Piojos (por Olga)

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Piojos, es oír esta palabra y el asco que me da es indescriptible. Hasta hace bien poco me vanagloriaba de que mi hija nunca había tenido este tipo de visitantes, pues parece que siempre hay una primera vez para todo, y esto no iba a ser menos, así que sí, nos ha tocado lidiar una lucha sin cuartel contra estos queridos seres que junto con las cucarachas sobrevivirían a un ataque nuclear.

Tal era mi desconocimiento del entorno piojil, que hasta al pediatra lleve a la niña del picor de cabeza que tenía, tolili nivel máximo y eso que he hecho firme propósito de no auto insultarme pero esto es que no tiene nombre, lo reconozco, esto de no tener bien claro el concepto y forma de las liendres me hizo hasta pensar que le había pegado algo el gato, pobre gato que está más desparasitado mi Lucky que muchos humanos, los animales tienen sus propios piojos y !no! no nos los pueden pegar.

Ya con la “pediculosis” oficialmente diagnosticada, volamos a la farmacia a por el arsenal pertinente para el exterminio piojil. Me dejé una pasta en productos varios porque la lucha ha sido sin cuartel. Que en los anuncios de la tele lo ponen todo muy fácil y para nada, la realidad supera a la ficción. Eso de una aplicación y en 5 minutos fuera piojos ¡Mentira como una casa! Hay que matar a los bichos en cuestión y a sus amiguitas las liendres. Las liendres, que las cabronas se pegan cuál pegamento Superglue al pelo, de hecho, creo que el Superglue lo hacen con liendres. Os lo juro, ¡qué trabajera, Señor! A todo esto, mis hermanas, que son Master and Comander en estas tareas, no paraban de repetirme que no podía quedar ni una liendre en el pelo, que sino vuelta a empezar…  Os juro que hasta he llorado. Encima, mi hija, que está pre adolescente total, lleva el pelo larguísimo, que es la super moda, ir con el pelo rozando el pantojismo, vamos ideal para esta situación.

Total, que al final después de pasar prácticamente por toda la gama de productos existentes en el mercado, siliconas que los asfixian, hasta la Permetrina, pura pólvora, para acabar con los piojos y las liendres, pasando por remedios naturales varios y por supuesto el arma obligatoria que ahora es una prolongación de mi mano, la liendrera. Con esto he conseguido la aniquilación total de nuestros amiguitos, eso sí, no es cuestión de un día ni de dos, mucha constancia y paciencia… pero a día de hoy ni rastro de piojos.

De todos modos, no bajo la guardia y ando día sí día también pasándole la liendrera a mi hija cual mona despiojando a sus retoños, pero ¡toda precaución es poca!

Olga: Hace no tanto cambie Madrid por los desayunos a orillas del mar en Valencia. Miro al mundo desde mi balconcito particular que esta en El mejor lado de la vida, desde donde tengo vistas gourmet, olor a mercado y sabores infinitos. Con buen humor, energía positiva, un pellizco de sarcasmo y 100% de autenticidad le planto cara a la vida.

 

 


4 respuestas a “Piojos (por Olga)

  1. Yo nunca tuve de pequeña y no los había visto nunca hasta que mi hijo mayor los pillo en un campamento hace tres veranos… así que te entiendo, a mí también me costó reconocerlos.
    Es de las cosas más espeluznantes que he sufrido, y lo digo después de un cáncer 😉 Ahora en serio, son resistentes los jodíos y dan muuuucho asco. De momento, la niña se está librando y al peque no le han regresado, así que ¡toco madera!

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    1. Con el nene por lo menos tienes la opción de hacerle un señor corte de pelo y acabar antes con los piojos. A Inés al final le corte un poco el pelo lo que añadió una dosis de drama absoluto al temazo de los piojos !Ha sido una experiencia religiosa total! En fin espero ser recompensada para bien por el Karma..😂

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    1. Espero que no vuelvan los piojos, pero como vuelvan, me voy a plantar seriamente ir a estos sitios, total creo que me he gastado más pasta en lociones, champús y liendreras que si en una sesión de despiojamiento especializada…

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