Cuando nació el Movimiento 15M, después de la manifestación espontánea del 15 de mayo, me embargó una emoción de magnitud similar a la vivida ante grandes acontecimientos sociales o catástrofes horrendas como la masacre del 11M o los asesinatos de ETA. Bajar a la Puerta del Sol, donde estaban acampados todos los indignados con los que me sentía completamente identificada, se convirtió en una tradición diaria. «Hay que estar» -pensaba para mis adentros- «por solidaridad y gratitud hacia los que están aquí luchando por mí que tengo la suerte de contar con un trabajo». Aún recuerdo el dulce cosquilleo y la euforia mal contenida que sentí la primera vez que me mezclé con mis congéneres a gritar consignas comunes: ‘Lo llaman democracia y no lo es’ o ‘No nos representan’, eran las frases más coreadas. Me siento orgullosa de haberlas declamado con energía.
Unos días después de esa maravillosa reacción a la desidia generalizada por una crisis que no acaba nunca, por una situación a la que no se ve salida, se celebraron las elecciones municipales y autonómicas en las que arrasó el Partido Popular, y aunque he de reconocer que me lo esperaba, no pude evitar cierta decepción.
¿Estaba sirviendo toda esta efervescencia para algo? ¿Tenía sentido seguir con el 15M? Debería convertirse en un partido que arrancase votos a los grandes partidos? Desde el 15M siempre han descartado esa posibilidad. De hecho, gran parte de su masa se identifica con el #nolesvotes, el slogan usado para apuntar que no quieren entrar en el juego, algo que respeto pero no comparto.
Desde que cumplí la mayoría de edad no he dejado de votar en ningunos comicios. Creo firmemente en el sufragio universal y en la democracia, pero como otros muchos ciudadanos ‘indignados’ o simplemente cansados, estoy harta de un bipartidismo tramposo y una alternancia de gobierno viciada. En realidad no importa quien tenga la mayoría en el Congreso porque quienes realmente detentan el poder son los dueños del capital, los artifices del meollo son los bancos, las entidades financieras y las grandes corporaciones que operan a su antojo en la Bolsa…
Y bien… ¿Qué hacer el 20N? ¿Votar o no? Asistimos al declive del estado del bienestar, porque lo que es generalizado es el malestar: Recortes sociales, pobreza, paro, desesperanza, juventud sin futuro… hay mucho que cambiar y desde mi punto de vista, no se puede cambiar gran cosa si no es desde dentro. Si no participas del juego democrático, ¿con qué fuerza cuentas para modificar el sistema? La abstención juega en nuestra contra porque beneficia a los partidos mayoritarios que ya han demostrado que no quieren hacer cambios.
¿Y que hacer con el 15M? En mi opinión, mantenerlo como un movimiento asambleario que programe manifestaciones esporádicas es dejarlo morir, es dejar que pierda fuelle. La opción que más me convence es constituir un órgano independiente que sirva de control a instituciones, que haga entre otras cosas lo que han dejado de hacer los sindicatos: defender nuestros derechos como ciudadanos ante abusos de poder.
En cualquier caso, el 15M tiene ahora un objetivo claro y cercano que es el 15O y a lo que me niego es a que nadie me situe en la disyuntiva del título, porque ambas fechas -15M (o 15O) y 20N- son importantes para el devenir de las cosas, para ese mundo mejor que es posible y necesario.
im-perfectas.com 
Gracias, Ana!
Estoy segura de que esto servirá para algo… como mínimo para despertar conciencias 🙂
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Grandísimo post, Isa, y totalmente de acuerdo con todo lo que dices. Yo he votado siempre que he tenido ocasión desde mis 18 años y pienso seguir haciéndolo. A ver si hay suerte y con estos movimientos de protesta realmente algo empieza a moverse…
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Gracias, Marta 🙂 me alegro de que te haya gustado la entrada… desde luego no hay nada como buscar un tema aparentemente polémico para encontrar que solo generas adhesiones…
¡Todos a la calle mañana 15-O y todos a las urnas el 20-N!
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Sinceramente, me ha encantado el post. Comparto de principio a fin la idea y la creencia de votar, independientemente de que siempre se consigan los mismos resultados.
El 15-M supuso un antes y un después en la historia de España y levantó ampollas entre los politicuchos que «nos representan» y unos sindicatos que se han olvidado de su razón de ser. No sé a dónde irá a parar el movimiento pero me enorgullece de que la juventud, y no tan jóvenes, se movilizasen para decir ¡Basta ya!
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Gracias, Purkinje, qué difícil es hacer ver que las cosas no son blancas o negras.
Es verdad, Manu y Arantxa, que el movimiento 15M está empezando a perder el empuje incial porque no solo de energía se alimenta algo así… hace falta una estructura, un objetivo, una hoja de ruta y sobre todo una coherencia discursiva.
En cuanto al bipartidismo, no creo que sea bueno francamente… ni que sea algo inevitable ni buscado por la ciudadanía. Es simplemente la consecuencia de una ley electoral defectuosa, en la que los votos no siempre se transforman en escaños.
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Una primera reflexión, aunque no sea al hilo del post exactamente. En mi opinión, aunque al principio el movimiento 15-M provocó un entusiasmo bastante encendido y una simpatía creciente, incluso para los que lo seguían como meros espectadores, el hecho de que algún partido de izquierda intentará apropiarse de sus consignas, o apropiarse del movimiento en si, les hizo un flaco favor. Oportunistas fueron, desde luego, oportunos no.
Creo que el movimiento ahora está algo desdibujado, y como explica Manu, en mi también han despertado sentimientos encontrados.
