Deberes y juegos. La rayuela (por Arantxa)

Esta semana los niños empiezan las vacaciones de Semana Santa. Entiendo que para muchos padres esto supone poner en marcha una logística complicada, pues tienen que ir a trabajar, pero yo lo estoy deseando, porque llega el descanso de los exámenes y los deberes diarios, un merecidísimo respiro. Seguro que nos va a tocar un trabajito de vacaciones, pero me consuelo con el hecho de que no sea algo diario, una rutina más. Las vacaciones son para romper con la costumbre, con los horarios del día a día, para descansar, para jugar.

Me han pasado esta tarde una petición para que firme por «la racionalización de los deberes en el sistema educativo español». Estoy a favor de la racionalización, nunca de los deberes abusivos, entre otras cosas, porque no creo que con los mismos se logren avances pedagógicos importantes e incluso, en algún caso, seguro que son perjudiciales para el niño. Y que conste que para mí racionalizar no es igual a deberes cero.

El tema de los deberes genera subidas de tensión a más de una mamá y más de un papá –yo lo he vivido-. Y cuando tus hijos van ascendiendo en los cursos de Primaria te encuentras con que, además de los deberes, llegan los exámenes.

Los primeros exámenes se viven con cierto estrés y tensión. Nosotras no somos veteranas, para nada, pero ya llevamos varias de estas pruebas en la mochila. Para el último de matemáticas, mi hija mayor ha tenido que aprender varias tablas de multiplicar. A mí me da una pena horrenda que se tenga que enfrentar a estas obligaciones ¿inevitables? -sí, inevitables, me temo- siendo tan niña aún. Nosotros tratamos de desdramatizar con el tema, para que ella no sienta presión. Entiendo que no queda otra, porque hay que evaluar a los alumnos -si hay algún maestro en la sala que sepa de que otras formas se puede conocer, de manera fiable, el nivel de conocimientos de nuestros hijos, sin pasar por los exámenes, que nos lo diga-.

Hoy estaba esperando en el patio a que mis hijas salieran de clase, cuando fui a dar con mis pies a la rayuela que hay en uno de los lados de la pista central. He caído entonces en dos cosas. He recordado que no he leído “Rayuela” -me da respeto, Cortázar y el libro-. Y me he dado cuenta de que mis recuerdos de infancia jugando a la rayuela son muy muy vagos, difusos. Supongo que porque apenas he jugado.

Tras recoger  a las niñas y notar a Martina muy contenta porque ha superado lo de las multiplicaciones con buena nota, nos hemos dirigido a la rayuela otra vez. Mi hija mayor se ha hecho con una piedrecita, la ha tirado y ha empezado a dar saltos en las casillas, mientras me decía que aún tiene que aprender las tablas del 7, el 8 y el 9 y muchas más cosas. “No te preocupes. ¿Sabes que mamá anda por la vida sin saber cómo se juega a la rayuela? Tienes que enseñarme”. También yo tengo que aprender muchas cosas aún, es cierto. A jugar a la rayuela, por supuesto, y sin tener que hacer frente a un examen. A ver si alcanzo el cielo.


8 respuestas a “Deberes y juegos. La rayuela (por Arantxa)

  1. A mi me gustaban mucho los 10 con punto rojo, ja, ja.

    Es cierto que los padres ochenteros no estaban tan pendientes. No sé bien cuándo ha cambiado todo tanto y el principal cambio de corriente ha de venir de los legisladores y los docentes. Los padres tienen poco margen.

    Me gusta

  2. Tampoco yo lo había visto nunca con la palabra cielo escrita.

    La cuestión sobre los deberes es que a veces saturan a los niños y en ese caso no sé cómo pueden ayudar a reforzar el aprendizaje. De todas formas, En España no tiene visos de cambiar el tema

    ¡Gracias por pasarte!

    Me gusta

  3. Los deberes….que cruz!!. Estamos contribuyendo a que nuestros niños acaben con estrés, y digo estamos porque aunque a los padres/madres no nos parezca bien no hacemos nada para cambiar la situación, no hay unión de ningún tipo, para cambiar la educación que están recibiendo nuestros hijos…y así nos va. Os animo a que firméis la petición por «la racionalización de los deberes en el sistema educativo español».

    Me gusta

  4. La verdad es que no recuerdo los exámenes de Primaria (los primeros años de la EGB) como algo traumático… en cambio sí que me acuerdo de lo odioso que resultaba la segregación por grupos para competir a la que nos sometía nuestra tutora y sus 10 con punto rojo… ¡Qué tiparraca!
    Los padres entonces no participaban mucho de esa vorágine… al menos los míos.
    No sé en qué momento todo se volvió tan agobiante, ni porque se exigen a los niños tareas que no van a poder ejecutar sin ayuda de un adulto… se genera una dependencia torticera y absurda. Todavía no he llegado a esa fase, pero sé que voy a poner todo mi empeño en lucha contra corriente.

    Me gusta

  5. No recuerdo nada la rayuela y menios la recordaba con la palabra cielo arriba. Y bueno, de los deberes, que te digo, que a veces son abusivos.

    Clau

    Me gusta

  6. A mí el libro de Cortázar no me gustó nada. Habrá quien me llame hereje por ello…

    Sí recuerdo haber jugado bastante a la rayuela aunque, si he de ser sincera, creo que ya no recuerdo muy bien cómo se jugaba. Está visto que los adultos tenemos mucho que aprender. Un besote!!!!

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s