La maternidad puedo decir que es una de las etapas de mi vida que más feliz me ha hecho. Soy madre de una power girl de 11 años ya, como pasa el tiempo y como me gustaría guardarme pequeños momentos de todos los años de su vida para volver a ellos cuando quiera y disfrutarlo eternamente.

Ser madre es precioso sí, aunque no todas sentimos que la estrenamos como algunas famosas que salen de parir que parece que vienen de una mañana de compras y peluquería, que yo me pregunto como son capaces de calzarse unos taconazos, y salir con el retoño en brazos y posar en un photo call.

Yo salí que me teníais que ver, digna de un spin off de walking dead, tampoco ayudaron mis tres semanas previas al parto en reposo total ingresada en el hospital. Aunque ahora me da la sensación de que se respeta mucho más el parto, sigo pensando que parir conlleva un esfuerzo considerable y que recién parida aunque estes eufórica con la llegada de tu retoño, también estás doblada y no pasa nada, no por ello eres menos madre, y puede que te hayan puesto puntos y no puedas ni andar, y cuando pares no desaparece la tripa de un plumazo y puede que estés triste y confundía porque todo es nuevo y tiene las hormonas a por uvas y te duelan las tetas por la subida de la leche ¿Y qué?

E insisto cuando veo a las famosas salir y posar y a los dos meses están que  parecen ángeles de Victoria Secret, flipo un poco la verdad y me da la sensación que nos venden una imagen un tanto distorsionada de lo que viene siendo parir. No se a lo mejor si hubiera parido en estas cojo clínicas carisisimas, viene de serie la estilista, maquilladora y de más extras para que salgas ideal de la muerte.

Seguro que sus bebés son buenísimos, no lloran, duermen 6 horas del tirón y comen fenomenal.

Todo mentira que me decía una amiga mía cuando me agobiaba pensando que no lo estaba haciendo ni medio bien con Inés. A la vista está que ni tan mal lo debí hacer, 11 añazos de vida, aciertos, caídas, y mucho amor.

Por un mundo a tope de mujeres reales por favor, la autenticidad es maravillosa y nos hace únicas e irrepetibles.

Olga: Hace no tanto cambie Madrid por los desayunos a orillas del mar en Valencia. Miro al mundo desde mi balconcito particular que esta en El mejor lado de la vida, desde donde tengo vistas gourmet, olor a mercado y sabores infinitos. Con buen humor, energía positiva, un pellizco de sarcasmo y 100% de autenticidad le planto cara a la vida.