No quejarme o quizás… (por Crisgallar)

Estrenamos nuestra nueva sección de Colaboraciones im-perfectas con Crisgallar, aka Cristina Gallardo Parga. Nació en Madrid en 1973 y desde hace bastante más de una década habla, a cuenta de Europa Press, de lo que pasa a diario en los tribunales visitados antaño por terroristas del norte y a día de hoy  por chorizos de la peor calaña. También le gusta juntar letras de vez en cuando sobre temas más pintureros, tener canciones en la cabeza y leer historias que le sorprendan. Enamorada, amiga de sus amigos y  maleducada con los monstruos. Podéis echar una ojeada en @Crisgallar.

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¡Vaya regalo de Reyes! Me estreno en Im-perfectas con mucha ilusión porque llevo tiempo leyendo a estas chicas y me siento una más. Muy, muy im-perfecta y reincidente, qué le vamos a hacer. Pese a la confianza que me han prestado se me ha ocurrido que mi primer ‘post’ vaya de mejorar, de ser menos im-perfecta -no sé si esto me supondrá la expulsión inmediata-. Espero que no.

La cosa es que estoy tratando de aplicar algo que una compañera de trabajo me comentó hace unos meses. Va de no quejarse. ¿Cómo lo veis? Bueno, se trata de darse cuenta de las veces que uno se queja a lo largo del día así a lo tonto y dejar de hacerlo. Luchar contra esa manía de adoptar una actitud derrotista y quejumbrosa ante las cosas en plan mecánico y sin saber ni por qué. Porque nos va la marcha, dar pena, nos dejamos llevar, yo que sé.

La propuesta es ser consciente de esta actitud y dejar de hacerlo. Al parecer, sirve para afrontar el día a día de otra manera, en positivo. Eso está bien. Sí, está bien. La cosa me pareció estupenda pero tras unas horas se me olvidó por completo. Unas semanas más tarde escuché a un terapeuta en la radio hablando de lo mismo, a lo que siguieron varios artículos de esos que te encuentras por la red en un momento en el que te va bien leerlos.

La mente es maravillosa‘ es uno de ellos. Hay varios. Y pensé. ¿Por qué no? ¿Y si ésta fuera la clave para mejorar las cosas que muchas veces pensamos que no funcionan? Pues nada, ya no me quejo, a ver qué pasa.

Llevo unos días de terapia y es cansado, no penséis. ¡Es que la queja es automática! Entras en el ascensor y si coincides con algún vecino ya te quejas del tiempo: “!Qué horror ,qué frío! Y en realidad el frío no me molesta tanto. De  hecho a la hora de salir por la mañana a correr me encanta sentir el frío en la cara. Me despierta, me tonifica, me pone las pilas. Pero no, tú te quejas en el ascensor. Ya empezamos mal, sales a la calle con cara de ‘qué asco, qué frío’. Mal.

Luego en el metro te llegan ‘gifts’ al ‘whatsapp’ de esos de ‘odio los lunes’ en los que sale un tío tirando platos al suelo o un pingüino arrastránsose por el hielo. Y sin pensarlo los reenvias a tu chico o al chat de las colegas. “Qué asco de lunes” ¿Por qué? ¿En serio vas asqueada camino al trabajo? Si lo piensas bien. Pues no, hoy no te encuentras especialmente asqueada. De hecho a veces son peor los miércoles, ahí en medio de la semana como los jueves. Pero los reenvias así sin pensar. Mal

Tras un rato trabajando te tomas un café. Y si coincide con los compañeros párate un poco y analiza. La gente se queja -del trabajo, el fin de semana que se echó a perder por el catarro, del precio de las verduras.. qué se yo-. Y escúchate. Tú también te quejas. Sin pensar. Mal.

Y a veces a la hora de cenar en casa, o en el ratito de antes ese de comentar con tu chico qué tal ha ido el día también te quejas. En vez de poner una sonrisa a la tarde y aprovechar el momento todo es mal rollo si una razón que de verdad lo justifique. Mal.

Así que voy a probar. Voy a pensar más lo que digo -que eso tampoco está nada mal, para qué vamos a engañarnos- y voy a evitar quejarme a no ser que sea imprescindible. Voy a tratar de hacerlo, y si es la panacea os aviso por aquí ¿vale? Hasta le he puesto banda sonora al asunto. Una canción que no tiene nada que ver la verdad: ‘No tocarte‘ de Radio Futura. Yo lo cambio por “no quejarte, no quejarte…” y voy así por la calle, tarareando y sonriendo como una tonta. “No quejarme o quizás…”

Ya os contaré


18 respuestas a “No quejarme o quizás… (por Crisgallar)

  1. Bienvenida Cris!
    Me encanta tu primera colaboración con nosotras. Es que no puedo estar más de acuerdo contigo. Hace tiempo que tomé esa determinación y aunque me la salto con frecuencia, creo es una fantástica filosofía de vida. También reconozco que yo me quejo con la gente que se queja, cuando estoy con gente que no suele quejarse, yo tampoco soy de las que toma la inciativa en ese sentido.
    Saludos!

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  2. Hace tiempo que tome esa decisión…y cuesta.Pero en el momento que cambias el pensamiento,cambia la actitud,el humor y hasta la cara..Bien por no quejarse salvo cuando sea estrictamente necesario.

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  3. Es muy tú, Cris. Me encanta. Yo también había leído algo de este tema, y lo tengo en pendientes de las resoluciones de año nuevo. Primero la piscina.

    Beso grande

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  4. Yo soy muy quejica. Curiosamente, no suelo andarme quejando de cosas graves, las cuales suelo reservar para mí, sino de tonterías (el frío, el ordenador del trabajo que va lento…). La verdad es que es algo que tengo que mejorar. Jajaja. Un besote!!!

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  5. ¡¡Bienvenida a im-perfectas, Cris!!
    Me ha encantado el post y me gusta mucho la iniciativa… sé que me va a costar, porque estoy invadida de una negatividad que me carcome, pero lo voy a intentar. Menos quejarse y más darle la vuelta a la tortilla.

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  6. Es cierto: si analizamos nuestros actos a lo largo del día, nos quejamos todo el tiempo de manera automática. Hay toda una liturgia en torno a la queja, de hecho (¡todos esos memes de «odio los lunes»! ¿Pero por qué???). Hace falta un ejercicio de voluntad para dejar de hacerlo y no convertirse en una pesada. Me apunto al plan contigo 😉
    ¡Grandísimo temazo, por cierto!

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