
Cuando tengo hambre, tengo que comer; cuando tengo sed, tengo que beber y cuando tengo sueño, tengo que dormir. Así, sin más dilación ni piruetas… Da igual si estoy en mitad de la selva, del desierto o en un pueblo manchego a la hora de la siesta… No necesito manjares exquisitos, ni ambrosías en formato líquido, ni almohadas de seda y plumas. Me conformo con cualquier cosa: un mendrugo de pan, una fuente de agua fresca y un poyete donde tirarme a sobar un rato…
Una persona humana con mi problemática hace ya tiempo que habría tomado precauciones como no alejarse mucho de un lugar con provisiones y techo o llevar siempre encima agua y comida… Pero este tipo de preparativos no van con mi naturaleza aventurera (inconsciente dicen algunos)… Hay que buscarse la vida…
En cualquier caso, de las múltiples necesidades básicas que me acosan a diario, sin tregua, con prisa, sin pausa, con nocturnidad y alevosía, sólo hay una que es intangible -en el sentido más literal de la palabra: no se puede tocar-.
La necesito al levantarme, antes de dormir, en los trayectos de metro, en los viajes en coche, en la ducha… Acompaña mis días haciéndolos más coloridos, menos prosaicos. Y aún cuando no la tengo a mano la reproduzco en mi interior, a través de unos auriculares invisibles, cada nota, cada acorde, cada tono, cada inflexión de voz que varían ajustándose a mi estado de ánimo, con la agilidad de un truco de magia… como una banda sonora perfecta.
No podría vivir sin ella. Sin la música.
Pese al riesgo notable de quedar como una pedante repelente, no puedo evitar incluir este extracto del Mercader de Venecia (W. Shakespeare), que viene al pelo :
Mira en el campo una manada de alegres novillos o de ardientes y cerriles potros; míralos correr, agitarse, mugir, relinchar. Pero si llegan a sus oídos los ecos de la música, míralos inmóviles mostrando dulzura en sus miradas, como rendidos y dominados por la armonía. Por eso dicen los poetas que el tracio Orfeo arrastraba en pos de sí árboles, ríos y fieras; porque nada hay tan duro, feroz y selvático que resista el poder de la música. El hombre que no siente la armonía es capaz de todo engaño y alevosía, fraude y rapiña; los instintos de su alma son tan oscuros como la noche. ¡Ay de quien se fíe de él!
Coincido plenamente con su definición, Sr. Atrapao. Muchísimas gracias por su amable e inteligente comentario 🙂
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Somos música. Al andar, al teclear, al cocinar, al condcir, al besar, al hacer el amor, al latir.
Incluso si desaparecieran todas las radios y todos los soportes de reproducción, seguiriamos escuchando música. Aunque puestos a elegir me quedo con la que te hace latir el corazón como un caballo desbocado.
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¡Qué cosas, Chelo! clasificar a la gente entre sensorial, visual y auditiva… como si la vista y el oído no fueran sentidos…
Gracias, Lobo, no esperaba menos de ti! 😉
Scrubs, tú sigue así de 'feliz' 😛
Arantxa, estoy contigo: si no hay casera, nos vamos y si no hay música, no conduzco… es más, me gusta sincronizar la conducción y la música que sale del reproductor… no es muy seguro, pero es muy divertido, y jámas me bajo del coche si no ha acabado la canción…
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A mi me gusta, pero no me acompaña a cada instante, sino en las ocasiones en que la necesito. Y busco música que acompase mi momento, que lo acune, que lo acaricie. Ahora cualquiera pensará que sólo oigo baladas. Pues no. Pop, rock, clásica, bandas sonoras…
En el coche es imprescindible. No me recuerdo conduciendo sin música, y tengo 34 años, ya son unos cuantos con carné.
Don't stop the music!
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Yo no estoy de acuerdo. Nunca he escuchado música. Es más me parece una pasión absurda. Como al que le gusta el cine, o leer, o se enamora. Nada, nada, tampoco tengo amigos y eso que me ahorro. Y qué me dices de un buen vino, qué asquito. Y soy muy feliz, anda que no disfruto mirando al techo. Esta gente con pasiones y buen rollo…
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No puedo hacer otra cosa que estar plenamente deacuerdo con todo lo dicho.
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la leche!, pensaba que nadie se daría cuenta ja ja ja, quería decir que yo no soy «auditiva» no acústica, ya me vale… es que hace poco hice un curso de hacer presentaciones en público y dividían a la gente en esos 3 grupos: auditivos, sensoriales y visuales y yo claramente soy visual y sensitiva y muy poco auditiva.
Además como dice Ana, soy bastante, pero bastante dura de oído…
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Querida Chelo, ser 'acústica' también es ser sensorial 😛
Ana, para gustos, los colores 🙂
Jota, qué ilusión que me comentes!!! Bienvenido!
Muy oportunos los Ronaldos… Tú no puedes decir que no seas visual además de musical con esas imágenes con las que nos deleitas.
Milagros, gracias por tu comentario… siempre me encantó la palabra 'chévere' y nunca me la habían dedicado!
Marisol, tendré que visitarte más a menudo para compartir música… ¿cuál es el anuncio de Ikea?
