Miedo al fracaso (por Isa)

Últimamente, por mi trabajo, dedico bastante tiempo a buscar y clasificar frases inspiradoras, con base en el espíritu de superación. Son citas de personajes ilustres que arengan al individuo para que no decaiga el ánimo, para que se motiven buscando el éxito. He de decir que me cuesta mucho identificarme con la mayoría de ellas… Y es que la lucha por el triunfo nunca ha sido el motor de mi energía, si no más bien el miedo al fracaso.

Puede que por eso mi perfil difiera del de una triunfadora, pero lo cierto es que desde tengo consciencia del concepto de obligación siempre me han guiado tres preceptos: la ley del mínimo esfuerzo, la ética kantiana del «deber por el deber»; es decir, que una vez que adquiero una responsabilidad hago lo que esté en mi mano para llevarlo a cabo, y, nuevamente, el miedo al fracaso.

Hay personas a las que el sabor del éxito les dirige con soltura en sus decisiones y su empeño. La ambición de lograr su sueño les hace superarse cada día y levantarse tras las caídas con energías renovadas. Son esas personas, que alimentan siempre que pueden la fe en sí mismos quienes están llamados a ser líderes y a ocupar la cima del podio. Yo no soy de esa estirpe. Soy de otra.

También hay quienes el miedo a lo desconocido, al riesgo, a caer, a sucumbir, les paraliza y les incapacita para seguir adelante, dejándolos arrugados en su caparazón. Tampoco soy de esos. A mí el temor a la derrota me convulsiona y me revuelve hasta la extenuación y me da fuerzas para hacer todo lo que sea capaz para evitar un descalabro…

Recuerdo como en plena adolescencia, días antes de un examen era capaz de estar sin dormir, de no comer, los nervios me cerraban el estómago y a la vez focalizaban mi mente en el objetivo y ese objetivo nunca era sacar la mejor nota, ni un sobresaliente… aunque luego lo sacase. El objetivo era no suspender. Y ya siempre ha sido así. Ante cada reto vital, mi metabolismo y mi cerebro se aúnan contra el fracaso, no a favor del éxito, que no es lo mismo, ni funciona de la misma manera… aunque funcione (a veces).

¿Y a vosotros? ¿qué os mueve? ¿qué es lo que os da energías para seguir o que es lo que os paraliza?

18 respuestas a “Miedo al fracaso (por Isa)

  1. Gracias, Arantxa… Mis comeduras de tarro tienen estos resultados 😉 Tener miedo es normal y hasta positivo, como han comentado por aquí, mientras no sea pánico paralizante.¡Más besos!

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  2. Me parece una postura muy sana la tuya, Alter Ego… La comparto aunque sólo en parte. Si haces lo que debes lo mejor posible la mayor parte de las veces tendrás tu recompensa en forma de éxito o, como mínimo, de ausencia de fracaso… Y si fallas, tendrás al menos la conciencia tranquila de haber hecho lo que has podido.

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  3. Hay gente que por mucho que fracase sigue produciéndole ansiedad la perspectiva de una nueva caída… Lejos de hacer callo, ven el fracaso como una posibilidad más real.
    Gracias por el comentario y bienvenido a Im-Perfectas, Moriarty 😉

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  4. Tienes razón, Chelo. El peor miedo es el de acción inmediata, en el que además es muy difícil adelantar como vas a reaccionar.

    A mí la edad me ha ayudado a lidiar mejor con mis frustraciones y miedos, al menos para reconocerlos cuando se presentan, pero me siguen controlando en gran medida físicamente…

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  5. Creo que de todas las personas que conozco eres la más fuerte. Probablemente tenga que ver con la adversidad. Es cierto que ante los golpes de la vida o te apocas o te creces. Tú eres de las que creces.
    Los exámenes, la entrega de un proyecto, la exposición de un estudio, la organización de un evento, una convocatoria de prensa… La madurez ha cambiado las actividades pero la sensación es la misma.

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  6. En mi caso, el miedo al fracaso rara vez me paraliza si no que me infunde fuerzas para superarlo. No me cuesta lanzarme, ni intentar cosas nuevas (no demasiado) pero tampoco creo que sea muy sano perder el sueño por el temor a fallar, por muchas energías que me proporcione…

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  7. La curiosidad motiva mucho a algunas personas y me parece un motor de lo más sano: querer saber ayuda seguir hacia adelante. El miedo al cambio, a equivocarse es muy paralizante…

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  8. También a mi me parece una pregunta con miga.

