Los de los malos humos en Madrid Central (por Isa)

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Hoy entra en vigor «Madrid Central», que es como se llama a la normativa que restringe la entrada y circulación de vehículos motorizados al centro de Madrid. Ni que decir tiene que estoy encantada y no veo el momento en que las medidas se extiendan también a mi barrio, que colinda con el restringido. Y eso que tengo coche y aparco en la calle. Ojo. A estas alturas de la película en que a nadie en su sano juicio se le ocurre poner en duda que tenemos un problema grave de polución que pone en riesgo la salud de los madrileños y que reducir el tráfico contaminante es una solución evidente, no deja de ser chocante que haya ciudadanos que se opongan y se quejen, y peor aún que haya partidos políticos y cargos públicos que llamen a la insumisión.

Todo me parece un circo difícil de mantener y la verdad es que no creo que la pantomima dure mucho. Las quejas de los detractores son peregrinas y absurdas y la mayoría de las veces se fundamentan en mentiras, como el lamentable artículo de Carmen Rigalt en el que comparaba el centro de Madrid con el gueto judío de Varsovia durante la ocupación nazi solo por no poder ir a cenar a algún restaurante en su coche. De traca. Los hay que mienten y alborotan solo para intentar rascar un puñado de votos en las elecciones que tenemos a la vuelta de la esquina -es nauseabundo y mezquino, pero así se las gastan- y luego los hay que propagan las falacias y se enfurruñan simplemente por ignorancia.

En este último mes he escuchado y leído a familias numerosas decir que no van a poder llevar a sus hijos al cole en su coche de ocho plazas, a profesionales de distinta índole que no van a poder entrar a descargar equipos o material pesado a las puertas de algún establecimiento, como una sala de conciertos, o a personas con movilidad reducida despidiéndose para siempre de su visita anual al Cortilandia. También he escuchado y leído a gente que repetía y difundía lo que decía esta gente sin contrastarlo mínimamente. Luego resulta que ves las excepciones a la restricción y todos van a poder entrar. Qué cosas. Es lo que llaman la postverdad (que no es otra cosa que el clásico «miente que algo queda»).

Lo peor es el boicot perpetrado por el gobierno de la Comunidad, utilizando el Metro como arma contra la normativa municipal, reduciendo el numero de trenes, de conductores y, por tanto, la frecuencia para desesperar a los ciudadanos. Usar el poder público en contra de los intereses de las personas a las que sirven es insultante. Pero la gente no es tonta y estoy segura de que les va a salir el tiro por la culata.

Todo este fervor pro humos me recuerda al que se generó cuando prohibieron fumar en bares y restaurantes, hace ocho años y de lo que ya hablé aquí en su momento. Entonces, los mismos que ahora anuncian que el Apocalipsis se cierne sobre nuestra ciudad a la sombra de la pérfida Carmena y su ejército de podemitas perroflautas, pronosticaban la destrucción de nuestro I+D patrio: la hostelería. ¿Quién se acuerda de aquello? ¿Los españoles hemos dejado de ir a tomar aperitivos, a comer y a cenar? ¿hemos tenido que cerrar los bares y los restaurantes y ahora florecen las industrias? ¿Los hosteleros se han reconvertido en ingenieros y trabajan a destajo? Mmmm, no. Seguimos igual.

En unos meses, la polémica ridícula y las mentiras en torno a Madrid Central se habrán esfumado como los malos humos de los que las fomentan.


3 respuestas a “Los de los malos humos en Madrid Central (por Isa)

  1. De acuerdo con Madrid central y en desacuerdo con poner semáforos en la A5 (que yo sepa sentido acceso a la capital) otra decisión de la señora Carmena, esta sí, desacertada. Es precipitado; podría adoptarse la medida habilitado un carril bus-VAO, por ahora inexistente. Tiene en pie de guerra a alcaldes de izquierdas, aunque le da lo mismo. Parece que la alcaldesa de Madrid quiere castigar a los habitantes del cinturón sur. Los que nos movemos en metro o tren no vamos a sufrirlo, pero otros muchos no tienen esa suerte.

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  2. Yo estoy igual que tú pero espero que los que nos quedamos a las puertas de la isla paraíso podamos seguir aparcando en la calle y no nos invadan en ese aspecto. Es el único pero que le pongo. Cruzo los dedos.

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    1. Sí, yo también estoy expectante en ese aspecto. Por eso me gustaría también estar dentro 😉 Confío en que sigan aumentando las plazas de residentes para desalentar a los que intenten dejar el coche a las puertas del centro…

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