Nos matan a golpe de tweet (por Isa)

Hacía mucho tiempo que no estaba tan cabreada con los políticos. En una crisis sanitaria y económica sin precedentes han demostrado no solo ser incapaces sino nocivos. No es ya que no estén a la altura, es que no llegan a unos mínimos de decencia y honradez. Sé que no todos, estoy segura de que hay políticos responsables y comprometidos, pero en líneas generales, los que nos gobiernan dan una imagen lamentable de sí mismos. 

Soy de esas personas que cuando se desató la catástrofe con toda su virulencia (nunca mejor dicho) disculpó los fallos evidentes de previsión. Y creo que me hallo entre la mayoría de los ciudadanos que acataron el confinamiento como un mal indispensable para «doblegar la curva», que lloró a sus muertos en la distancia sin culpar al gobierno de los desmanes de una pandemia mundial causada por un virus mortal, muy contagioso y desconocido, que pilló a todo el mundo por sorpresa. Es más, me encaré con aquellos que levantaban la cacerola contra los que nos gobiernan y les llamaban poco menos que asesinos. 

Entonces, fui comprensiva. Ahora no. No encuentro argumentos que justifiquen que tres meses después del confinamiento y de comenzar con la nueva normalidad nos esté pillando la «segunda ola», que ya se sabía que iba a venir, con los deberes sin hacer. Solo algunas comunidades autónomas han cumplido con lo necesario para hacer frente a los nuevos contagios: han hecho acopio de médicos y de recursos sanitarios para atender a los enfermos, de rastreadores con refuerzo en la atención primaria para detectar posibles casos y han adoptado medidas restrictivas cuando el criterio médico así lo ha recomendado. Esto significa dos cosas: 

1. que si algunos gobiernos lo han hecho bien es que es posible, si se le pone voluntad.

2. que sólo unos pocos han tenido voluntad de hacer bien las cosas.

Como en el cuento de la cigarra y la hormiga, hay quien se ha pasado el verano trabajando para no tener que lamentarlo en otoño, y otros que se han tumbado a la bartola y les ha pillado el toro. En nuestro país, ha habido muchas más cigarras que hormigas.

Que los gobiernos autonómicos tengan en su haber las competencias sanitarias les hace principalmente responsables de no haber buscado la fórmula de protegernos ante una segunda ola, ahora sí, sabiendo lo que se nos venía encima. Esta crisis está dejando claro (muchos ya lo pensábamos) que el estado de las autonomías dista mucho de ser eficiente sobre todo cuando vienen mal dadas. Al menos, el nuestro. La idea en sí no es mala: gobernar a pequeña escala da una mayor visibilidad de los problemas y de la idiosincrasia del grupo que te corresponde. El problema es que en estos 40 años de estado autonómico lo que se ha desarrollado es una red clientelar, llena de corruptelas, amiguismos y “mamandurrias” (que diría aquella). El caso de Madrid es flagrante y paradigmático, pero no es el único. Ni lamentablemente el diagnóstico corresponde a un color político. Mal que me pese.

En cualquier caso, no puedo entender que no haya mecanismos de control por parte del gobierno central para llamar al orden a gobiernos regionales díscolos que desoyen las recomendaciones y se saltan las directrices a la torera. De verdad, no hay nada que se pueda hacer para tirar de las orejas a los que no están cumpliendo con sus obligaciones, aún a riesgo de poner vidas en juego. Lo que está pasando no es sorpresa para nadie. Hemos llegado a una situación muy difícil de salvar sin restricciones estrictas, pudiendo haberlo evitado… Y ya no sé si es que los que están a las riendas no han podido, no han sabido o directamente no han querido hacerse cargo de la situación. Lo que si sé es que mientras los ciudadanos de a pie perdemos el sueño para mantener nuestro puesto de trabajo y nuestro negocio, ponemos en riesgo a nuestros hijos con la vuelta al cole, evitamos el contacto con nuestros padres e intentamos cumplir con nuestras responsabilidades, los que deberían no poder dormir por las noches se dedican a lanzarse zascas en Twitter, a calcular el gesto y la acción que menos votos les va restar (según sus bien remunerados asesores), y a desviar el foco hacia temas de puro cotilleo institucional en las tertulias de la tele en lugar de velar por nuestro bienestar como es su obligación.

Ya está bien.


7 respuestas a “Nos matan a golpe de tweet (por Isa)

  1. Llámales cigarras, llámales… XXXXX. Es una indecencia absoluta, una falta de altura política y de capacidad que no tiene disculpa alguna. Todavía no han explicado en qué se han gastado el dinero que tendrían que haber invertido en refuerzo sanitario y rastreadores. ¿En banderolas?

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  2. Pero los españoles tenemos muy poca memoria, muy poca. Volverán a contarnos las milongas habituales; volverán a sacar las bilis de una parte de España contra la otra y ya, tooooodo olvidado y/o disculpado y a volver a votar a la facción de nuestra tripas, como buenos hooligans.

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