Ordenando que es gerundio (por Chelo)

No me gusta ordenar, no os voy a engañar. Además, soy de acumular, tampoco me gusta tirar. El “por si acaso” es una máxima que siempre me ha acompañado. Dicho esto, vi en la serie de Marie Kondo una oportunidad de cambiar estas dos características mías que me gustan más bien poco.

A estas alturas todos sabréis quién es esta chica japonesa de 1,43 de altura. Todo lo que tiene de pequeña, lo tiene de ordenada. Es una gurú del orden, tal cual. Ha escrito cuatro libros sobre el arte de organizar y lleva vendidos casi cuatro millones de copias en treinta y tres países. Casi nada.

El caso es que el 1 de enero Netflix estrenó su serie y me dispuse a verla. La verdad es que vistos tres capítulos, vistos todos, tampoco “la magia del orden” da para mucho más, pero la serie es entretenida y trasmite esa disposición al orden que a mí me faltaba. El método KonMari, cómo lo llama ella, está impregnado de un idealismo muy zen, en pensar que los objetos tienen alma y hay que quedarse sólo con los que nos trasmiten felicidad. Francamente, tras diversos intentos (yoga, mindfulness, reiki) de potenciar sin éxito mi lado espiritual, no esperaba que Miss Kondo lo consiguiera. Así que yo el método lo he adoptado únicamente por el lado práctico. No me ha dado por hablarle a mi casa ni por despedirme con agradecimientos por los servicios prestados de las bragas que hacía 10 años que no me ponía.

He ido poco a poco, espacio a espacio y debo confesar que estoy muy orgullosa de lo que voy consiguiendo. Mi armario y mi cuarto de baño parecen otros, me he desecho de bastantes cosas inútiles, cosas que no usaba ni iba a usar, maquillajes caducados, productos comprados sin mucho acierto… Y si, abrir esos cajones y esos armarios me trasmite felicidad. Será que algo de cierto tiene el rollo oriental de ordenar.

Como no podía ser de otra forma, mucha gente ha aprovechado la fiebre del orden para montar negocios o sacar partido a los que ya tenía. De todo lo que he visto, dejando a un lado el incremento de publicidad de las aplicaciones “si ya no lo usas, véndelo” que están hasta en la sopa, me han llamado la atención dos; el primero, porque me ha encantado y es un paso más en el adecentamiento de armarios y estanterías:

fondos

¿No me digáis que no os dan ganas de poneros a forrar cajones y fondos de armario?.

Y el segundo, porque me ha parecido la marimorena: resulta que te puedes hacer consultor/a del orden ¡y certificada por la propia Marie Kondo!. Ahí lo dejo.

consultant

Y bueno, hasta aquí mi experiencia con este método de organización por categorías, os lo recomiendo, no puedo afirmar que os hará feliz, pero seguro que os quedaís agusto. Y bueno, no hace falta ver la serie o leerle los libros, en YouTube tenéis cienes de videos sobre cómo doblar cada prenda, cómo ordenar libros, garajes, trasteros… en fin, para no aburrirse.


8 respuestas a “Ordenando que es gerundio (por Chelo)

  1. A mí también me ha dado por hacer limpieza, pero no por influencia de la gurú del orden. Tocaba ya y punto. La verdad es que después te quedas a gustísimo.

    Por cierto, veo que la gente, en general, confunde el síndrome de Diógenes con el trastorno por acumulación, que es de lo que peca mucha gente, puede que todos en algún momento. El primero tiene una incidencia mucho menor y es más grave.

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  2. Yo sí soy de ordenar y de tirar cosas. Me da la fiebre cada dos por tres y arraso con todo. Me da un poco de miedo ponerme a la Marie Kondo no vaya a desatar del todo mi faceta TOC del orden y acaben repudiándome familia y amigos 🙂

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  3. Pues yo, que soy bastante desastre, no descarto ponerme unos cuantos vídeos de esta mujer, a ver si me da alguna idea. Aunque mi problema, más que los armarios, son los papeles…

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  4. jajja la verdad es que despejar la casa ayuda a despejar la mente, lo malo es cuando vives con gente un poco Diógenes como es mi caso… lo que cuesta que tiren algo! Así que el plan limpieza imposible

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    1. Si,además, cada uno debe hacerse cargo de lo suyo, no vale eso de ordenar lo de toda la familia (menos cuando son niños pequeños). En mi cada mi hija de 11 años fue la primera que se puso con el armario desu´s de ver un par de capítulos juntas 🙂

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