Me estoy poniendo mala, y no me refiero al estúpido eufemismo que se usa para la regla. Mala de verdad: dolor de garganta, párpados, sienes y oídos, obstrucción respiratoria, mocos y tos… Lo que es un catarro tocapelotas… de los que empiezan a manifestarse cuando se acerca el fin de semana. ¿Por qué me tengo que poner mala ahora?
Esto es por el cambio de estación. Os lo digo yo. Que sí, que sí, que el otoño es muy bonito, que si las hojas doradas alfombrando el suelo, que si el olor a castañas asadas, que si la leña crepitando en el fuego… Pa vosotros. Yo me quedo con el estío. Porque vamos a ver, ¿quién se pone malo en verano? Si en verano es todo alegría, playa, piscina, sol… ¡Luz! Lo de la luz no es cualquier cosa, que ayer una compi me contó que hay gente por ahí que no come, que sobrevive gracias a la fotosíntesis… Mira que si se vienen a Madrid en otoño, iban apañaos…
Por si fuera poco, este domingo se hace el cambio horario. Se supone que es para ahorrar en electricidad, que así se usa menos la iluminación artificial, pero yo no me lo trago… es una burda estratagema de Unión Fenosa e Iberdrola para cobrarnos más. Ya es bastante triste salir del trabajo en la penumbra, como para encontrarte con la noche cerrada las seis de la tarde. Me opongo. Al frío, al otoño, a la lluvia, a los catarros, a la lana picosa de las bufandas, al olor a paraguas húmedo del metro, a la oscuridad y sobre todo, al cambio de hora. En mala hora.
Friday evenings, people get together,
Hiding from the weather.
Tea and toasted, buttered currant buns
Cant compensate for lack of sun,
Because the summers all gone.
Hiding from the weather.
Tea and toasted, buttered currant buns
Cant compensate for lack of sun,
Because the summers all gone.
No se trata solo del calor, Ana… se trata de la luz. La luz del otoño es triste.
Cuesta sonreir con este plomo sobre la cabeza.
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Ya sabes mi opinión, mil y una vez discutida, a mí me encanta el otoño, es mi época del año preferida. Y a los que os gusta el calor, este año no os podéis quejar, que esto se está alargando demasiado. En cuanto a lo del cambio de hora, no tengo una opinión clara. Por un lado, cuando oigo las explicaciones para realizarla me las creo y veo que tiene que ser así, pero luego no puedo evitar pensar que me están dando gato por liebre.
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jajajaja Gracias, Chelo!!
la verdad es que la hora extra del s´ñabado me vino de lujo para descansar 🙂
Ay, Diego, que malos son estos cambios de tiempo… ¡Cuidate!
Arantxa, me alegro por ti… como dice mi abuela es lo bueno que tiene el mundo: 'que hay gente pa tó'… por otro lado, he de reconocer que me gusta levantarme y que sea de día 🙂
¡Besos a todos!
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Pues a mi este cambio me gusta, en primer lugar por dos razones eminentemente prácticas. Madrugo menos, o esa es la sensación que tengo. Eso de que las 7 sean las antiguas 8 es una maravilla. y también por el hecho de que a mis niñas les entra el sueño antes, y el irse a la cama no se convierte en una batalla de llanto y mimos interminable. Además, a mi este año el verano se me ha hecho largo, no llevo bien el calor. ¿Y lo bonitas que son las tardes de sofá, debajo de la mantita, viendo una peli en buena compañía? Eso no lo propicia el estío.
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Me solidarizo contigo hasta la médula. Yo ando un mes con la pata jodida por culpa del otoño que solo trae maltraeres. Y recordando una vieja canción que se cantaba hace mil años que decía algo así como : Pues eso, que llevo la pata «gambá» y no puedo bailar cha-cha-chá, con lo que me gusta a mí el meneete… Pero bueno, el invierno está a la vuelta de la esquina
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Voy a ser positiva, la noche del sábado al domingo se duerme una hora más!!
Bueno, con las enanas yo dormiré lo que me dejen, pero bueno, ganamos una horilla en cualquier caso,
Buen fin de semana!
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Gracias, Rachel… mujer, emtre el olor a paragüas y el de pies hay un sinfin de aromas apetecibles…
Mónica, gracias por los ánimos… ¡prefiero no pensar en el invierno!
jajajaja Cris, de todo tiene que haber. Lo dicho: te lo cambio… Pa ti el otroño!
Ahí te doy la razón, Marta… yo también tenía ganas de ponerme botas; aunque sé que dentro de nada echaré de menos las sandalias.
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Odio los cambios de temperatura repentinos. A las pruebas me remito que pasan factura. Echo de menos la luz a las 9 de la noche. Salir del trabajo y tener la sensación de que tu día no ha terminado. Aún así, el calor soporífero de Madrid o Badajoz, en mi caso, lo regalo… Ya era hora de calzarse unas buenas botas y, cómo no, tirar de una buena bufanda o gorrito (me encantan, no lo puedo evitar). Ánimo y tranqui que mañana no me acerco mucho por si te pego algo 😉
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Uhm… Yo me pongo mala en verano, pero es que soy un poco especialista, you know. Pero no hay nada que unos mimos no curen, ¡seguro! Así que ahora que llega el finde, a descansar 🙂
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Seguro que antes de darte cuenta, ya estás perfecta(aún sabiendo,que siempre estás perfecta,jijijijiji).Y el otoño, es algo triste, pero piensa que enseguida está por llegar la primavera( ya se que en el medio está el invierno, pero es por animarte…).Un beso y mejórate.
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Nena..a cuidarse!!! zumito de naranja….masajes en los pies….caldo de pollo…frenadol
personalmente prefiero el olor de paragua en el metro que el olor de pies..en el metro..pero…
un besote
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Gracias por vuestros buenos deseos, Cartafol y Anónimo 🙂 Eso espero!
Manu, ya sabía yo que con la canción de The Kinks acertaba seguro 😉
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En nada estás recuperada, seguro. Y ya verás que bien sienta el otoño.
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mmmm currant buns!!!! Sin que sirva de precedente voy a contradecir a Ray Davies… Yo con un te y unos bollos de pasas aguanto todo el otoño…
PD: qué buena es Autumn Almanac!
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A mejorarse! estamos todos así, en mi familia por lo menos!… con mocos por todos lados y los días ya son oscuros!…es lo que hay.Saludos otoñales
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