Optimismo: se intenta (por Ana)



Mafalda: cincuenta años comiendo sopa

Cada mañana desde hace un año y pico intento tener la misma rutina. Me levanto temprano, muy adormilada, me siento en el sofá y me meto en Internet para echar un vistazo a las noticias del día. Como por regla general, me cuesta conciliar el sueño y muy a menudo tengo pesadillas, en ocasiones, al hojear los periódicos me parece estar todavía metida en un mal sueño. Poco a poco voy centrando la visión legañosa y me doy cuenta de que no lo es, que estoy perfectamente despierta y que, como todos los días desde hace un par de años, no hay una sola noticia feliz, esperanzadora, que como hace tiempo, las noticias económicas te enganchan el alma y te la retuercen.

A pesar de todo ello, me intento convencer de que no pasa nada, hoy, como diría el maestro Serrat, puede ser un gran día, así que me lo planteo así. En realidad mi cuerpo se niega un poco a ser optimista, me pide volver a la cama y me habla desde dentro: Ana, vamos a ver, ¿pero tú que tienes que hacer hoy que requiera que madrugues?, acuéstate y luego ya veremos. Pero no le hago caso, me voy a la cocina a prepararme el desayuno, seguro que un buen café me ayudará a despertar y a ver las cosas de otro modo.
Llego a la cocina y los que me acompañan en casa tienen ya puesta a Ana Pastor y más tarde a Susanna Griso. Intento centrarme en el olor del café, en la evasión que ello me provocaba siempre, pero ahora me es imposible dejar de oír la entrevista al empresario de turno o al político que justifican los recortes. Y pienso en los enfermos que están teniendo problemas para ser tratados de sus enfermedades (los conozco muy de cerca), en los equipos médicos que logran sacar el trabajo tirando de su vocación y ganas de ayudar y siendo creativos a la hora de tener acceso a recursos necesarios, sobreviviendo gracias a donaciones de otros pacientes y arreglando las puertas de las consultas ellos mismos con celofán (sí, hay equipos médicos que se encargan de unidades especializadas, muy especializadas, es decir, que están los mejores de los mejores, que renuevan cada tres meses y que en estas circunstancias dudan de si el 31 de marzo van a volver a renovar o se cargan la unidad) Me acuerdo de mi sobrina y que en breve tendrá que buscar cole, y en cómo está el tema de la educación.
Todo esto pasa por mi mente mientras, por distracción, me endulzo el café más de la cuenta y engullo mis tostadas sin percibir su sabor. Cuando acabo me ducho. Antes no faltaba mi radio puesta, ahora en ocasiones me doy un respiro y me pongo música, total, para seguir oyendo calamidades.
A continuación me pongo a estudiar, a intentar pegar un giro a mi carrera profesional, a reciclarme, a estar ocupada y no volverme loca. Para luego buscar en foro relacionados con mis cursos y darme cuenta de que en ese sector están igual o peor que en el que abandono.
El “mejor momento del día” sin duda, es momento currículum, el momento “trabajo para buscar trabajo” porque el buscar trabajo es un trabajo en sí mismo, eso te lo dirá claramente cualquier orientador del INEM te dirá, como si no lo supieras, como si no lo vivieras… Las páginas de búsqueda de trabajo las tienes trilladas, no salen nuevas ofertas, a las que te apuntas parecen de mentira, ni una sola contestación, ya no sabes a que empresar mandar un sos, ¿estaré escribiendo mal las cartas de presentación? Dios, mío, ahora todo el mundo es tan creativo que manda sus currículums en formato vídeo y con extensiones desconocidas para ti… Y el nudo en el estómago continúa creciendo, aunque haga lo posible y lo imposible para mantener el tipo y estar alegre y confiada.
Y luego a ocupar mi tiempo con tareas, recados, ejercicio… Tampoco es que pueda salir demasiado ni dedicarte a ir de compras, el dinero limita la vida social y las escapadas de ocio, así que intento encontrar nuevas maneras de disfrutar, y hay días que lo consigo y por momentos me olvido del país, la depresión, el ambiente generalizado de pesimismo…
Y cuando llega la noche, la oscuridad, no puedo evitar plantearme qué va a ser de mi vida, y preguntarme si será verdad que las cosas van a ir a peor, a mucho peor, como vaticinan todos los medios y políticos de España. Y lo veo claro: sí, va a ir a peor y va a ser difícil evitarlo. Está claro que nadie va a pensar en la sanidad, ni en la educación, ni en que detrás de tantos números, entre ellos de personas paradas, se encuentran historias humanas, y que ninguna es parecida al del otro. Nadie va a recapacitar y va a pensar que cada caso debería ser tratado de forma individual y que las prestaciones, las ayudas, deberían estar repetidas según necesidades. Pero eso da igual porque estoy segura que en otra esfera que no es la mía sigue habiendo dinero que sacia la ambición de los que más tiene, que millones y millones se van en tontadas y se desvían a distintos bolsillos en los que ya no cabe un euro más. Pero sí cabe, sí, haciendo un poco de hueco entran unos milloncejos más que podrían ir destinados a temas sociales… Los que sufrimos, los que tenemos que imponernos una rutina diaria para no volvernos locos, no le importamos a nadie por mucho que los políticos se llenen la boca de hablar de nosotros para decir que todo es por nuestro bien y para hacer promesas electorales que luego se olvidan en el mismo momento en que ocupan su sillón. No importamos porque nosotros tampoco nos plantamos, aunque tampoco sé bien cómo podríamos hacerlo…
Y con todo este come come en mi cabeza y en mi estómago, que cada día protesta un poco más, rechaza un poco más la comida y todo le sienta fatal, me voy a la cama, para volver a dormir intranquila. Pero al día siguiente me levanto intentado ser optimista a pesar del primer vistazo a las noticias y a las páginas de empleo.

