A todos nos gusta ser originales, alternativos. ‘No queremos ser cómo los demás’ que canta Pereza, porque somos diferentes, especiales. Luego somos todos casi igual de especiales y en el fondo lo sabemos pero… nos gusta intentarlo. Esa no es la razón última de lo que voy a contaros ahora pero quizá tenga algo que ver. Tengo un hijo al que no le gusta el fútbol. Y no es por postureo, por ser original, es que no le gusta, no le pilla el punto. Y los jugadores a los que ve por la tele le suelen caer mal. En casa no vemos mucho fútbol. A mí me aburre bastante y eso que mi chico es madridista, pero no es un fanático. Total que la final de la Champions a Juanmi y a mí nos da un poco igual y otra veces nos hemos montado un plan alternativo para esos días que para otros son el del espectáculo del año, o del siglo a veces.

Este año -once para doce años tiene-, es el primero que J. me ha recordado la fecha del próximo 3 de junio  y me ha  reclamado plan. “Mami, qué vamos a hacer el día de la Champions”, me soltó esta semana. “Así que esta quedada ya se ha convertido en tradición”, pensé enseguida. Pues nada, bienvenida sea.

Entiendo a J. Ese día todo el mundo estará atento al partido, incluidos sus amigos que no son futboleros en exceso pero que supongo que, vaya, la ocasión lo requiere y seguirán el encuentro en familia. Pero él quiere plan alternativo. Este año me gustaría currármelo más, ya que otras veces hemos improvisado bajando al cine a ver qué podían echar media aceptable y a merendar. Este año las circunstancias requieren otra cosa, para fijar ya del todo esta tradición madre-hijo. Mmmm pensemos en un plan.

Deberíamos funcionar así más a menudo, ojalá se pudiera. Construir nuestro calendario personal de planes alternativos. Cambiar por este calendario esas fechas señaladas por obligación en nuestras agendas con todos sus compromisos y monsergas, esas que nos chupan como un vampiro nuestras pocos días y horas de ocio tan duramente ganados al horario laboral. Pensad en todas esas mañanas, mediodías, tardes e incluso noches de fines de semana o festivos que estamos donde no hemos elegido en realidad estar, con quién no queremos en realidad estar. Y ahora imaginad nuestro verdadero calendario de festivos ideal.

De momento, una fecha que a mí en principio ni fu ni fa, ni me iba ni me venía se va a convertir a partir de ahora en un día especial del calendario de cada año, si la inminente  adolescencia que se avecina y sus historias adyacentes no lo estropean. La vida es chula, ¿o no?  ¿Qué pueden hacer una cuarentera y un chaval un sábado de primavera qué sea divertido y especial? Acepto sugerencias. Pero sed originales, que no queremos ser como los demás.

@Crisgallar, aka Cristina Gallardo Parga  lleva bastante más de una década hablando, a cuenta de Europa Press, de lo que pasa a diario en los tribunales visitados antaño por terroristas del norte y a día de hoy  por chorizos de la peor calaña. También le gusta juntar letras de vez en cuando sobre temas más pintureros, tener canciones en la cabeza y leer historias que le sorprendan. Enamorada, amiga de sus amigos y  maleducada con los monstruos.