El lenguaje cambia, evoluciona, a veces a mejor y a veces a peor.
El típico tipo coñazo-cultureta ahora es un híbrido entre gafapasta y hipster. Lo mejor del nuevo hipster es que ha pasado de ser un raruno (raro) a ser very cool (súper guay). Como en todo, para gustos, los colores, sean colores fosforito como se ha dicho toda la vida o sean flúor -como viene diciéndose en los últimos tiempos-.
Antes te ponías algo de cuando tu madre era joven y vestías pasado de moda, ahora lo antiguo es vintage y es lo más de lo más, el sueño de cualquier hipster que se precie.
Cuando yo empecé a currar -y no hace tanto- en el trabajo llamabas a gente por teléfono, ahora directamente tienes calls. “Tengo un call a las 15h con el cliente” “¿Cuántos sois?” “Él y yo” Esto toda la vida ha sido “He quedado a las 15h en llamar al cliente”. Pero decir que tienes una call es mucho más actual, donde va a parar, parece incluso que si te pasas todo el día de calls, eres un tipo súper importante y ocupado, cuando antes, estar todo día colgado al teléfono era visto como improductivo.
Antes te gustaban las cosas, ahora preferimos decir “soy muy fan”. El fenómeno #muyfan merece un estudio aparte. La gente es #muyfan de cosas épicas, tipo «la carcasa del móvil de Boris Izaguirre» o «el estilo de Pippa Middleton«.
La auto foto es ahora un selfie y todo el mundo lo flipa con ellos. Hay que ver cómo nos gustan los anglicismos, nos tiramos a ellos como los críos a por un caramelo en la puerta del colegio. Aunque ahora en las puertas de los colegios se haba de cosas como el Minecraft (os lo juro) o del Tuenti. ¿De qué hablabamos nosotros con 12 años?
El lenguaje evoluciona al igual que lo hace la sociedad. Pronto la RAE sumará alguna de las palabras anteriores a «lo académicamente aceptado». Para más información consultar aquí (conste que soy #muyfan de incluir dron al diccionario). Pero qué queréis que os diga, desde que la Academia añadió el año pasado «almóndiga» al diccionario para mí han perdido bastante dignidad (ya que estaban podrían haberle quitado el acento, que digo yo que a ver quiénes de los que escriben almóndiga le van a poner el acento). Insólito.
PD: ¿Quieres saber si eres una hipster? No dudes en hacer esta encuestita y contarnos qué te sale: pincha aquí. Igual te sorprendes a ti mismo/a.
Una jartá, ya lo sabes 🙂
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🙂 ¡Hala! qué piropazo… se va a notar mucho que me quieres, ¿no?
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¿Involución?
Gracias por comentar Rita
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Nunca serás una hipster, demasiado genuina para encasillarte en un grupo tan vendido…
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Mucha tontería hay últimamente… creo que los ejemplos que pones no son evolución sino todo lo contrario. Con lo estupendo que es el castellano…
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Vivo en un barrio de hipsters… rodeada de exultantes modernos que van a bares a la última. No me considero una de ellos, la verdad, aunque resulta difícil permanecer inmune a la generalización de anglicismos 'cool'. Más que el barrio, a mí me marca el gremio. Desde que estoy en el mundo de la publicidad es imposible eludir determinados términos sin que te miren como si fueras de otro planeta. Al final, claudicas. A nadie le gusta sentirse marginado…
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jajajaja total! del chonismo de extrarradio al pijismo de revista hay solo un paso, demostrado está 🙂
Saludos!
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SI, yo creo que el problema es tratar de aparentar algo que no eres y en el «hipsterismo» hay mucho de eso…
Un beso!
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El estampao de leopardo es «animal Print» http://lasmilvidas.blogspot.com.es/2014/03/devolvednos-el-leopardo-al-extrarradio.html
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A mí me parece bien en cierto modo que quien antes se consideraba raro ahora sea guay. Lo que me fastidia es que gente que nunca fue gafapasta ahora vaya por la vida fingiendo algo que no es. Parece que tenemos una necesidad de tremenda de encasillarnos en algo cuando lo único que sirve es ser uno mismo. Besotes!!!!
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