Sobre tu última reflexión, «ambas fechas son importantes para el devenir de las cosas, para ese mundo mejor que es posible y necesario», creo, honestamente, que personas de bien piensan que ese mundo mejor se puede alcanzar desde posturas de los unos o los otros. No se si «demonizar» al bipartidismo es el enfoque adecuado. Y aunque creo que ese bipartidismo no es bueno, nos guste o no, es la apuesta de millones de españoles.
Dicho lo cual, yo pienso votar el 20-N.
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Isa, perfecto! Es que en el post parece que das por hecho que #nolesvotes = #novotes y es algo que los que seguimos ese movimiento desde sus comienzos hemos tratado de diferenciar una y mil veces.
La pena es que siempre haya quien se aproveche… Recuerdo la noche de la jornada de reflexión, en sol, cuando a base de pitidos y protestas logramos que que se retirara de un andamio una pancarta que abogaba por la abstención.
Lo mejor es votar. Pero no al eterno bipartidismo…
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Excelente post! Yo no sé si votaré o no… Ni siquiera a quién votaré. Lo que tengo claro es que hace falta que salgan nuevas fuerzas políticas que revitalicen un poco desalentador bipartidismo que tenemos en este país.
Con respecto al 15M, 15O, Democracia Real Ya o las siglas que sean, tengo sentimientos enfrentados. Por un lado, siento, al igual que tú, emoción de ver como los ciudadanos nos hemos movilizado espontanéamente gracias a ellos para decir BASTA YA a un sistema que no nos representa. Pero por otro lado, ese heterogeneidad, esa falta de portavoces, ese manifestarse 'contra todo' (los bancos, pero también la Iglesia, la polícia como institución, la democracia…), ataque sistemático a la manipulación de los medios (cuando en realidad deberían buscar cauces para aliarse con ellos) creo que puede dispersar el movimiento y desde luego mi apoyo a ellos.
Aún así, el 15O me manifestaré y si la burocrcia lo permite el 20N ejerceré mi derecho a voto…
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Lo primero: gracias a todos por vuestros comentarios, y ahora vamos por partes:
Tienes razón, Rebeca en lo de que a la gente le custa mover el culo, no ya para reclamar sus derechos sino hasta para ejercerlos… Por lo menos, parece que estamos menos dormidos de lo que parecía.
Ay, C.C., yo también tengo amigos de izquierdas quedefienden el cambio hacia el PP y eso es lo alarmante, que se han acostumbrado a que no haya alternativas.
Ese era el sentido del post, elhombreamadecasa… estoy harta de que la gente me someta a elecciones estériles y falsas: o jolín o jolón… pues no.
Purkinje, bienvenido a im-perfectas, gracias por tu aclaración: se perfectamente lo que significa el #nolesvotes y es lo que yo defiendo, que se vote a grupos minoritarios que quiten fuerza a los omniprentes PP/PSOE… los que no lo tienen tan claro son algunos sectores radicales del 15M y de Democracia Real ya con los que he discutido por Twitter y se obcecan en defender la abstención o el voto en blanco.
Completamente de acuerdo contigo, Chelo.
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El #nolesvotes invita a buscar tu alternativa frente a las «organizaciones políticas aferradas al poder durante décadas», pero ante todo, a votar. Merece la pena ojear: http://www.nolesvotes.com/
El 20N votaré, eso no me lo quita nadie, por mucha impotencia que me de el saber que poco podemos cambiar, por mucho que me moleste el sistema de listas cerradas y tantas otras cosas. Yo votaré. El sistema no es perfecto, pero si no voto no podré ni intentar cambiar algo. Respeto al que quiere expresas su cansancio no votando, pero a mí me parece más productivo votar y así lo haré.
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Ojo, una cosa es #nolesvotes y otra #novotes. El #nolesvotes lo que pide es que no se vote «a los de siempre» es decir PPSOE (y en sus orígenes CiU, aunque ha ido derivando…)
Se trata de romper un poco el bipartidismo que no nos lleva a ningún lado. Votar SI, pero no a lo de siempre…
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Me parece muy interesante cómo acabas el post. Desde el «poder» se plantean continuamente disyuntivas de ese tipo. Nos fuerzan constantemente a definirnos, a situarnos. Y a veces uno puede estar en varios sitios a la vez. Se puede ir a la mani del 15O y votar el 20N, y hasta estar en contra del sistema parlamentario y votar.
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Estoy contigo, pero me temo que yo sí he perdido fuelle. No veas la de veces que he escuchado últimamente decir a ciudadanos de izquierdas que esta vez van a votar a la derecha para que «suelten» la pasta que tienen retenida desde que el «soe» está en el poder… y la gente de drchas deseando que su partido lidere para poder gestionar su riqueza desde el poder… y es una pena, porque si te soy sincera, el dinero es quien mueve todo, queramos o no y contra eso, solo puede la extinción de nuestra especie :S
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¿A quién le importa si se llama 15M, 15O o 20N? Lo sorprendente en un país donde la juventud, y yo estoy en ella, no le importa si los representantes del pueblo roban, violan o se meten el dedo en la nariz, por fin se haya echado a la calle a gritar «aquí estoy».
Desde mi punto de vista los indignados han derivado en una cosa bien distinta a lo que emergió en Sol, pero eso es otro tema diferente.
En los comicios de noviembre hay que votar, y siento ser tan pesimista (soy de la generación pérdida, de los que nos hacen llamar NI-NI mientras llevo años siendo SI-SI, o de los que viviremos peor que nuestros padres) pero tengo el presentimiento de que no llegaremos ni al 60% de la población con tal derecho. Muy triste. El cambio se consigue en las urnas y para ello hay que levantar el culo e ir a meter el papelito, ¡qué no cuesta joder!
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