<!– /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"MS 明朝"; panose-1:0 0 0 0 0 0 0 0 0 0; mso-font-charset:128; mso-generic-font-family:roman; mso-font-format:other; mso-font-pitch:fixed; mso-font-signature:1 134676480 16 0 131072 0;} @font-face {font-family:"MS 明朝"; panose-1:0 0 0 0 0 0 0 0 0 0; mso-font-charset:128; mso-generic-font-family:roman; mso-font-format:other; mso-font-pitch:fixed; mso-font-signature:1 134676480 16 0 131072 0;} @font-face {font-family:Cambria; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:auto; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:3 0 0 0 1 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-unhide:no; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:Cambria; mso-ascii-font-family:Cambria; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:"MS 明朝"; mso-fareast-theme-font:minor-fareast; mso-hansi-font-family:Cambria; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi;} .MsoChpDefault {mso-style-type:export-only; mso-default-props:yes; font-family:Cambria; mso-ascii-font-family:Cambria; mso-ascii-theme-font:minor-latin; mso-fareast-font-family:"MS 明朝"; mso-fareast-theme-font:minor-fareast; mso-hansi-font-family:Cambria; mso-hansi-theme-font:minor-latin; mso-bidi-font-family:"Times New Roman"; mso-bidi-theme-font:minor-bidi;} @page WordSection1 {size:595.0pt 842.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.WordSection1 {page:WordSection1;} No tengo hijos, pero tengo una vida que quiero vivir. A esa conclusión llegué el domingo pasado viendo el programa “Salvados” de Jordi Évole… Bueno, reconozco que sólo pude ver como 20 minutos porque el cabreo que iba adueñándose de mis entrañas me impidió quedarme delante de la tele. Comprobar como en otros países el tema de la conciliación es una realidad mientras que en España seguimos como hace años me hace hervir la sangre.
He dicho que fue el programa el que me llevó a la conclusión con la que abría el post, pero no es verdad, es algo que pienso desde siempre, y más aún desde que hace unos años la vida me demostró que sólo es una y que las prioridades para mí no son ganar mucho dinero trabajando a destajo para luego no tener tiempo de gastarlo. Para mí, lo importante es tener el presupuesto suficiente cada mes para cubrir las necesidades básicas de casa y comida y poder contar con algo más para poder vivir como quiero, que no es viajar a todo tren ni comprarme joyas caras, simplemente quiero poder tomarme unas cañas con los amigos y poder ir al cine de vez en cuando con una cena en buena compañía a continuación. No pido más. Pero es que, hoy en día, hay que trabajar a destajo solo para poder sobrevivir y eso es un infierno.
Ese es mi plan de vida y por ello no quiero trabajar ocho horas en horario partido que se convierten en diez ya que vivo en una ciudad enorme en la que, para desplazarme, necesito medios de transporte que por regla general funcionan como el culo… y aunque funcionasen bien, mi trabajo puede encontrarse tan lejos de mi casa que necesito horas para llegar de un lugar a otro. Pero es lo que hay. Ahora mismo estoy en un entorno laboral en el que me encuentro a gusto, cómoda, y que sé que dispone de unos horarios estupendos comparados con la media, pero aún así se me está haciendo muy complicado todo. Entro a trabajar a las 9 y tengo dos horas para comer. Salgo a las 6 y media con lo que no llego a mi casa hasta las siete y media. Cuando abro la puerta me espera lo que a todos: limpieza, lavadoras, planchas, compras, hacerme la cena y la comida del día siguiente… sacar al perro, ducha y a la cama derrotada… Y eso no es vida, no lo es. Al menos para mí.
A todo ello hay que añadir que trabajo con redes sociales. Y tengo que estar en la oficina. Las 8 horas los 5 días laborables de la semana. Hay días que me pongo los cascos para oír música y ni siquiera hablo con nadie hasta la hora de la comida. ¿No podría realizar este trabajo desde mi casa? ¿Eso no ahorraría energía y gastos a mi empresa? ¿No estaríamos mi perro y yo más felices aunque no le hiciera mucho caso? ¿Qué se gana con que yo esté calentando una silla, gastando agua y luz de un lugar de trabajo si puedo hacerlo todo con una línea de ordenador y de teléfono? ¿Vamos a seguir mucho tiempo negando los beneficios que puede aportar la tecnología en el desarrollo de las actividades laborales?
Mi opinión es que todos, absolutamente todos, tenemos derecho a la conciliación. Que el problema no es que unos seamos padres y otros no, que la reivindicación va más allá de todo esto. Lo que hay que exigir son horarios lógicos que generen una productividad acorde con las exigencias del trabajo. Si yo entrara a las 8 y saliera a las 3, os puedo asegurar que sería mucho más productiva que ahora, perdería mucho menos el tiempo y mi trabajo estaría hecho perfectamente. Otro asunto es el teletrabajo, poder trabajar desde casa cuando la labora a realizar así lo permita. Desde mi punto de vista eso no sólo redundaría en mayor felicidad para el trabajador. Estoy segura que habría mucho menos bajas por ansiedad, depresión, dolor de espalda, de cabeza. Muchísimo menos gasto en medicación, por ejemplo. No entiendo como esto no está estudiado aún y, si lo está, como nadie hace casos a esos datos.
Resumiendo mi punto de vista, único y exclusivo mío, uno de los problemas principales es la falta de unión entre los trabajadores a la hora de hacer reivindicaciones donde pueden hacerla, en su propia empresa. Es más fácil criticarnos entre nosotros que a los jefes o la organización estatal. Así que unámonos y exijamos lo más importante que podemos exigir: QUEREMOS VIVIR.
Esto de la conciliación es el sueño de muchas y muchos, es una necesidad legítima. Para estar con sus hijos, o sus padres, o consigo mismos. Por lo que he visto y vivido, en España abundan los trabajos con una horquilla de dos horas para comer. Un absurdo total. En mi caso, empezó a no gustarme la situación y me agobiaba bastante más porque tenía claro que quería ser madre, así que decidí buscar un trabajo que me permitiera conciliarlo todo. Un trabajo de esos de salir a las tres y media, todo el año. En la empresa privada en España es complicadísimo que haya condiciones similares, es la cruda realidad. Conozco gente que no ya es que tengan dos horas para comer, sino que no salen del trabajo antes de las ocho de la tarde, o sea que tu horario les parece una maravilla y el mío un lujazo. Pero no parece que a nadie de los de arriba le importe esto realmente.
Me gustaMe gusta
Mucho antes de ser madre ya reivindicaba la conciliación.
Me encanta mi profesión. Es absolutamente vocacional. La elegí a conciencia y dediqué muchos esfuerzos a llegar a un puesto que me resultaba muy gratificante, pero a costa de que se comiera el resto de los espacios de mi vida. Y eso no puede ser.
Solo hay una vida y en ella tiene que haber sitio para todo.
Me gustaMe gusta
Ole, ole y requeteole… Yo también tengo un trabajo que podría hacer perfectamente desde mi casa pero noooo, tengo que estar ahí calentando silla y usando electricidad. Al menos no tengo turno partido pero tienes toda la razón en que se deberían tomar soluciones para tener mejor calidad de vida, tanto los padres como los no padres.
Besotes!!!
Me gustaMe gusta
Pensar no es el punto fuerte de los políticos y empresarios de este país. Claro que hay mejores maneras de organizarlo todo, pero vaya usted a saber porqué son «tontamente» obviadas. Hace poco escribí algo parecido:(http://quequedeentreustedyyo.blogspot.com.es/2014/12/alguien-piensa.html)
Saludos.
Me gustaMe gusta