
Señoras, señores, queda inaugurado el periodo de abotargamiento alimenticio propio de las fechas navideñas. Esto dicho así y sabiendo que mucha gente está al borde de la miseria puede sonar muy poco solidario pero es una realidad como un templo para muchos.
Cenas y comidas de empresa, quedadas de amigos, encuentros familiares … se acercan un sinfín de reuniones donde la mesa se llenará de copiosa comida y abundante bebida. Todo como si no hubiera un mañana, como si realmente el mundo fuera a terminarse el 21 de diciembre (véase “Premonición de los Mayas”). Pero es que después del 21, y si los Mayas no tuvieran razón, todavía nos queda la cena de Noche Buena, la comida de Navidad, Fin de año, Año Nuevo… un no parar de comer y beber.
Da igual lo que esté pasando al otro lado de la calle, seguiremos poniéndonos morados y empachándonos de Omeprazoles para aliviar los excesos. Porque es Navidad, porque nos lo hemos ganado, porque es “lo que toca”.
«La abundancia no es algo que se adquiera, es algo con lo que nos sintonizamos«. – Wayne Dyer
A mí me encanta la Navidad, y este año más que nunca voy a aprovechar el tiempo con los míos, que luego no se sabe. A lo mejor no tenemos lujos, pero lo que haya bien está. Lo más importante es la compañía, pasarlo bien, disfrutar de los amigos, la family y echar el rato. Si no tenemos champán, mejor, que la sidra es lo que presta. Y así con todo que el que no se consuela… Me va a costar la dieta en Navidad, pero a ver quién es más fuerte, mis paseos con mis sobris por Puertollano o yo. Ja!
Me gustaMe gusta
Por desgracia los que deberían tener cargo de conciencia parecen ajenos, allá ellos.
Me gustaMe gusta
Lo importante creo que es tenerlo presente y hacer lo que se pueda, estar triste no sive de mucho…
Me gustaMe gusta
A mí me gusta todo. Todo lo que sea fiesta y vacaciones me gusta. Todo lo que me permite tener tiempo y excusa para disfrutar de lo que más me gusta estar rodeada de lo míos (familia y amigos) pasándolo bien, riendo -hasta discutiendo, si procede- y como no, comiendo… que en mi estirpe somos todos de buen comer, y el comer poco o mal es pecado. Eso sí que nos da cargo de conciencia 😉
Por lo demás, que tengan remordimientos quien debe tenerlos.
Me gustaMe gusta
A mi sí me gustan las Navidades, lo único es que sin paga extra este año hay que moderarse un poco. Ya hemos echado la carta a Papá Noel y echaremos la de los Reyes.
Como Ciudadana, creo que el que tiene la vida resuelta, la cuenta llena de ceros y no teme al paro porque puede vivir sin trabajar no se siente culpable, así que, sin ser mi caso, tampoco me siento culpable en absoluto, pero sí muy concienciada.
Ayer fuimos a llevar parte de los juguetes (pesan mucho), a los que les hemos puesto pilas, y el chico de la asociación vecinal daba las gracias casi más que por los juguetes por las pilas, porque dice que la gente no gasta en pilas y muchos de los juegos pierden la gracia.
Por lo demás mis padres nunca han tenido un bar para dar de comer a tanta gente, Ana (ojalá), pero yo siempre he tratado de hacer lo que he podido/puedo. De verdad sin que me sobre, en ese sentido te garantizo que duermo tranquila y por tanto pienso celebrarlas bien contenta. Además las niñas están locas con estas fechas, ¿cómo iba a sentirme triste?
Para beber mejor un buen vino que cava o champán, que me producen acidez. Y uno de los grandes placeres es el turrón blando y un trozo de roscón con una taza de chocolate. El cordero tiernito, que rico. Luego dieta no tanto para adelgazar como para bajar el colesterol.
Me gustaMe gusta
No hay que perdonarte nada Ana, es lo que toca (como decía en mi entrada) y además, pese a los remordimientos -el que los tenga-, no tiene sentido ninguno que el que pueda se prive de unas buenas Navidades, nadie va a ganar nada con eso, ya sabemos que la vida son dos días y hay que disfrutar todo lo que se pueda mientras estemos aquí, claro que si.
