Tenemos deberes (por Isa)

Little boy writing a letter

Mi hijo mayor ha empezado este año a traer deberes a diario. Hasta ahora solo tenía alguna cosilla de refuerzo semanal que se ventilaba con holgura en ratos sueltos durante las mañanas del finde, y tengo que decir que el cambio nos está costando bastante. La verdad es que tener que ponerse todos los días a hacer algo para el cole (además del cole) es un rollete. Para él y para los demás de la familia.

Es cierto que de niña yo también tenía deberes, y que no lo recuerdo como algo traumático… pero también es cierto que eran otros tiempos. Salíamos del cole y la tarde era entera para eso: ver Barrio Sésamo, merendar y hacer los deberes… y, con suerte, bajar un rato a la calle a jugar con los vecinos y amigos. Ahora, los niños tienen actividades extra escolares, así que, entre pitos y flautas, la larga tarde infantil de antaño queda reducida a la media hora que va entre la ducha y la cena. El mío concretamente tiene tres: inglés, piano y judo. Le gustan, le motivan y le vienen bien para su formación y su mente. Por lo que puestos a elegir entre eliminar las extra escolares y reducir el tiempo de hacer fichas de sumas, restas y caligrafía (que por otro lado ya hace en clase) os podéis imaginar cuál es mi elección.

Lo que sí que es cierto es que aunque me juré y me perjuré que yo no sería una de esas madres que se implican hasta el tuétano en las tareas de sus hijos y que sueltan sin complejos frases en primera persona del plural como «tenemos deberes«, el otro día me descubrí haciéndolo. ¡Joer, es que es muy difícil escapar de la dinámica generalizada!

Por un lado, está la app del cole -la comunicación 2.0 entre padres y profesores más tecnológicos es a través de ella- en la que la tutora nos dice qué tienen que hacer nuestros hijos con detalles y fechas de entrega. Es casi imposible no sentirse como cuando tu jefe te manda un mail poniéndote un deadline. Hasta he tenido tentaciones de meterlo en mi Google Calendar…

Los profes más clásicos usan la agenda escolar, y aunque son los niños los que escriben lo que tienen que hacer, si hay alguna confusión o malentendido y los deberes se quedan incompletos, no es raro recibir una reprimenda por escrito en la misma agenda. «Fulanito no hizo ayer los deberes». Una nota dirigida a los padres. No sé otros, pero yo no puedo evitar recibirla como una colleja de las de Sole (la de Siete Vidas), con una leyenda entre líneas: «a ver si espabilas y controlas a tu vástago».

Y por si esto fuera poco está el grupo de whatsapp del resto de madres (los padres siguen estando excluidos de este tipo de cosas en pleno siglo XXI. Esto da para otro post). Con esto lo complicado es mantenerse al margen de la sugestión colectiva y tener la suficiente frialdad como para no tomar las riendas de las tareas y ponerte tú a hacer las operaciones de aritmética y gramática básicas o las manualidades de plastilina.

En cualquier caso, a este blog pongo por testigo que tengo la firme determinación de educar a una persona autónoma y responsable que se haga cargo de sus obligaciones y aprenda a responder por ellas. Así que por muy difícil que sea voy a asumir que los deberes los tiene él. ¿Lo conseguiré?


12 respuestas a “Tenemos deberes (por Isa)

  1. No sé cómo posicionarme respecto al debate «deberes sí, deberes no» porque no tengo niños en edad escolar. He escuchado a algunos profesores que lamentan que los padres adopten esa actitud sobreprotectora y tendente a ahorrarle esfuerzo a sus hijos. Pero también escucho las quejas de gente como tú y, desde luego, no me parece lógico que un niño dedique tanto tiempo diario a trabajo extraescolar. Una señal más de que el sistema educativo español necesita una revisión (y no sólo por los deberes).

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    1. El debate no es tanto sobre deberes sí o no, sino de la necesidad de adaptar los currículos y el sistema educativo a la vida actual, con padres y madres que trabajan (ambos) y actividades por doquier.
      Creo que el exceso de deberes es contraproducente y conozco docentes que se oponen a ellos totalmente y con muchos argumentos. Niños de 7 años que pasan 8 horas o más a diario en el cole no deberían tener deberes diarios, creo que tienen que tener algo de tiempo al día para jugar, socializar y distraerse con otras cosas. Por lo mismo, estoy a favor de que tengan algo para repasar en el fin de semana o durante las vacaciones…. pero que un lunes, después de estar hasta las 17h en el cole tenga que hacer deberes a entregar a las 9 del día siguiente me parece bastante absurdo.

      En mi caso, desde luego, no se trata de una actitud sobre protectora ni tendente a ahorrarle esfuerzo a mi hijo, al que he enseñado a limpiar y recoger su habitación, poner y quitar la mesa o hacer su cama… creo que es él el que debe responsabilizarse de sus tareas. Lo que no me parece bien es que sean tareas sin sentido que aumenten el agobio diario sin razón de ser, solo porque a la profe le venga bien o tenga esa costumbre desde el siglo pasado. Debo de ser yo, que soy así de serie, porque cuando tengo que hacer algo que considero absurdo en el trabajo siempre me rebelo 😉 La disciplina está bien cuando tiene fundamentación lógica o ética.

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  2. Recuerdo que en mi colegio se pasaban un montón con los deberes. Había épocas en que hasta las diez de la noche no terminaba. Y también tenía extraescolares, así que pasé una infancia un tanto estresada. Jajajaja. Mi madre se quejó una vez pero básicamente le dijeron que, si no le gustaba, que me cambiara de colegio. Así de meridiano, oye. A mí alguna cosilla me hicieron. De plástica y cosas así porque siempre he sido muy pato. O los típicos deberes de lengua o de matemáticas o de lo que fuera que consistían en hacer un dibujo.Qué manía tenían con los dibujos. No sé si esto sigue siendo así hoy en día. Besotes!!!

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    1. Pues a mí mi madre no me hacía nada… Éramos cuatro y la pobre bastante tenía con controlar que no nos matáramos entre nosotros.

      Básicamente sigue siendo igual , sí. Salvo honrosas excepciones, se hacen fichas reiterativas, dictados y todas esas cosas que todos odiamos. Un triplete.

      ¡Un besazo, guapetona!

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    1. Pues sí, lo último que apetece al final de la jornada es añadir presión a la rutina, metiendo unas cuantas moñadas más a las obligaciones del día a día.
      ¿Quién no se intentaría escaquear?

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  3. Ay los deberes, Inés ha pasado ya por todo, pocos, casi nada, todo los días y copiando enunciado de los problemas de turno…¿de verdad es necesario copiar el maldito enunciado de las narices?, supongo que si para que se enteren y que se les quede de qué va la vaina en cuestión…Pero es que mi hija llega a las 18:00 de la tarde a casa, cansada y con más ganas de jugar, merendar, o simplemente estar en el sofá…Hay días que le producen verdadera ansiedad según el nivel de cansancio sumado a sus altos niveles de autexigencia y responsabilidad (eso deben ser cosas de los genes de su padre 😝) pues cóctel molotov. La opción que dan en el colegio es que los hagan durante el recreo….cojonudo. Yo abogo más por el si no lo has acabado en clase, pues lo acabas en casa, pero poner por poner pues no….
    Como bien dice mi hija: Es que tú no te traes deberes del trabajo…

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    1. Estoy contigo. Creo que no son necesarios, francamente, no a estas edades, no a diario. Y se convierten en una tortura y en una fuente de estrés (otra más) pero además me parece contraproducente que se responsabilice a los padres hasta el punto de que la amonestación vaya dirigida a ellos. Tremendo.

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