Hábitos (por Olga)

El Covid me ha cambiado y me atrevo a decir que todavía estoy digiriendo esta nueva normalidad en la que nos hayamos. El caso es que a raíz del confinamiento he sufrido agudos episodios de ansiedad, y lo he llevado como he podido, razones había más que de sobra: el virus, el encierro, la incertidumbre, la vuelta al cole, vacaciones con cuarentena de seguridad incluida, casos cercanos, el master avanzado y express en mascarillas… en fin todo intensito.

Un amigo me comentaba al principio de la desescalada que la gente estaba como de vacaciones, como si no hubiera pasado la bestialidad que nos ha tocado vivir y yo debo de haber compensado todo ese relax con una ultra sensibilización a la situación, aunque sinceramente creo que no, que he sido simplemente realista. La ansiedad es que es algo bastante jodido de controlar aunque sepas de sobra el motivo. En mi caso he decido tomar medidas para intentar que no vaya a más, y lo que mejor me ha ido a mí ha sido cambiar algunos hábitos, sobre todo para despistarla y que me deje de dar por saco.

Los hábitos requieren constancia y digamos que no puedo presumir de ello, pero nada como no encontrarte bien como para hacer el esfuerzo, estos son los que yo he incluido en mi día a día para mantener a la intrusa, que la he bautizado y todo, bien lejitos de mí en la medida de lo posible

El ejercicio es lo que más me ha ayudado, reconozco que yo voy a mi bola, no me ha iluminado tampoco la virgen de la santa constancia, de momento. He decidido ponerme metas reales, una vez a la semana salgo a correr y si me vengo arriba en un momento dado pues amplio la dosis de sesiones semanales, mi ritmo es claramente de “trote cochinero” pero oye sin parar que voy y ademas he tuneado mi técnica añadiendo a mi respiración el mantra de yoga Sat Nam, inspiro – Sat, expiro – Nam, y así voy tope concentrada.

La alimentación es otra de las cosas que he modificado bastante para bien, dicen que el intestino es nuestro segundo cerebro con mas de 100.000 neuronas totalmente autónomas, casi como el cerebro de mi gato, y es aquí donde generamos muchas de las emociones que nos rigen, por lo tanto alimentarnos con un mínimo de consciencia pues ayuda bastante, ahora soy la reina de lo integral, tengo la nevera a tope de frutas y verduras y sobre todo mantengo alejados los ultra procesados, como encima me flipa cocinar pues esta habito no me ha costado nada.

Puedes vivir cierto tiempo sin comer e incluso sin beber agua, pero prueba a dejar de respirar mas de 2 minutos… Respirar bien podría considerarse perfectamente uno de los mejores ansiolíticos naturales. Yo tiro de la respiración conectada y circular, son 20 respiraciones sin pausa entre la inhalación y la exhalación, libera emociones que da gusto y si lo haces antes de dormir te aseguro que caes en los brazos de Morfeo en menos que canta un gallo.

Y meditar, me dedico aunque sea simplemente un rato conmigo misma conectando con mi respiración con una buena sesión de música relajante y si tengo el día extra revuelto tiro de una alineación de chakras en condiciones. Incluso si me animo me hago una sesión de yoga y acabo con un super meditación que suele acabar en sueño profundo, creo que hasta ronco.

De momento mis nuevos hábitos están dando buenos resultado espero seguir progresando adecuadamente.

Olga: Hace no tanto cambie Madrid por los desayunos a orillas del mar en Valencia. Miro al mundo desde mi balconcito particular que esta en El mejor lado de la vida, desde donde tengo vistas gourmet, olor a mercado y sabores infinitos. Con buen humor, energía positiva, un pellizco de sarcasmo y 100% de autenticidad le planto cara a la vida.


2 respuestas a “Hábitos (por Olga)

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