Súper poderes (por Chelo)

 

Siempre he querido tener súper poderes. De pequeña y de no tan pequeña.
Cuando me pongo a pensar en qué súper poder elegiría (si, en ocasiones ese es mi nivel de preocupación) casi siempre concluyo lo mismo: la invisibilidad. ¿Os imagináis poder haceros invisibles durante un tiempo? A vuestra elección, ahora me ven, ahora no me ven. No sé, quizás Christina Rosenvinge tuvo algo que ver (¡Qué coreografía! Ya no se hacen de esas, una pena)
Cuando de adolescente pensaba en esto (que sí, que este es un hilo de pensamiento recurrente en mi vida, no sé de qué os extrañáis) me imaginaba entrando en unos grandes almacenes, uno de esos con varias plantas de ropa. Entraba, me probaba lo que me daba la gana y me iba de allí sin que nadie me viera. El fin de la invisibilidad no estaba en robar mal pensados sino más bien en quedarme en pelotas allí en medio e ir probándome lo que me viniera en gana sin necesidad meterme a un mini probador a sudar como una bellaca  tratando de tener la perspectiva suficiente (y necesaria) de mi trasero. Lo más en probadores que conozco (modo ironía on) son los de esa conocida tienda de ropa deportiva low cost que suele estar en las afuers de las ciudades pero que ahora en Madrid han abierto tiendas urbanas. Pero bueno, ese es tema para otro post.
Volviendo a los súper poderes. Ahora que ya soy adulta (precisamente hoy cumplo 39 castañas, ahí queda eso) el poder de la invisibilidad lo usaría para otras cosas que no voy a contar aquí en público porque son de un gusto cuestionable ;-P

En fin, señores, señoras, ya sabéis lo que os voy a preguntar ¿verdad? Pues eso, si pudieras elegir, ¿qué súper poder elegirías?

PD: disculpar la brevedad del post (y al profundidad del mismo) no se que me pasa hoy pero ando despistada.


13 respuestas a “Súper poderes (por Chelo)

  1. Si yo pudiera elegir un superpoder… no elegiría ninguno, no me apetece nada parecerme a cualquiera de los «superpoderosos» que contaminan el mundo 🙂 Chelo, muchísimas felicidades. Tienes un año justo más que mi hijo mayor (él ha entrado el día 1 en la década de los 40'ers, la más maravillosa de todas las décadas, te lo aseguro) Levantaré mi copa de vino (jumilla, hay que hacer patria) en tu honor como ayer la levanté en honor de Hugo, y pediré al dios de los aniversarios que sigas siendo tan im-perfecta como hasta ahora. Besico.

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  2. y yo que nunca lo había pensado… debo ser muy rara 😛
    Si no es porque mi hijo está en su fase de flipe con los súper héroes, ni me lo plantearía.
    La teletransportación mola, aunque me daría cosilla el perderme la aventura de las travesías.
    Mi súper poder sería la inmortalidad: ¿existe? y si no, estirar el tiempo al máximo.

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  3. Ante todo ¡Feliz cumple! Nunca he entrado a un probador de esos que comentas (será porque hago poco deporte, seguramente, jajajaja) pero hay algunos que es cierto que son el mal y te hacen pensar que estarías más cómoda en el baño de un avión.
    Yo optaría por el poder de leer la mente. Se tiene que sacar información muy jugosa aunque también terminaría sabiendo cosas que seguro que estoy mejor sin saber. Jajajajaja. Si no, el teletransporte para poder ir hoy a comer con mi madre, mañana a cenar con mis tíos y así… Mola. Un besote!!!

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  4. El más útil sería poder teletransportarse. El que más podría satisfacer mi amor por la historia viajar en el tiempo (al pasado, claro está). El más peligroso, volverse invisible.

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  5. Chelo… felicidades, super woman… que para mí, con poderes o sin ellos, lo eres… Te admiro y te quiero, lo sabes… En cuanto al tema, que para eso estamos aquí, ¿quién no ha soñado con tener super poderes? Yo, puesto que es un sueño, los quiero todos, toditos, todos… pero puestos a elegir, me quedo con el de la teletransportación (en el espacio y en el tiempo) Aunque como dice Carol, todo puede ser un arma de doble filo, me puedo encontrar tan a gusto en otro lugar o en otro tiempo, que decida no teletransportame más… Pero vamos, no me digáis, imaginaros: tengo médico, trabajo, reunión en el cole de los niños… y todo con 10 minutos de diferencia… adiós buses, taxis, metros, coches… a tiempo en todas partes y si no, retrasas el momento de tu teletransportación y llegas igual. Y tras un día tan agobiante, un viajecito a Cancún, a bañarse en una playa transparente… Vuelta a casa llena de arena fina, una ducha y a dormir… Me maravillaría!!!

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