    Al fracaso personal le tengo pavor. Habéis hablado del aspecto académico y siempre lo he tenido fácil en ese aspecto, pero en el personal ha habido de todo y aunque el concepto de fracaso es, en cierto sentido, trato de evitarme sufrumientos a toda costa. Por eso arriesgo poco, de hecho los cambios me aterran.

    Un post incisivo, Isa. Me ha hecho pensar mucho. Un beso.

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  9. Pues es una pregunta complicada, aunque no lo parezca. Nunca me he parado a pensarlo. En mi caso creo que no es ni lo uno ni lo otro. No busco el éxito ni temo al fracaso. Simplemente sé que tengo algo que hacer y me esfuerzo porque salga lo mejor posible porque soy muy perfeccionista. Cuando me equivoco y las cosas salen mal me da rabia pero tampoco me autoflagelo. Soy humana y,por tanto, susceptible de hacer alguna vez las cosas mal. Besotes!!!

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  10. Yo creo que el miedo es algo natural y que el fracaso siempre es posible. La clave está en asumir el riesgo y aceptar que esa posibilidad puede darse. El miedo perjudicial de verdad, es el neurótico, el que habéis comentado que nos paraliza y nos impide hacer cosas q haríamos encantados si no sintiéramos ese temor. Todos nos equivocamos, la perfección no existe, sólo que a veces lo que nos han enseñado es que hay que hacer todo bien a la primera y la realidad te enseña que eso no es así. De hecho equivocarte muchas veces, hace que desarrolles tus capacidades porque has probado muchas opciones…

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  11. La falta de miedo es de inconscientes, pero como dice Elvis y Carol, lo suyo es ser capaces de canalizarlo para llegar a cosas positivas. Cuando el fracaso es una opción posible creo que es sano contemplarlo y el miedo es una forma de enfrentarse a ello.
    Lo de los exámenes también me pasaba, a veces somatizaba tanto el miedo que me ponía enferma de verdad, por suerte, como le pasa a Ana, he cambiado mucho y con la madurez voy asimilando las cosas de otra manera.
    A mí el miedo que más me paraliza es de las situaciones a corto plazo, esos momentos en los que debes reaccionar instintivamente ante algo (peligroso, embarazoso, delicado…) porque un segundo después ya es tarde (para actuar o para contestar). Aunque en general el miedo está ahí, a mí lo que más me mueve es el afán de superación… o de supervivencia según el caso.

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  12. Creo que todos tenemos miedo al fracaso, pero como dice Mandela, unos aprenden a vivir con él y no dejan que les influya y otros no.
    El miedo no es malo en sí. Te hace ser prudente, estar alerta, y sobre todo, a luchar más por las cosas. Te hace percibir que puedes fracasar y eso te obliga a no bajar la guardia. En ese sentido, creo que el miedo es positivo.
    Saludos.

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  13. Me he identificado mucho con tu post de hoy, Isa. Por lo general, me considero una persona fuerte y capacitada para tirar para delante, pero en el tema laboral estoy llena de miedos y frustaciones… el mayor, como tú, a fracasar… no a no triunfar, simplemente a no hacer bien lo que tengo que hacer, a que alguien me tenga que decir que la he cagado… Como Carol, intento superarme día a día, pero a veces el terror me paraliza. Me ha hecho gracia lo de los exámenes, porque a mí me pasaba exactamente lo mismo…
    También es cierto que la edad hace que te superes, que te sientas más fuerte y que relativices bastante todo. Yo no soy igual (gracias al cielo) que cuando tenía 25 años, ahora me veo más segura y capaz, aunque a veces, como os decía me sigo paralizando…

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  14. El miedo al fracaso es, en mi opinión, uno de los mayores obstáculos que tenemos en la vida. Yo no es que tenga miedo: es que me aterra. El punto está en conseguir que ese miedo actúe como motor de acción y no como algo que te paraliza, y muchas veces dejamos de hacer cosas precisamente por miedo a fracasar. Como me aterroriza emprender tal proyecto y que salga mal, pues no lo intento y así no corro el riesgo de cagarla. A mí me ocurre mucho, pero intento pelear cada día conmigo misma para no convertirme en estatua de sal y atreverme a equivocarme. No siempre lo consigo…

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