Estado melancólico (por Arantxa)

Estos días estoy algo melancólica. Sera la astenia primaveral, lo cual hasta tiene su gracia, porque la primavera no acaba de entrar, o al menos su llegada no ha sido triunfal, con lo cual la dichosa astenia no viene a cuento. Será que llevo algunas noches durmiendo mal y a ratos, porque algún virus, desconocido, y una bacteria, identificada con rapidez por el pediatra, les ha cogido querencia a mis hijas, con lo cual las noches son duras y la falta de descanso va haciendo mella en mi. Será que pienso demasiado, lo que conlleva que me invadan los temores, y también que me sacudan las emociones.

Im-perfectas va a cumplir dos años en abril, aunque yo me incorporé un poco más tarde. Para mi fue catártico, porque estaba atravesando un momento realmente difícil, angosto, duro. Empecé a escribir sobre trivialidades varias, pero jamás me desnudaba en los post. Proyectaba una imagen de mi misma que no era la auténtica yo. Por dentro me desmoronaba y por fuera la gente me veía guapa, delgada, brillante (o eso me decían). Salí del túnel, porque no hay túnel lo bastante largo como para no ver la luz.

No se por qué escribo esto ahora. Será por mi tendencia a instalarme en la calle Melancolía, esa en la que vivía Sabina. Puede que sea un ejercicio de masoquismo. Pero no pienso mudarme allí, sólo voy a pasar unas horas, o unos días, a lo sumo. Me da por pensar en la gente que quiero, en si les cuido como debiera, en lo que me preocupa que estén bien, en el pánico a que dejen de quererme.

Me miro al espejo, no buscando las arruguitas de expresión inevitables a mis 35, sino para leer en mis ojos. Son de color azul, me dijeron una vez que de ese azul del que se tiñe el mar cuando amenaza tormenta. Azul tempestad, de todo menos sosegado o tranquilizador, aunque esa es una verdad a medias, porque según sea la luz, el color del iris adquiere otros matices.

Sean como fueren, veo muchas cosas en ellos, algunas me inquietan, otras me paralizan y las hay que me dan fuerza y me llenan de dicha. Estoy sumida en un estado ciclotímico poco preocupante y sin duda pasajero. Al fin y al cabo yo vivo en una calle con nombre de una flor de un color muy vivo, la calle desde la que escribo estas líneas mientras mis hijas duermen, hoy sí, plácidamente.


10 respuestas a “Estado melancólico (por Arantxa)

  1. Yo me paso a menudo por esa calle, últimamente no queda otro remedio.
    Lo importante es que el domicilio lo tengas en otra parte.

    La melancolía no es mala, nos da un punto de reflexión que a veces es necesario.

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  2. Has escrito con el corazón!!!Un post, dicho sea de paso, Precioso!!!!! No te preocupes, Todos pasamos por estados como el que describes, en innumerables ocasiones, y salimos..Ánimo y muchos besos

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  3. Creo que todos pasamos alguna vez por esa calle o cerca de ella.
    Seguramente que cuando descanses verás las cosas de otro modo, a menudo nos enredamos en pensamientos negativos y como no los desechemos pronto se nos instalan y llegamos a creérnoslos.

    Ánimo y…Besinos

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  4. Muy bonito Arantxa, desde el corazón, también nos gusta ver este lado tuyo…
    Por mi parte, tengo tal mogollón en la cabeza que no tengo tiempo ni para la melancolía.

    besos

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  5. Lo que escribes está lleno de belleza. Debe ser que la melancolía siempre es inspiradora ¿no crees? En cualquier caso, ¡es la vida! y afortunadamente, nos permite disfrutar de todos los momentos, incluso éstos. Un beso grande.

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