La tiranía del tacón (por Chelo)

Si, del tacón, del zapato de tacón. Me encantan los zapatos con taconazo (si, aunque no lo parezca) y si no los uso más no es por tener un marido bajito, no, no es por eso. Es porque me destrozan los pies. En invierno todavía se hacen más cómodos, con aquello de llevar medias o leotardos pero ahora, con el calorazo, el zapato de tacón a pelo es insufrible para una persona que sale de casa, va en autobús hasta el cole de su hija, la deja, se da una caminata hasta el metro, del metro a la oficina, de la oficina al metro o al autobús otra vez… paseo a casa… ¿serán los tacones los que me hagan comprarme un coche? No creo, porque qué a gustito se va en chanclas… hasta la puerta de la oficina, porque yo lo valgo!


3 respuestas a “La tiranía del tacón (por Chelo)

  1. Yo tambien soy una enamorada de los taconazos y hubo una época que llegue a ir a trabajar a la otra punta de Madrid en Metro y autobus con ellos y practicamente morir en el intento. Al final mis compis de trabajo dieron con el truco, hacer un huequito en la bolsa del «taper» para echar los taconazos e ir todo el camino con tus manoletinas tan agustito, pero en la ofi, a lucir tacon.

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  2. A mí también me encantan los tacones, y ando bien con ellos, pero el dolor en la planta del pie que se me pone me quita las ganas, las verdad.

    De todas formas, el próximo día que quedemos, vamos todas de taconazo, por variar…

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