Ya estamos de vuelta. Tras un verano im-perfecto, llega un Septiembre con todos los retos que implica la vuelta a la rutina.
Estaba pensado que podía hablaros de mil cosas interesantes, últimamente no nos privamos de nada: atentados, gente que desaparece misteriosamente, niños que sufren las disputas paternas, Corea del Norte con el norte cada día más perdido… en fin, que no faltan temas de actualidad para agitar conciencias.
Pero no tengo cuerpo de polémicas, que suficientemente complicado es ajustar los biorritmos a los horarios y obligaciones de “la vuelta al cole” como para remover miserias.
Foto de Andrey Pavlov
Así que, aquí va mi lista de deseos positivos para este nuevo retorno:
- Intentar vivir más despacio. Controlar el ansia de abarcarlo todo y rápido… y perfecto 😉
- Disfrutar de lo bueno y quitarle importancia a lo malo. A veces, nos enrocamos con chorradas y perdemos la oportunidad de recrearnos en las cosas buenas.
- Buscar el lado positivo de las desgracias. No siempre es fácil y hay grados de desgracias, pero, al menos, trabajar en la base de la pirámide.
- Relativizar. Aquí tengo que trabajar mucho…
- No enfadarme. Bueno, quien dice no enfadarse, dice enfadarse menos.
- Cuando alguien hace algo que no me gusta, ponerme en su lugar, intentar entender el porqué. Esto seguro que me evita muchos mosqueos.
- Tener más paciencia. Técnicas y trucos serán bienvenidos.
Como veis he vuelto muy naíf. Espero que me dure hasta las próximas vacaciones.
Y paso de lo típico: apuntarme al gimnasio, hacer dieta, leer más, aprender idiomas… pa-so-to-do.
¿Y vosotros? ¿Cómo habéis vuelto de las vacaciones?
¡Ahí, ahí, con energía positiva y buen karma! Estoy de acuerdo en todos tus propósitos. Especialmente en uno: «Cuando alguien hace que no me gusta, ponerme en su lugar, intentar entender el por qué». Como cada vez soy más cascarrabias, tiendo mucho a esos mosqueos y al final la única que pierde (tiempo, energía y fe en la humanidad) es una misma…
Ya haremos revisión de objetivos de aquí a unos meses, ¿eh? 😉
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Yo casi siempre vuelvo de vacaciones con ese espíritu de «slow living». La pena es al poco tiempo se me pasa. Jajajaja. Besotes y ánimo con la vuelta.
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Pues sí que has empezado zen el curso 😉 me parecen muy buenos consejos. Tratar de vivir más despacio y relativizar los problemas es todo un reto… ¡a ver si puedo con ello!
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