Beso!
Me gustaMe gusta
Ciudadana siento mucho que tu padre esté enfermo, mucho ánimo, se lo que es pasar por el trance de saber que te queda poco con ellos y sólo te puedo decir que mucho ánimo.
Yo tampoco creo que sea un despropósito reunirse para comer y beber, es más, es una actividad que practico todo lo que puedo, pero no puedo evitar ese dolor de tripa cuando veo tanta gente, tan cerca, que lo está pasando francamente mal.
Por otro lado lo que sufran los demás me da igual, mi conciencia no está supeditada a lo que otros sienten y padecen, va por libre, es algo que no puedo evitar.
Un besote
Me gustaMe gusta
Te iba a comentar exactamente lo que te dice Ciudadana en su segunda entrada… Estoy harta de tener remordimientos, de sufrir, de vivir bajo un clima de depresión continuo… A mí nunca me han gustado las Navidades y no las he disfrutado mucho, pero este año, y por los mismos motivos que Ciudadana, pienso «despilfarrar» en la media de lo posible, divertirme, ponerme morada, beberme todo el cava que pueda, y dejar de lado por unos días tanta tristeza… Evidentemente, también es época de no olvidar a los que no lo pueden hacer… No sé si ya he contado aquí (seguro que sí) que cuando mi familia tenía el bar, celebrabamos la Nochebuena allí porque no nos daba tiempo a cerrar y llegar a casa. Te puedo asegurar que hemos llegado a ser cincuenta a la mesa y de familia unos ocho, es decir, con nosotros se quedaban todos aquellos que no tenían con quién cenar esa noche o ni siquiera qué echarse a la boca. Le agradezco mucho a mis padres esa lección de humanidad que me dieron desde pequeña y te puedo asegurar que intento aplicarla todos los días del año y muy especialmente en estas fechas…
Pero este año, me váis a perdonar, van a ser mis Navidades especiales, mis primeras navidades casada, la primera que mi sobrina se va a dar cuenta de las cosas y la Navidad en la que voy a intentar disfrutar de esa persona todo lo que pueda…
Y además, el miércoles es mi cumpleaños, así que venga comilonas… ya haremos dieta en enero 😉
Me gustaMe gusta
Pues créeme, este año son realmente especiales para mi. Mi padre está bastante enfermo y no sé cuánto tiempo me dará la vida la oportunidad de tenerle a mi lado. Las fiestas y las no fiestas son un regalo para mi mientras él está a nuestro lado. Por eso, ya estoy cansada de tanto remordimiento. Nos merecemos disfrutar sin sentirnos mal, ¿realmente crees que los que de verdad (DE VERDAD, DE VERDAD, DE VERDAD) tienen de todo están sufriendo por tantas posesiones?? No lo creo. Tampoco creo que sea un despropósito reunirnos para comer y beber y disfrutar un poco de lo que podemos. Es un gran esfuerzo para muchas familias reunir tanto de todo para compartirlo con sus seres queridos. Y con la mano en el corazón te digo que siempre intento compartir tanto con propios como con ajenos y hacerles la vida un poco más llevadera, más bonita, más feliz… por eso no paso por sentirme mal en estas fechas. Por eso tengo ganas de «despilfarrar» (aunque seguro que este año ni pueda)… y compartir mi alegría con quienes quiero y con quienes quieran verme sonreir. 😉
Me gustaMe gusta
Si MORLA, qué bochorno. Por otro lado, consumir es bueno para el país. Es un dilema que habrá que solventar, compartir es la opción que más me convence.
Saludos!
Me gustaMe gusta
Uff, no se… por alguna razón no sabemos reunirnos sin comida y/o bebida de por medio, pero a mi la verdad me da remordimiento de conciencia…
Un saludo Ciudadana!
Me gustaMe gusta
qué pereza! y sobre todo qué bochorno, con la que está cayendo! pero la verdad es que es algo de lo que en este pais no nos privamos nunca, somos así. Este año, moderémonos y compartamos… no?
Me gustaMe gusta
Esta entrada es como ir a comprar al súper, que si lo lees con el estómago vacío, hasta te apetece que lleguen estas fechas!!!
Me gustaMe gusta