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Hola! Solo teneís que ver mi blog. desde que aprendí a colgar videos no hago más que marear al personal con la musica que me emociona…Me encanta la música…pero tambien el silencio! Y me gusta el anuncio de Ikea…jejeje
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Al igual que todos me encanta la música, escucho de todo tipo… Desde Rock, pasajes, reggae hasta Vallenatos!! (Sé que es una locura). A pesar de los años las letras especiales no se olvidan. I love the music, the sounds!! chévere Isa.. 😉 Saludos!!
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«No puedo vivir sin ti… no hay manera». Me pasa lo mismo y me gusta mucho la gente a la que le pasa lo mismo.
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A mi también me gusta mucho la música, pero no podría decir con tanta contundencia que no podría vivir sin ella… La disfruto, la degusto y además soy bastante ecléctica en este tema, me gusta un poquito de todo, desde flamenco a rock pasando por pop o copla, pero creo que si tuviera que elegir, como decía anónimo, entre quedarme sorda o ciega, lo tengo muy claro, me quedo con la vista… tal vez es porque ya soy bastante dura de oído y tengo una educación más visual que auditiva…
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Yo me considero más sensorial e incluso más visual que acústica… quizás por eso a veces tengo problemas para apreciar la música, así en su conjunto. ¿me gusta la música? si, mucho ¿disfruto escuchándola? Si, bastante ¿podría vivir sin ella? si, podría.
Pues eso, tiene que haber gente para todo ;-9
besos musicales a tod@s!!
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Mamadejulio: muchas gracias por seguirnos y coméntanos cuando quieras, que no mordemos!!
Qué gran descripción de la vida, Anónimo musical 🙂 me encanta!
PalabrasxPalabras, esta filosofía vital en mi caso está impuesta por mitivos biológicos, así que la aplico también en días laborables… jajajaja
Ciudadana, me alegro de que compartas el amor por la música… seguro que te ayuda a superar oposiciones, trabas laborales y demás 😉
Belén, gracias por tu comentario… seguro que tu hijo tiene una sensibilidad especial gracias a ti 🙂
Moni, como dice mi 'maestro': ¿qué es la música si no amor?
Treintañera con hijo, aunque la música, tendrás alguna otra pasión, ¿no?
Ender, tan importante es el silencio como la música… no creo que sin ella, alguien sea capaz de valorar el silencio.
Miss! te hemos echado de menos! chica, ponle a la mini música que no sea infantil que seguro que a ella se le desarrolla el gusto y a ti te da un respiro fuera del Cantajuegos…
Sunny, si la sientes no tienes ninguna asignatura pendiente 🙂
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Escucho música menos de lo que me gustaría, pero se me eriza todo el cuerpo cuando no sólo la oigo, sinno que la escucho y la siento.
Es una de mis asignaturas pendientes…
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uffffffff cuanto tiempo sin dejaros un comentario.
a mi me pasa los mismo. siempre tengo musica en mi cabeza. no puedo imaginarme la vida de otro modo.
la pena es q desde q tengo a la mini, la musica q mas se repite son las canciones infantiles de la guarde y las de los dibujos q ve la mini.. asi q..
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Pues a pesar de que la música ha sido uno de los grandes pilares en mi vida y una gran pasión reconozco que cada vez lo que más me gusta es el silencio, lo que hace que cada vez la escuche menos.
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Pues a mi la verdad la música me da igual, nunca he tenido el gusanillo de ella dentro, pero me encanta que a la gente si que le guste y ya me gustaría a mi tener esa afición. Pero si por ahi he leido a alguien que preferiria ciego antes que sordo en mi caso sorda antes que ciega.
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A mí también me encanta la música, pero yo echaría más de menos el Amor, sin el que no podría vivir!!!!(ainssss,que me puse tierna!!!
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Qué bonito Isa. Y cuanta razón tienes.
La música es un motor que activa nuestro cerebro, y por ende nuestra alma. Cuando estaba embarazada de mi hijo le ponía música continuamente, pop, rock, melódica, clásica. Los dos últimos meses de embarazo me apeteció mucho escuchar clásica, en especial Mozart y Bethoven. Recuerdo que el último mes me harté a escuchar las Serenatas de Mozart.
Cuando mi pequeño nació se quedaba ensimismado y tranquilo con las Serenatas. Y cuando empezó a moverse más bailaba nada más ponérselas. Y aún hoy baila y sonrié cuando siente los primeros compases.
Desde Septiembre mi hijo va a clases de música, aprende las notas, canta, baila al ritmo de piezas clásicas. La última ha sido El lago de los Cisnes, y fue hermoso ver como todos los niños se movían al suave ritmo de la música.
Escuchemos, escuchemos siempre porque es un don poder disfrutar de la música.
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Es verdad que la vida no es lo mismo sin esa banda sonora que suena de fondo o que resuena en nuestras cabezas 🙂
Te comprendo y lo comparto.
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Buena filisofia, yo la aplico sobre todo en verano y fin des no hay nada mejor que comer cuando hay hambre y dormir cuando hay sueño y jugar cuando estamos contentos, hay que hacer más caso a los instintos básicos que son lo más sabios, lo demás es complicarse…
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¿Quién puede vivir sin ella?
Prefiero quedarme ciego antes que sordo…
La vida no es más que una canción que dura años.
Como diría el maestro:
You can't stop music playin' on
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Aunque nunca comento, siempre os leo. Y en este caso como me siento totalmente identificada, pues aqui dejo mi comentario. Yo tampoco podria vivir sin ella¡¡¡¡
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