Traslado de domicilio (por Isa)

Así se denomina formalmente una mudanza. Acabo de culminar un intenso proceso de cambio de domicilio. No me he ido muy lejos de mi casa anterior, solo un par de calles más arriba… pero aunque la distancia física no es mucha sí que lo es la emocional. Es un cambio drástico, pero que lleva fraguándose desde hace tiempo y que supone la culminación de un período catártico en mi vida de gran intensidad.

Hace dos años que Ana describió de forma soberbia lo que supone una Mudanza Completa. He vuelto a leer el post y me he emocionado de nuevo. Si has vivido un traslado es imposible no sentirse identificado, aunque cada proceso es totalmente diferente… el cambio es un denominador común y siempre hay un componente de criba necesario. Como decía Chelo en un comentario en ese mismo post: hay que tirar fotos viejas de gente que ya no aporta nada en tu vida (o relegarlas a la caja de los recuerdos hasta la próxima mudanza) y buscar marcos más grandes para los que cuya presencia se ha ido haciendo fuerte a tu lado.

Llenar cajas y vaciarlas no solo supone el esfuerzo físico que evidencian mis agujetas, mis moratones, mis manos desolladas y mi incipiente lumbago, si no la regresión mental y sentimental hacia el pasado, hacia quién eras. Es un remover de objetos y de recuerdos, de ropa pasada de moda que hace una década que ya no me pongo e incluso me ruboriza imaginarme con ella, de entradas de cine con la letra impresa casi ilegible o de esa inexpugnable colección de bolsos adquiridos en los lugares más recónditos de la Tierra que atesoro con mimo pero no sé donde almacenar.

Ese observarte desde lejos, ese descubrir tus diferencias, tu evolución… es sobrecogedor, y es muy difícil evitar dejarse llevar por el latigazo de la nostalgia. Echar la vista atrás resulta más duro a medida que pasan los años. Se ve todo tan lejos, se ve una tan pequeñita en el horizonte del ayer, tan inocente, tan ingenua… creo que no me cambiaría por la Isa de antes, aunque como decía la gran Edith Piaf , «no me arrepiento de ná».

A veces, el traslado de domicilio es además un salto al vacío, un viraje hacia lo desconocido, un volantazo en la ruta establecida o una incorporación a una carretera más transitada… el vértigo que supone el cambio, la incertidumbre de saber si todo irá bien, si ese nuevo hogar será el escenario de momentos memorables por lo bueno o por lo malo… Ya lo decía Darwin: «el que sobrevive no es el más fuerte, tampoco el más inteligente sino aquel que es más adaptable al cambio».

En ese sentido, no me preocupo: los cambios me dan hormigueo en la tripa, pero no tengo problemas de adaptación, ni el cambio horario, ni el cambio de mes, ni siquiera el de estación pueden conmigo… sobreviviré, supongo 😉 Lo que sí que me agobia, y mucho, es lo rápido que se circula por esa autovía a la que me han llevado las carreteras de montaña de la existencia. De seguir así, voy a propiciar que me quiten los puntos y el permiso de conducir, a ver si así consigo ralentizar la travesía.


18 respuestas a “Traslado de domicilio (por Isa)

  1. Hola Leia!! Cuánto tiempo sin saber de ti… si es que últimamente no tengo tiempo de leerte ni nada… ¿qué tal pequeño Jedi?

    Muchas gracias, guapa… me ha encantado tu cuento de la piel de serpiente. Muy gráfico 🙂

    Un besazo

    Me gusta

  2. Oyeee, que en puntualidad he mejorado muchísimo en estos años ¿o no?
    Los cambios más drásticos no son los físicos, si no los emocionales…
    ¡¡gracias my friend!!

    Me gusta

  3. Yo creo que sí que serías capaz… Te dejo conducir mi coche por este desvío que hemos tomado. Pero ve despacito, por favor, que quiero disfrutar las vistas 🙂

    Me gusta

  4. A veces el cambio es inevitable pero si es con ilusión siempre es a mejor!

    Te dejo esta frase, que es la que nos dijo mi madre cuando con 8 y 10 años dejamos nuestro mundo en una gran ciudad y nos trasladamos a un pueblo dormitorio de una capital d provincias.

    Atrás se deja siempre cosas, como la piel vieja de la serpiente; pero es necesario para poder crecer, desarrollarte y ¿Por que no decirlo? Lucir con colores más vivos.

    Un fuerteabrazo y… ánimo que lo dificil ya esta hecho.

    Me gusta

  5. Magnifico post Isa, yo tampoco te cambiaría por la Isa de antes, total, nunca has sido puntual 😛
    Yo llevo unas cuantas mudanzas a mis espaldas y sin duda la más intensa fue la que operativamente implicó mover menos cosas. Esa «pequeña» mudanza que supuso un cambio de vida (de vivir con amigas a vivir con mi pareja) es la que más marcada tengo, qué buenos recuerdos!
    Cambiar, avanzar, claro que si, cuando el cuerpo lo pide hay que escucharle!

    Mucha suerte en la nueva etapa
    Muack!

    Me gusta

  6. Te entiendo perfectamente porque, además de lo evidente de cambios con mudanzas, sé lo que supone para ti este cambio de domicilio en concreto. Es verdad que la vida te lleva y te trae por esas carreteras secundarias, pero fíjate, a pesar de todo lo malo que me está pasando, yo creo que los cambios siempre ocurren por algo y que, aunque necesariamente no tienen porque ser para mejor, cada cambio te hace madurar y ser otra persona más acorde con la vida y la realidad…
    Me encanta lo de Chelo de las fotos de las personas que ya no importan en tu vida y las que sí… Yo tengo reservado un pedazo marco para vosotras, ya lo sabéis…
    Mucho ánimo con el cambio, que todo va a ser para mucho mejor, ya verás… Un besazo

    Me gusta

  7. Mejor que el nuevo escenario sea memorable por lo bueno…

    Y me temo que lo de ralentizar la travesía es complicado. El tiempo pasa mucho más rápido siendo adultos que de niños. La vida corre. Y da vértigo, sí.

    Un beso.

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s