Café con leche y croissant a la plancha, tortitas con nata, chocolate con churros, zumo de naranja y sandwich mixto, bocaditos de crema de queso y nuez, empanadilla de hojaldre rellena de pisto con bonito, pan con tomate, tartaleta de manzana, brownie, cupcake de crema de toffee, pincho de tortilla, creppe de nutella y plátano, cucurucho de helado doble de leche merengada y mango…
Hace ya bastante tiempo que hice pública mi afición a merendar, con un post en el que reivindicaba el hábito del café de la tarde como síntoma de recuperar esas horas para el ocio, de haber logrado la conciliación de vida laboral y personal con un reparto equilibrado de las jornadas. Ahora, que estoy a las puertas de conseguirlo os lo dejo de nuevo 😉
¡Qué disfrutéis de la Merienda!
A mí me encanta la merienda. Por desgracia, tengo tiempo para darme un homenaje todas las tardes. Y digo por desgracia porque por un lado es por circunstancias desgraciadas y ajenas a mi voluntad, y por otra porque me estoy poniendo como una pequeña foca. Menos mal que ya viene el invierno con sus jerseys anchotes 😉
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Hace años que tengo tardes y me gusta mucho prepararles la merienda a las niñas, es ese momento en que el agobio de los baños y las cenas parece lejano, hemos llegado del cole y las prisas no aprietan. Una delicia.
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Qué envidia me da lo de tus nuevas tardes…
beso!
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no sé qué haríamos sin fines de semana… un besazo, Mi Alter Ego
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Yo es que tengo unos horarios de comida muy rarunos pero los fines de semana, que me estabilizo un poco, sí que me gusta merendar algo. Es un placer como pocos en esta vida. Un besote!!!
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