Vivo en un deadline (por Chelo)

Para el que tenga la suerte de no saber qué es, deadline viene a ser en castellano “plazo” o “fecha límite”. La traducción literal del término es más bien “línea muerta” y se acuñó en Estados Unidos allá por el siglo XIX para designar la línea a partir de la cual en una prisión militar los soldados podían disparar a un preso que la cruzaba. Muy representativo.

Yo últimamente tengo la sensación de vivir en un deadline (en su acepción moderna) de forma permanente. Todo son plazos y límites de entrega. Y no hablo sólo del trabajo. Ojalá. Es que a un trabajo lleno de “para ayer” tengo que sumar el calendario de cosas que mis hijas tiene que llevar respectivamente a la guardería y al colegio (material, libros, papeles firmados autorizando todo tipo de cosa, qué digo yo que si no lo pueden mandar todo en uno. En una semana, cada día un papel y todos con plazos de entrega diferentes: que si quieres seguro escolar, que si quieres comprar los libros en el cole, que si hay que encargar el chándal del colegio, que si las actividades extraescolares del próximo año…) me agoto sólo de contarlo. Si todo acabara ahí, bueno, pero no.
Plazo para renovar el pasaporte. Fechas para optar a becas varias que luego nunca te dan, pero, cómo no las vas a pedir, te sientes mal no pidiéndolas. El plazo para pagar la reserva del hotel del verano. Ya ponen plazo hasta para confirmar las invitaciones de cumpleaños: “Se ruega confirmación antes del miércoles”.
Para  apuntar a una de mis hijas a clases de inglés en un conocido centro (no pienso hacerles publicidad) había que enviar un SMS un día concreto a una hora concreta ¿pero estamos locos o qué? Os lo juro. “Enviar SMS con los apellidos del niño el día tal a las 15h”. Todo el día pesando que se me iba a olvidar ¿Y si en ese momento estoy halando con alguien por teléfono? “Espera maja, te cuelgo, mando un SMS y te vuelvo a llamar”. Sin comentarios.

Yo necesito vacaciones ya ¿y tú?


6 respuestas a “Vivo en un deadline (por Chelo)

  1. Es alucinante, yo pensaba que estando en el paro, las horas del día me iban a cundir un montón… Pues no, señor, vivo igual de agobiada que si trabajase… Es horrible…

    La historia de tener que mandar un sms para matricular a la niña me ha parecido de historia de terror… Pero, ¿qué estamos haciendo, por dios? ¿qué clase de sociedad estamos creando?

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  2. Hay plazos para todo lo que sean trámites burocráticos, especialmente en lo relativo a los niños. Toda esa maquinaria burocrática es infernal. Y estamos todo bien metidos. Nadie escapa.

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  3. que risa! cuanta razón tienes! yo ya escribo la palabreja en casi cada e-mail que mando de trabajo… todos andamos con deadlines… que mal! y lo de los papeles del cole, no puedo estar más de acuerdo contigo… lo peor si pierdes uno y no lo entregas! solo les falta señalarte con el dedo!

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  4. Y luego hay que sumar los plazos que se supone que hay que cumplir en la vida. A tal edad ya tienes que tener novio, a tantos años de noviazgo ya tendrías que casarte, uy, cuidado que a esta edad se te pasa el arroz…¡nos podemos relajar un poquito yaa!!

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