Ayer estuve en el ginecólogo, ese médico que te impone más respeto y te produce más miedo que el dentista, y ya es decir. Pues ahí estaba yo, ante ese señor con bigotes que en un momento iba a meter su nariz (y otros aparatos y artilugios) en mi interior, preguntándole si podía volver a tomar la píldora. Pequeño flashbacks: dejé de tomar la pastillita antibabys hará como seis meses porque, según este mismo señor, eran las culpables de unas migrañas que hacían que viera pasar la vida por delante de mis ojos. Pasados estos seis meses sin ingerir el anticonceptivo, las jaquecas son menores pero siguen existiendo, así que decido que prefiero estar bien protegida aunque eso me ocasione dos días horribles al mes. Vuelta al presente: el señor con bigotes y cara de haberlo visto todo en la vida (ha visto mucho, eso es cierto, pero no sé yo si es para tanto) me comenta que tome lo que tome, o me ponga lo que me ponga, voy a seguir pasándolo fatal con la cabeza. Le digo que quiero probar, que me cambie la pastilla, a ver si eso funciona. Finalmente, y no sin desgana, me dice que vale, que me da otra. Hasta aquí, todo medio normal. Me meto detrás del biombo y comienzo a desvestirme de cintura para abajo. Subo a la silla de la tortura y en el momento en el que el señor con bigotes y artilugios extraños en la mano se acerca hacia mí dispuesto a usarlos, no se le ocurre otra frase que decir que esta:
VISITA AL GINECÓLOGO (por Ana)
“bueno, entonces veo que tú ya has decidido que no vas a tener niños”
Y yo, inocente de mí, le digo que ahora mismo no, pero que me he dado un plazo de dos años para pensármelo. Me mira con cara de guasa y me dice que dos años, teniendo en cuenta que tengo 33, son muchos años para pensar. En ese momento tuve una visión de mi misma pegándole una patada según se agachase a reconocerme, pero una todavía tiene un poco de educación (y miedo a los artilugios que llevaba en la mano, seamos sinceros) y me contuve.
Salí de la consulta con un malestar y una desazón horrible. A mi no me apetece nada tener niños, aunque es verdad que el tiempo corre en mi contra, pero ¿por qué pienso que quizá si no tengo niños no estoy haciendo lo adecuado? Tengo un montón de amigas que están teniendo bebés o que están en proceso, todas encantadas de la vida con la idea, y parece lo lógico y natural, pero ¿qué pasa si lo lógico y natural no va conmigo? O ¿qué ocurre si tomo esa gran decisión dentro de dos años? Mira Ana Rosa, que ella dice que tenía 48 cuando tuvo sus gemelos, pero yo creo que miente, que tenía alguno más…Si yo respeto y entiendo a aquellas que quieren ser mamás, ¿por qué todos y todas me preguntan a mí que a qué espero para tener un niño?
Como aparece en este blog, la liberación de la mujer es una gran mentira, porque yo tenía que haberle dicho al señor de bigotes que yo por ahora tengo todo lo que necesito en la vida, que no quiero niños, y que menos guasas con el temita…Pero una mujer de mi edad no puede evitar pensar que tal vez está equivocada si no tiene instinto maternal, es la educación que hemos recibido.
Por lo menos el señor de bigotes se permitió una sonrisa al final para felicitarme por lo sano y bien constituido que tengo mi aparato reproductor, vamos que los resultados eran buenos. Algo es algo…
Angelito, me ha encantado tu comentario y no puedo estar más de acuerdo…
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El instinto maternal, existir, existe, pero no es algo de obligada tenencia en el sexo femenino, o lo tienes, o no.
A veces crees que no lo tienes (como yo) hasta que un dia tienes dos hijos y resulta que si lo tenias, que ha ido creciendo al igual que la tripa.
Eso si, una vez lo tienes, ya no se va.
Ni eres mejor por tener hijos, ni peor por no tenerlos. Es más creo que deberiamos sacarnos un carnet con un sello que nos diera validez como futuras madres (y padres) antes de tener hijos, porque hay cada uno por ahi, que seguro que le hubieran dado ese carnet en un tombola.
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Pues como siempre en esta vida, yo creo que hay que intentar ser consecuente con lo que uno piensa. Y si uno no se ve con hijos y no se tienen ganas de según qué cosas, mejor no tenerlos. Siempre es mejor no tenerlos que tenerlos porque toca o por imposición social, que luego pasa lo que pasa….y os contaría historias para no dormir.
No obstante también te diré que lo del instinto maternal no creo que lo sienta todo el mundo, pero ocurre muchísimas veces que mujeres que no se veían en el papel o que se quedan embarazadas «por accidente» luego disfrutan como bellacas de su maternidad y sus retoños e incluso repiten (tengo una amiga que cumple esas características)
Ánimo con vuestro blog. Me parece muy divertido!
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… yo creo que instinto maternal si que existe, pero se tiene o no, no es algo permanete ni obligatorio… conozco gente que nunca ha querido tener hijos y sigue en sus trece, pero también conozco algunas mujeres que no querían niños y de pronto, plim! han sufrido el ataque del instito maternal y entonces han cambiado su elección.
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Como mujer que nunca ha sentido eso que llaman instinto maternal (y que dudo que sea instinto, sino una elección, sin más ni más), te animo a que te mantengas en tus trece, que hagas lo que te pida el cuerpo y que al siguiente médico idiota que te suelte algo así le puedas decir una cosita como: «Pues no, no pienso contribuir con mi preñez a la superpoblación mundial, la escasez de recursos y el Apocalipsis Now. Tengo conciencia ecológica y social, amigo mío». He dicho.
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Pues yo creo que algunos médicos se podían meter la lengua en el culo, y que a la gente le encanta opinar sobre lo que no debe.
He dicho.
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pues yo creo que la maternidad está muy sobrevalorada en esta sociedad, algo tendrá que ver lo de la supervivencia de la especie digo yo, pero también hay mucho de seguir al rebaño… qué gran error… lo de seguir al rebaño digo y más si es con el tema de niños, ufff, mira, aunque suene frivolo decirlo, yo que soy madre de dos preciosidades, esto es como cuando te compras la thermomix, como cuesta una pasta y no la puedes devolver, todo el que la adquiere cuenta maravillas de ella… no habrá madres y padres por ahí víctimas del rebañismo hasta el mismisimo moño de su prole… lo dicho, creo que sobrevaloramos el hecho de tener o no tener hijos, para mi es simplemente una opción: si, no , a lo mejor, algún día, jamás… cualqueira de ellas si te hace feliz es la mejor 🙂
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