Sssschhhhh ¡Silencio! (por Isa)

Titititi-tititititi-titititi-titititi-titititi… El despertador. Maldita forma de iniciar un día. El grifo de la ducha. El zumbido del calefactor. La estridente sintonía de la radio de la vecina de en frente. El ladrido de los perros de los de arriba bajando a su meada de maitines. El portazo de la puerta de casa. El de la puerta del portal, aún peor. El tráfico intenso de la calle Carranza antes del amanecer desde la parada del autobús. El chunda-chunda que emana de los móviles de un par de adolescentes compitiendo en volumen camino del insti, ya dentro del bús. El incómodo pero muy políticamente correcto pitido para los ciegos de los semáforos. El silbido de la cafetera del bar de abajo. Las múltiples teles y radios de la redacción a todo trapo mezclando boletines, entrevistas, anuncios y músicas en el condensado ambiente. El inicio de windows, la antesala de mi quehacer diario. El crepitar frenético y fabril de los teclados. Los gritos histéricos de los compañeros (¿la has visto?, ¿la cojo?, ¡dala!, ¡la suelto!). El taladrante bramido de la perforadora de las obras de la Castellana. La algarabía del restaurante en hora punta de menú del día. Más tecleo, más voces, más radios, más teles, más tráfico, más bocinas, más semáforos sonoros, más pitidos de aviso en el metro, más cantautores advenedizos con amplificador, más móviles eructando reggaeton, más obras, más volumen…

Sssccchhhh

¡Silencio!
Joaquín Sabina: ‘Ruido’


23 respuestas a “Sssschhhhh ¡Silencio! (por Isa)

  1. Sunny, al interior siempre hay que escucharlo, ¿no? aunque grite…

    Milagros, el término medio es lo suyo, claro que sí 🙂

    jajajaja, Arantxa, ¿de verdad?

    Monet: ¿ein?

    Mamá pediatra, gracias… a mí también me encanta Ruido de Sabina.

    Anónimo silencioso: Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir…

    Lo que tú digas, RAE…

    VivaElRuido: ya somos dos!!

    Gracias y besos mil a todos!!!!

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  2. Cuánta razón tienes….A veces vivimos tan inmersos en la vorágine que ni nos damos cuenta. A pesar de vivir en una ciudad muy bulliciosa, nuestro piso está en un lugar muy tranquilo y no nos podemos quejar.
    Por cierto, me encanta la canción de Sabina que has añadido
    Un abrazo

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  3. El silencio también es música (Lo he aprendí esta mañana en clases) Isa, todo ese ruido que te molesta tanto, le agregaras en unos mesecillos un poco más ritmo, así que cógela suave “inhala y exhala” Jeje Por mi parte el silencio no es mi fuerte, me uno a los que piensan que es mejor un poco de todo!! 😛
    Saludos..

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  4. Un poco de todo está bien. A mi antes me gustaba más el ruido, pero desde que tengo hijos, en mis ratos a solas estoy en silencio tratando de escuchar mi interior ( aunque a veces mi interior no se caye, jejejeje

    Besinos.

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  5. Cuanta razón tienes, Diego… ¡¡no sabes las ganas que tengo ya de jubilarme!!

    PalabrasxPalabras, te tomo la palabra 😉

    Chelo: yo también he sido siempre así, pero creo que me pasa como a Ana que con la edad cada vez me molestan más los ruidos estridentes…

    Manuela, escuchar el sol… me ha gustado.

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  6. pues sí, yo cuando me quedo en casa con mi hijo a solas hasta ponemos la tele para tener ruído de fondo, eso sí cuando estoy sola me encanta escuchar el mar por ejemplo en una terraza, yo con mi prensa y mi café con leche y nada ni nadie más que un trozo de sol…

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  7. Yo antes era como Chelo, podía evadirme perfectamente, pero, y debe ser cosa de la edad, en los últimos tiempos me molesta muchísimo el bullicio, el jaleo, y cualquier tipo de decibelio de más… Lo peor para mí es el metro, un escándalo constante… probad a llevar el ipod puesto a un nivel normal para no quedarse sorda y esperar a que pase el tren… es una burrada el ruido que hace, por no hablar de la megafonía, los cantautores y titiriteros con amplificadores, los que te imponen su música del móvil (normalmente de dudosa calidad…)

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  8. Aunque no me molesta especialmente el ruido, a veces también necesito SILENCIO, que no me hablen, no me pregunten, no me cuenten nada, no escuchar nada de nada… pero generalmente, con lo que es ruido ambiente, puedo meterme en mi misma y evadirme, silencio interno aunque fuera esté la mascletá…

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  9. Yo ya huí de esos «sonidos» madrileños, de esas prisas, de esas caras malhumoradas del del coche de al lado en el semáforo, de los decibelios de la oficina. Ahora vivo en una pequeña ciudad, lejos de Madrid y lo único que me despierta es el camión de la basura (que no deja de ser un ruido) y el exceso de cama. Pero para alcanzar ese estado de felicidad anti estrés hay que llegar a la jubilación, uno de los estados perfectos del hombre (si no estás muy cascado, claro).

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  10. Lo primero, gracias por vuestros comentarios, y ahora, vamos por partes:

    Bruji, completamente cierto. Cada vez es más difícil encontrar el silencio, pero si lo buscas…

    Mónica, lo suyo es una combinación, ¿no? Un poco de todo. El silencio prolongado podría volverme loca…

    Mamáreciente: Es justo y necesario 🙂

    C.C. pájaritos píando, olas rompiendo, vacas mugiendo, ríos fluyendo… sííí ¿se nota mucho que necesito escaparme?

    Tranquila, sis, que no he cambiado tanto… me siguen gustando la gente y el mogollón, pero con moderación y con la posibilidad de huir de ello y cambiar de vez en cuando.

    Treintañera, ¡qué buena práctica! te la copio 😉

    Silvia, cómo me entiendes… ¡eso es! sólo un ratito para poder romperlo cuando quiera con buena música.

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  11. Pues sí Isa, a veces hay que desconectar totalmente de todo y sentir el maravilloso sonido del silencio, pero solo por un rato, luego podemos romperlo con ese maravilloso sonido que tanto te gusta: el de la buena música..

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  12. Pero bueno como has cambiado tia, con lo k a ti te ha gustado siempre el bullicio de gente, el ruido de la gran ciudad, no estar trankila ni de noche ni de dia. Vaya tela, me tienes sorprendidisima … jejejeje
    Tu sis.

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  13. Por eso quiero irme a vivir a un pueblín donde el piar de los pájaros sea el ruido más alto… Te cuento algo que me pasó hace poco que se fue la luz en el barrio durante una hora y media ¡el ruido hacía daño en los oídos!!
    Fíjate lo poco habituados que estamos al silencio 😦

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