Este 2020 está siendo un año muy singular (por usar un eufemismo políticamente correcto), con lo bonito que pintaba un número tan redondo y pinturero. Hemos sobrepasado la primera mitad del año, y seguimos marcados por la pandemia del COVID-19. ¿Quién nos iba a decir que un palabro tan raro iba a formar parte de nuestras vidas?
Estos meses se nos ha hecho muy cuesta arriba escribir, con una situación tan raruna en la que hablar de la pandemia resultaba redundante y hablar de otra cosa inapropiado, ahora parecía que volvíamos a la normalidad (a la nueva, que se parece mucho a la antigua) pero la verdad es que continuamos con la angustia de pensar que en cualquier momento nos pueden volver a confinar, o que podemos empezar a caer todos como chinches con mascarilla.
Ahora empieza un agosto diferente, igual de caluroso que siempre pero con la sombra de la pandemia encima. El miedo al contagio y las restricciones sanitarias hacen que no podamos desconectar del todo y disfrutar como nos merecemos. Pero lo vamos a intentar. Necesitamos bajar la persiana de cerrado por vacaciones más que nunca, y serán -como no podía ser de otra manera- unas vacaciones muy imperfectas.
Intentad descansar y disfrutar im-perfectamente vosotros también. Se os quiere.
¡Nos vemos a la vuelta!