poco y te das cuenta de la mierda que llevan todos estos productos (y no sólo las galletas) es para llorar. En casa hacemos muchas cosas nosotros, pero también consumimos paquetes de galletes comprados, creo que no hay que obsesionarse pero como bien dices ser conscientes de que no es sano todo lo que lleva un sello, desconozco la regulación pero es increíble la poca información y lo poco clara que es la información disponible.

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  6. Completamente de acuerdo con Susana… Al final, volveremos a hacerlo todo en casa… Va a ser la forma de que se les acabe el chollo a las marcas y se pongan las pilas en serio con estas cosas.

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  7. Ya no sabemos ni que comprar, ni aunque estés dispuesto a pagar más, tienes la garantía de que los productos serán de más calidad, es desesperante. Creo que si esto no tiene un mejor control, es porque no interesa, como siempre, priman los intereses económico, en este caso, por encima de la salud de los niños.

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