Hoy empieza Septiembre, que además de ser el mes de mi cumpleaños, es tiempo de vuelta. Vuelta al trabajo, al cole, al gimnasio, a las rutinas pre invernales… aunque digan algunos que «necesitamos» volver a la normalidad, yo creo que es una excusa autocomplaciente, la que escribe ha estado de maravilla estas semanas «fuera de la normalidad» y podría prolongar ese estado infinitamente, pero como la hipoteca manda aquí estamos y ya que estamos, pues a intentar llevarlo de la mejor manera posible. Otra de las cosas que hace ya años forman parte de mi rutina de Septiembre es retomar la escritura en Im-perfectas, así que allá voy, hoy, por romanticismo…
Por romanticismo no tiramos ese par de calcetines que nunca usamos pero que nos recuerdan aquel viaje. En tercero de carrera me fui a Londres con un grupo de amigos y me compré unos calcetines súper molones con el dibujo de un gallo y la frase «Look at my cock”. Pasó un tiempo hasta que entendí el doble sentido de la frase y dejé de usarlos, pero siguen en mi cajón de los calcetines. Cuando los miro la sonrisa me sale sola, qué pardilla.
Por romanticismo no borramos del iPod esa lista de música caduca que ya nunca escuchamos pero que cada vez que la vemos nos evoca a una época bonita A mí me pasa con una lista con canciones de Rosana que ha pasado de dispositivo en dispositivo a lo largo de los años, a día de hoy no me atrae nada volver a escucharla, pero solo verla me recuerda cuando compartía piso de estudiantes y me la ponía una y mil veces y hacía como que cantaba delante del espejo barroco que había en mi habitación mientras esperaba que mi novio pasara a recogerme.
Podría seguir, en el fondo soy una romántica 🙂 ¿Y tú? ¿Qué conservas por romanticismo?
Feliz Septiembre a todos
He guardado muchas cosas que unas cuantas limpiezas después no han sobrevivido.
Lo que guardo es las cartas de un novio que tuve. Normalmente en relación a mis ex me he desecho de todo, pero de él guardo un buen recuerdo, por eso las conservo.
De mis hijas si me cuesta mucho dar algo. Hay vestidos, zapatitos, bodies, juguetes que no puedo donar. Tienen mucho valor sentimental para mi.
Y en cuanto a los viajes, guardo muchas cosas de la primera vez que estuve en Londres. Y no quiero desprenderme de ellas.
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A mi también me pasado lo de guardar algo y con los años olvidar el porqué…
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Yo también me guardaba las entradas de cine, debe ser propio de nuestra generación, ja,ja,ja… Cada día guardo menos cosas y tiro más… es la edad, creo… Y la conciencia de que lo que realmente importa se queda en tu memoria y tu retina para siempre. Me ha llegado a pasar que he ido arrastrando un envoltorio de papel bonito de casa en casa, hasta que me he preguntado, ¿por qué guardo esto? Es evidente que es un recuerdo de algo bonito que alguien que me importaba me regalo, pero es que ya no lo recuerdo… Seguía guardando el papel porque sabía que había sido importante para mí, pero no sabía por qué… Evidentemente, ya está en la basura… Aunque hay cosas que me cuestan mucho más y otras de las que sé que directamente nunca me desprenderé
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Yo también me guardaba las entradas de cine Isa jejeje.
Beso!
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Yo cada vez guardo menos cosas, y por menos tiempo… antes coleccionaba hasta las entradas de cine, hasta que me di cuenta de que pasado un tiempo el texto de diluía hasta volverse ilegible y las dejé de conservar.
La digitalización me ha hecho mas desprendida de objetos tangibles, y la madurez supongo que también.
Por eso, al final tengo más recuerdos de hace 20 años que de hace 3. Lo que son las cosas 🙂
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jajajaja, muy bueno MI Alter Ego, lo de los cócteles yo a veces también me lo guardo 😛 un beso guapa
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Jajajaja. Qué gracia me ha hecho lo de los calcetines… Yo por romanticismo guardo un montón de tonterías. Tengo hasta palitos de esos que vienen en los cócteles y tapones de botella. Vale, he quedado como una alcohólica. Jajajaja. Besotes!!!
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