Hay una serie de reacciones que llevamos las madres de fábrica. Me imagino que las que no son madres igual también las practican con sus parejas o compañeros/as de piso.
Una que me pone cardíaca es ir apagando las luces de la casa constantemente. Da igual las veces que lo repita, da igual las amenazas que les espete, mis hijas solo usan la función encender del interruptor y a mí eso me pone de los nervios.
Punto y aparte merece el tema de colocar las toallas del baño en su sitio. Tarea fácil y que no requiere apenas esfuerzo. Pues no hay manera oiga. Y yo claro, cada vez que entro al baño, lo primero que hago es colocar las toallas en su sitio. Si a mí no me cuesta anda ¿por qué a mis hijas sí? Grgrgr.
Y llegamos al tema de la ropa. ¡Ay la ropa! cuando crecen y son autónomos para elegir qué se ponen, cómo se lo ponen y cuándo, que maravilloso momento. Claro que mejor es cuando se la quitan y cae, donde cae. En el colgador de la habitación de mi hija mayor se puede acumular ropa de varias temporadas si no voy yo a revisarla de vez en cuando y tomar acción. Cuantas veces he estado tentada de no hacer nada. He pensado, venga, lo dejo ahí, y cuando su armario al completo esté fuera, sucio y arrugado, igual reacciona. Pero es superior a mis fuerzas intrínsecas. No puedo dejarlo pasar. Otro comportamiento muy de madre: pasar por la habitación de tus hijos recogiendo ropa de la cama, del suelo, de la silla, del perchero…
Pasemos al ámbito de la comida ¿sois las únicas en vuestra casa que quitáis los envoltorios de cartón de los yogures antes de meterlos en la nevera? Yo sí. Vamos a ver familia ¿tanto cuesta? Os respondo: no, no cuesta nada. Lo de encontrar el envoltorio de cartón VACÍO ya son palabras mayores. Menudos pollos he montado yo en mi casa por esto. No sé si será muy de madre o qué, pero no soporto ver los cartones en la nevera y me enerva ser la única en mi casa a la que le molesta esto.
No sé qué pensáis de todo esto, quizás que soy un poco psicótica o quizás somos toda una comunidad de hombres y mujeres que lo sufrimos.
Os dejo un artículo sobre «la habitación del adolescente» que me ha parecido bastante interesante, por si os interesa el tema, muy conectado con meditaciones en este post. https://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20131018/54391124966/la-habitacion-del-adolescente.html
¡Feliz semana!
im-perfectas.com 
Muy identificada con todo lo que comentas, compañera… yo también voy apagando luces, recogiendo las zapatillas de estar por casa (que no se por que razón nunca están en los pies de mis hijos), ropa y juguetes varios… Es agotador. Una de las cosas que más me enervan (y que es super de madre) es que no sean capaces de encontrar nada. ¡Pero si está todo en su sitio, copón! Y sí, hace años que digo la famosa frase de «a que voy yo y lo encuentro». Y voy y lo encuentro, claro.
Una cosa te voy a decir, Mari Kondo, hoy he empezado a quitar el cartón de los yogures antes de guardarlos en el frigorífico. Nunca lo había hecho antes… ¡qué práctico!
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Yo también voy y lo encuentro 🙂 Muy de madre si, muack!
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Jajajaja… pensaba que yo era la única que quitaba el cartón de los yogures antes de meterlos en la nevera, y no veas el coraje que me da. Me alegra saber que no estoy sola!
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Yo es que lo veo tan claro… 🙂
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Podía haber escrito todo yo, punto por punto…
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Somos muy madres jajajaja
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Si te sirve de consuelo, te diré que no hace falta convivir con adolescentes para esto. Yo convivo con el churri y me he visto reflejada en todas y cada una de las situaciones… En fin, paciencia. A tus hijas lo mismo se les pasa; con el churri ya poco se puede hacer.. Jajajaja. Besotes!!!
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🙂 Si, llegados a una edad, hay cosas que tienen difícil solución, pero no imposible!
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Lo confieso: yo NO le quito el cartón a los yogures (hasta que no empiezo el paquete) 😉
Me temo que todas tenemos tics de esos, aunque no seamos madres, pero muchos los traemos heredados de nuestras propias mamás, jejeje…
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¿pero se lo quitas con el primero que sacas o va quedando el catón ahí solitario conforme salen los yogures? A mi lo que me molesta es que vayan sacando yogures y el cartón permanezca en la nevera 🙂
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Ahhh, no, cuando los empiezo se lo quito, más que nada porque es incomodísimo dejarlo 😀
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jajjaa nos hemos convertido en nuestras madres!
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¡Tal cual!
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