
Hace algún tiempo del comienzo de todo. Lo recuerdo de vez en cuando y estos días también. Tú sabes por qué. Los lectores no, pero nos perdonarán el pequeño secreto. No voy a desnudarte aquí, es impúdico y tú eres algo tímido, más que la que te escribe en cualquier caso. No quiero quedarme en cueros yo tampoco. Sólo serán unas pinceladas, porque lo necesito y espero sorprenderte cuando lo leas.
Cuando se ha sufrido un golpe seco y por sorpresa en las lides del amor se empieza a estar de vuelta y casi siempre en alerta. Por eso no esperaba yo nada de aquel sábado en el que nos conocimos y nos echaban de todos los sitios en los que tomábamos algo. Tampoco al día siguiente, cuando nos dieron las cinco comiendo y el tiempo corría desbocado, sabía si volvería a verte. Sentía que estaba a gusto, que era yo, que había feeling, pero no me invadía una necesidad imperiosa de tenerte y de que me tuvieras. Me gustabas, sin más, sin complicaciones. No temía que escaparas. Si había de pasar, no podría frenarte.
Porque se ha sufrido, a veces puede bastar con una comida, una sonrisa, un beso furtivo en la mejilla para rozar la dicha. Y así, no esperaba más, hasta que volviste a llamar. Quedamos de nuevo y en un momento de esa tarde tus labios se acercaron a los míos y no hubo escape.
No necesitaba más, es cierto, hasta que al primer beso le sucedieron otros, y así, poco a poco te convertiste en el desconcierto. ¿Recuerdas? Te llamé entonces El Desconcierto, pues moviste mis puntos cardinales. El norte se fue al este, y el oeste viajó al sur. El sur subió al norte y el este pasó al oeste. Me sentía confusa y a la vez feliz. Ese turbación inicial, ese no entenderte bien era toda una locura. El no saber qué me pasaba, o quizás era que lo conocía y lo temía. Despertabas en mi una mezcla de alegría e inquietud, esta última por el pánico a la caída, a resultar herida. Más que pánico era un miedo cerval, por las travesías pasadas. Con los años las heridas tardan más en cicatrizar, gracias a la vida lo sé y lo sabes tú también.
Ya no hay desconcierto, sino certezas. Ha soplado el viento a favor y en algún momento temí otro torbellino menos amistoso que nos visitó, dispuesto a derribarnos. No importa. Estoy en el presente, y es contigo.
Gracias por rondarme y quedarte.
Gracias por hacerme volar y sentir con los pies en la tierra, incluso cuando ésta parece poco firme.
Gracias por el apoyo y el empuje constantes.
Gracias por hacerme vivir lo que apenas puedo encerrar en estas líneas.
Gracias por hacerme volar y sentir con los pies en la tierra, incluso cuando ésta parece poco firme.
Gracias por el apoyo y el empuje constantes.
Gracias por hacerme vivir lo que apenas puedo encerrar en estas líneas.
Bonitas palabras Arantxa, no es fácil expresar las cosas del amor en público y es muy valiente y generoso por tu parte hacerlo. Seguro que la parte aludida lo merece y lo agradece, me alegro mucho por los dos que las cosas sean así.
Me gustaMe gusta
Precioso Arantxa. El amor es algo difícil de explicar e incluso de sentir. Es maravilloso que tras uno o varios golpes tengamos la capacidad de levantarnos, resurgir de nuestras cenizas y volver a tener la posibilidad de abrirse a ese sentimiento. Enhorabuena a ti y a El desconcierto. Un beso y que lo disfrutéis todo el tiempo del mundo…
Me gustaMe gusta
Estoy emocionada por algunas de las reacciones que ha suscitado el post. La primera, la de El Desconcierto, el principal destinatario de estas líneas. Creía que el texto pasaría bastante desapercibido, al haberlo publicado en plena Semana Santa, y no ha sido así. Sólo pretendía darle una sorpresa a modo de homenaje y agradecerle que esté ahí.
Gracias Labienpe, Manu e Isa.
Ualloc, quizás algún día, ¿no?
José Ramón, gracias por asomarte a nuestro blog.
Anónimo, es difícil, sí, pero llega un punto en el que te dejas llevar.
El Desconcierto, tú ya sabes todo lo demás y por qué necesitaba que lo leyeras justo cuando lo hiciste. Me encantó ver tu rostro mientras lo leías y atisbar cierto rubor en ti.
Un beso
Me gustaMe gusta
Quienes me conocen saben que no concibo mi vida sin amor y que me cuesta mucho entender a aquellos que son capaces de eludirlo en su existencia… supongo que por eso me siento tan identificada con tus palabras. ¿Quién es capaz de resistirse a ese dulce desconcierto?
Qué suerte la de El Desconcierto por tenerte y qué suerte la tuya por haber tenido agallas a dejar la puerta abierta.
Como dice un poeta cantarín llamado Julio de la Rosa: «El amor no duele tanto, duele si te lo hacen mal».
Me gustaMe gusta
Muy interesante y cierto. Es dificil dejarse querer y volver a querer tras un desengaño. Lo explicaste muy bien.
Me gustaMe gusta
I have no words to reply to such beautiful words, I just can say I'm so lucky to have this impressive woman by my side…
El Desconcierto
Me gustaMe gusta
…traigo
ecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro…
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
IM-PERFECTAS
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía…
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE TITANIC SIÉNTEME DE CRIADAS Y SEÑORAS, FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA,JEAN EYRE , TOQUE DE CANELA, STAR WARS,
José
Ramón…
Me gustaMe gusta
Sueño con el día en que así , públicamente pero sin mencionarme, me dedicara palabras tales una persona próxima a ti pero que está a 500 km. Realmente hermoso y gratificante ¡Enhorabuena a 'El Desconcierto'!
Me gustaMe gusta
Precioso homenaje Arancha! Afortunado el 'desconcertante'…
Me gustaMe gusta
Precioso Aran, ya era hora que le dedicaras unas palabras, xq se lo merece. Espero que esto siga asi!! Y ya sabes k para lo k necesites aquí estoy!!!
Me gustaMe gusta