Simplificar no es cosa de niños (por Isa)

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Hay personas que tienen una mentalidad práctica que les facilita discernir entre lo importante y lo superfluo, que saben ver claramente sus objetivos, que no se arrepienten de sus decisiones, y que vislumbran cuál es el camino a seguir, simplificando y sin complicarse la vida más de lo necesario.

Pues yo no soy de esas. Al revés. Siempre he tenido cierta tendencia a hacer difícil lo fácil, a la multitarea, a embarullar y a dudar de todo -a menudo cuando ya es demasiado tarde-. 

Con la edad, he conseguido aprender a simplificar algunas cosas… pero lo cierto es que la tendencia a hacer cosas que no hace falta hacer y que me apartan de lo que realmente quiero lograr sigue ahí. Y emerge con bastante frecuencia. Ese es uno de los motivos por los que llego tarde a los sitios -por ejemplo- porque en mi camino hacia donde sea se me cruzan mil cosas innecesarias a las que otorgo una importancia que no tienen, y me lío yo solita.

Esto, que ya de por sí es un coñazo, se ha agudizado desde que soy madre. El mogollonazo de pequeñas cosas y mini tareas que rodean a los críos me emborrona aún más la lucidez, y a veces me agobio con detalles que no son realmente vitales. ¿Le pasa a alguien más esto o es una tara mental mía?

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En línea con lo de no saber simplificar, una de las cosas que me ocurren es que soy muy de llevarme a mis hijos a donde sea. Eso en sí no está mal, pero claro hay sitios y sitios. No sé si es una cuestión un poco masoquista, de exceso de celo o de responsabilidad mal entendida, pero lo cierto es que este empecinamiento mío me ha llevado a vivir situaciones complicadas y estresantes, que podrían haberse resuelto fácilmente de haber estado hábil en el momento de planificar, de haber tenido una de esas mentes prácticas que tanto envidio.

Tras unos cuantos momentos agobiantes (también soy de tropezar varias veces con la misma piedra) he llegado a una conclusión: Llevar a los niños a lugares donde ellos no van a estar cómodos, o -peor aún- donde no voy a estar cómoda con ellos es un error, por mucho que me apetezca ir al sitio o (a priori) el plan cuadrase en mi cabeza. 

Ni que decir tiene que esto es algo absolutamente subjetivo. Hay gente que no tiene ningún problema a la hora de decidir ahorrarse un momento incómodo con sus vástagos y otros que se los llevan a cualquier parte sin agobio alguno. Pues olé. Así pude comprobarlo hace un par de semanas, visitando el campo de exterminio nazi de Auschwitz, en Polonia. Allí coincidí con una familia de españoles que iban con sus dos enanos, sacándose fotos sonrientes delante de las celdas donde hacinaron y mataron a millares de judíos o frente al crematorio donde los incineraron en masa. Tengo que reconocer que la imagen me chirrió, que me pareció algo no apto para menores… pero, oye, lo cierto es que a ellos no se les veía especialmente afectados. Así que ¿quién soy yo para juzgarles? Allá cada cuál con sus imperfecciones, ¿no?

Ahora que empezamos las vacaciones, me propongo enmendarme, simplificar, no agobiarme por nimiedades y hacer lo que me haga feliz, con o sin niños, pero sobre todo sin complejos ni culpas. En septiembre os cuento si lo he conseguido.

¡Que disfrutéis de las vacaciones!


10 respuestas a “Simplificar no es cosa de niños (por Isa)

  1. Uf, qué puedo decir… Yo intento tomar siempre el camino más recto entre dos puntos, pero resulta que entre medias me surgen un montón de cosas, jajajaja… Y claro, al final mi trayecto es más parecido a esa foto de garabatos que has escogido que a otra cosa. También para contar las cosas doy mil rodeos. Y me odio bastante por eso, no creáis.

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  2. Aunque soy bastante de simplificar, a veces me complico, quién no. Con mis hijas es verdad que siempre he mirado por planes en que todos estemos bien, ni soy de sacrificarme en exceso por hacer planes exclusivos para ellas, ni las he involucrado en planes que he considerado «no friendly kids». Cada uno conoce sus límites, a veces veo a familias disfrutando a tope con cosas que yo no haría ni borracha con niños pequeños, y tan pichis, mientras no me lien a mi, sin problema.

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    1. Ay Isa,me siento muy identificada! Cuántas «cositas» se me cruzan por el camino de lo realmente importante. Al menos cuando tuve a Gala sí tuve claro que los primeros años no iba a hacer determinados planes, como por ejemplo viajes muy lejanos, porque íbamos a acabar todos estresados, sin disfrutar del momento.
      Pero en el resto sigo «desvariando»… y me complica la vida. Así que haré examen de conciencia como tú 😊

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      1. jajajaja me alegro de no ser la única, que quieres que te diga… Yo lo de no viajar lo llevo mal. Lo peor es que creo que no es que no sepa simplificar, si no que no quiero… cuando mi vida es simple no me acaba de satisfacer del todo.
        Me temo que seguiremos desvariando y complicandonos la vida (por lo menos un poquito)

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