18 respuestas a “Optimismo: se intenta (por Ana)

  1. Gracias, me alegro de que te haya gustado y que veas reflejado lo que tantos y tantos sienten en este momento… Y claro que hay luz al final del túnel… y hacia allá vamos…

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  2. Es que creo que también tenemos que permitirnos el tener momentos de bajón, si no seríamos máquinas sin sentimientos… y hay que llorar y sentirse mal, pero de ahí pa' arriba, siempre pa' arriba. Y no permitas que nadie te llame mujer sincopada, por favor, que tienes muchas más virtudes buenas para ponertes motes que eso…

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  3. Usted que me ve con buenos ojos!!! Es uno de mis principales apoyos para no decaer, el no podrán conmigo, sólo nos que la dignidad y el tratar de ser felices, y eso no nos lo va a quitar ningún sistema capitalista o no…

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  4. Me ha encantado lo que has escrito, todo lo que sentimos miles de españoles y no sabemos expresar así de bien!!!!!. No te rindas, y sigue teniendo el lado positivo más arriba…Yo prefiero pensar que al final del túnel hay luz…Un beso

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  5. En la lucha entre el blanco y el negro, no vale con acomodarse en el gris. Hay que tratar de meterle blanco, si no se puede a brochazos, a pinceladas. Pero la lucha por no acomodarse no sale gratis. A veces crees que puedes y te da un bajón, un amago de yo que sé. La mujer sincopada (me han llamado algo así).

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  6. Hay que mantenerse, claro que sí, como dicen todos los comentarios de tu interesante post, Ana. Hay que mantener el ánimo, porque si nos acogotamos, entonces ellos habrán vencido. Tenemos que decidir qué hacer con lo que tenemos encima, si deprimirnos o no, si pelear o no… Ese es nuestro poder… así que vamos a ejercerlo y a presentar batalla. Aunque sólo sea no deprimiéndonos…

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  7. Creo que tratar de ser positivo es lo único que no nos pueden quitar… y el positivismo es poderoso, porque te llena de fuerza y de energía, y tte abre la mente a pensar en soluciones…

    Ser optimista hoy en día es difícil y admirable. Es cosa de valientes.
    Como tú 🙂

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  8. No sé muy bien qué decir, conozco a cercanos en esa misma situación, es doloroso. Aunque sea una obviedad, habrá que contentarse con lo de «la salud bien, gracias», si es que está bien… que algunos ni eso. En fin, insuflarte todos los ánimos del mundo, siempre he creído que el que busca halla, y que el que no se cansa de luchar gana batallas. Así que muchos ánimos!!!

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  9. Ana ,
    que las cosas están fatal , pero que lo vas conseguir ,seguro !! Que tu vales mucho!!
    Habrá momentos de bajón , imposibles de evitar , pero un momentín y arriba, no desfallezcas , que la actitud es fundamental.Estoy segura de que igual que «dinero llama a dinero» , buen rollo llama a buen rollo !! Seguro !

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  10. Ah, eso sí que lo tengo claro, conmigo no van a poder… me seguiré levantando aunque sea debajo de un puente y seguiré quejándome, protestando y echándome a la calle cuando sea necesario… es que si nos quitan la dignidad y la alegría ya nos lo quitan todo, y eso sí que no, bajo ningún concepto… Un beso Carol…

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  11. Se me saltan las lágrimas, literal. Es cierto, la situación es para deprimirse y no salir de la cama más nunca. ¿Podemos hacer algo para remediarlo? Sí: levantarte cada día como tú haces dispuesta a pelear y a intentarlo. Protestar, reclamar, alzar la voz cuando sea necesario. Y también mantener el ánimo, porque creo que a los de arriba les viene muy bien este clima de pesimismo y acojone generalizado para que nos quedemos quietecitos como borregos. Mucho ánimo, Anita. Todo llegará.

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  12. Lo que pasa es que desconectar demasiado de las noticias también me parece peligroso, puede crear una inercia de pasar de ello que yo, que por lo profesional y lo personal, he estado siempre infomada, no puedo ni quiero permitirme. Pero sí, en ocasiones apago la tele o dejo el periódico y pienso que en otro rato me leeré las noticias y me dedico a otra cosa mariposa.

    Y en cuanto al optimismo, creo que no lo estoy llevando excesivamente mal, tengo malos momentos, pero en la balanza sigue ganando la esperanza, así que sí, sigamos a por ello…

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  13. Eso, eso, que ser optimista es gratis… ¡de momento!
    Como bien dices, tener una rutina es importante y a veces no viene mal desconectar un poco de las noticias y de los malos rollos propios y ajenos, pero no es fácil y el hecho de intentarlo es ya todo un alarde de fuerza.
    Pero ya sabes que el optimismo es importante y “por cada minuto que estés enfadado pierdes sesenta segundos de felicidad” (Ralph Waldo Emerson) así que ¡vayamos a ello!

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  14. Es que el panorama está como para no poder ser ni optimista. El optimismo es un término inventado como todos los que nos rodean. Y no me extraña que muchas veces desaparezca de nuestra vista! Sin embargo es muy útil para seguir manteniendo la fuerza y no caer en el miedo que nos atenaza a todos. Yo te deseo fuerza, tesón y mucha suerte corazón 🙂

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