
– «Nada. Que no. No lo ve.»-pienso para mis adentros mientras le observo escrutándome con cara de confusión.
– «¿Es el pelo? ¿Te lo has teñido? ¿Te has cortado el flequillo? -me pregunta cada vez más aturdido ante los movimentos negativos de mi cabeza .
– «¡Ah! Ya sé… El vestido… que es nuevo… ¿¿No??… mmmmm ¿los zapatos? ¿los pendientes?… ¿qué? ¿qué es?
Nada. La adivinanza no da fruto. Y la historia se repite una y otra vez y de forma generalizada (siempre están, claro, las maravillosas excepciones).
Es un hecho. Ni malo ni bueno. Es así. Son así. Son inmunes a los cambios superficiales, a la entusiasta metamorfosis femenina asumida con esmero, premeditación y alevosía.
No son capaces de distinguir tu ondulación del pelo, ni el cambio en la sombra de ojos, ni el tacón, ni las medias nuevas, ni los dos kilos que has perdido a golpe de abdominal y de los que estás tan orgullosa o los dos kilos que has ganado a base de gastronomía insana y que tanto te atormentan… No lo ven.
Ven tu cara más luminosa, tus ojos más brillantes, tus curvas más marcadas, tus labios más jugosos, tu culo más turgente o tus tetas más accesibles… Lo importante, dirán ellos. Lo evidente, pensaremos nosotras. En cualquier caso, el resultado del trabajo.
Son hombres. Y a mí me gustan. Como son y vean lo que vean.
Pues sí. La cosa es así. Y es genial cómo funciona de bien.
Me encanta seguir sin entender a mi mujer… y seguir descolocado/encantado cada vez que sale por donde menos lo espero.
Y luego, esas mil cosillas que nos unen desde campos contrarios, siempre merecen la pena.
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Para las tres 'Aes': Muchas gracias por vuestros comentarios…
Veo que estamos de acuerdo en que no nos importa que no se enteren del corte de pelo ni del vestido nuevo… siempre y cuando nos digan lo buenorras que estamos 😛
Pocas veces he encontrado tanto consenso… para que luego digan que somos unas brujas!!
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uuuffff ¡¡¡ y a mi !!!…. hay PEQUEÑAS cosillas que se les pueden perdonar….
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Lo mejor de ellos es que, igual que son tan encantandoramente tontos como para no fijarse en esos detalles de tu nuevo y atractivo look, en el momento de la intimidad sexual tampoco caen en las celulitis, los pelitos, o las estrías. Así son, así nos gustan.
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Forma parte del juego… a ver ¿realmente nos gustaría que ellos fueran de otra manera? Se acabaría la gracia… Como decís, viva la im-perfección y vivan los hombres, que también tienen un montón de cosas estupendas, hombre…
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B* tienes toda la razón… si no fueran así, perderían parte del encanto.
Rubén y Chelo: viva la diversidad y la im-Perfección!!!
VeoVeo, como dice MissManjolita haberlos haylos y no son gays… pero no te preocupes, que estoy encantada de poder echartelo en cara 😛
YoMisma, es lo que hay y bien que nos gusta, aunque como dice Sunny a veces molaría que hicieran algo más que quedarse bizcos mirándote las tetas…
Para eso están los 'anónimos excepcionales': gracias! no todas tienen la suerte de tener un amigo tan excepcional 😉
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Sí, sí…exceptuando tus cortes de pelo en los que no os dais cuenta más que tú y 3 pelos más del flequillo, no suelo fallar en complementos, novedades textiles, colonias,, estilismos y demás…
Pero, claro yo soy (un poco) gay…
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Así son ellos, vale!, pero entre:… qué buena estás! y… cómo me pones! necesitamos oir otras cosas ¿O NO?
Besinos
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http://centrodemadrid.wordpress.com/2009/11/20/dia-mundial-de-la-infancia-fotos-de-madrid/
Chelo, perdona el asalto, es que quiero que veas este post. Un saludo
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jajaja
Más que nada porque es lo que hay!
jaja
Hay que asumir las limitaciones de cada parte.
Saludines,
YoMisma
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Me encanta la foto que has puesto 🙂
Y si, esto es tremendo, no se enteran, seguro que hay estudios científicos que le ponen lógica, pero yo no logro enterderlo… de todas formas, como comentan más arriba, así son y así nos gustan, no soy amiga de la perfección, me quedo con lo im-perfecto 😛
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ellos son asi. nosotras tenemos q aceptarlos tal y como son. nos gusta mas cuando no lo ven y podemos echarselo en cara…jejejej
yo tenia un amigo q se daba cuanta de todo y no era gay…jejejeje
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En este caso además, que sepáis que las maravillosas excepciones son gays. Maravillosos, eso sí…
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Es lo que hay, qué le vamos a hacer. Vosotras no nos entendéis y nosotros no os comprendemos casi nunca. Es la gracia de la diversidad de sexos.
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A mí también me gustan así… de hecho si se dieran cuenta siempre perderían el encanto!! Es decir, que no nos podríamos hacer las enfadadas porque no se hayan dado cuenta del nuevo corte de pelo, ni ilusionarnos un montón porque nos han visto más guapas y nos lo han dicho…
Un beso!
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