La música de las élites (por Isa)

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Uno de los conciertos de la orquesta de CEIP Fernando el Católico

Mañana por la tarde voy a un Concierto de Navidad. Mi hijo tocará el violonchelo, como viene haciendo desde hace ya tres años, dentro de la orquesta escolar de su colegio, el CEIP Fernando el Católico. El cole de mis hijos es un centro público, de barrio. Es una escuela de infantil y primaria muy normal, de la que ya he hablado aquí más de una vez, en la que la diversidad social, étnica y cultural convive sin estridencias.

Se trata de un colegio con escasos recursos, como casi todos los públicos, en los que las actividades extraescolares se financian con los magros ingresos que consigue un AMPA concienzudo, formado por padres voluntarios y solidarios. Aún así, tiene la singularidad de contar con una orquesta escolar, con niños que sacan ratos entre clases, le quitan tiempo al recreo y a la hora del comedor para aprender a tocar un instrumento y a leer música. Esto es posible gracias al esfuerzo y a la dedicación de los profesores y el empecinamiento del director de la escuela de música Arcos, Rubén Fernández, que hace casi una década inició el proyecto altruista de orquestas escolares en nuestro cole.

Si el proyecto ha fraguado y se ha mantenido ha sido también gracias a la implicación de la dirección del centro que ha tratado con ahínco de conseguir financiación y de contar con instrumentos de préstamo, que los niños aprenden a cuidar con mucho mimo pues saben que son caros y son de todos.

En ese sentido, el año pasado se presentó una petición al Ayuntamiento dentro de los Presupuestos Participativos para conseguir instrumentos musicales.  Se pedían 60.000 euros y fue una de las propuestas más votadas. Pues bien, el actual consistorio ha decidido que no va a dotar de equipamiento musical y de instrumentos a los coles del distrito para sus instrumentos.

El equipo municipal ignora o le resulta indiferente que la mayor parte de los pequeños que forman parte de estas orquestas escolares no tendrían posibilidad de formarse musicalmente sino fuera gracias a este tipo de iniciativas, a estos instrumentos de préstamo, al esfuerzo del colegio, de los profesores, de los padres y de los niños. Los escolares no solo aprenden música, sino a valorar lo que no es suyo, a participar en un proyecto colectivo, disciplina y eso que tanto les gusta a algunos mencionar pero que me temo que no saben que significa: excelencia.

Olvidan, o igual lo hacen a sabiendas, que la música -como la educación en general- no es cosa de élites, sino de todos.


4 respuestas a “La música de las élites (por Isa)

  1. Aquí confluyen la obsesión compulsiva del nuevo equipo de gobierno municipal por cargarse todo lo que proceda de la época Carmena y su absoluto desdén por la educación pública. Y lo que es peor: muchos contribuyentes considerarán muy acertado que destinen parte de sus impuestos a pagar un trapo en vez de esos instrumentos musicales. ¡Qué país!

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    1. Con lo fácil que sería hacer patria bien: les dotas de instrumentos y les enseñas a tocar el himno. Mucho mejor que poner una bandera en medio de una plaza, como si a los que pasamos por allí hubiera que recordarnos que somos españoles y no daneses o finlandeses (qué más quisiéramos)

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    1. Pues sí, es una lástima que los medios de comunicación centren el foco informativo en los politiqueos y en los dimes y diretes en lugar de en cómo gestionan nuestros recursos y nuestros impuestos.

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