Voy a empezar a lo pedante. La primera acepción del término «politizar» según la RAE es «dar orientación o contenido político a acciones, pensamientos, etc., que, corrientemente, no la tienen». En periodos electorales, es prácticamente inevitable ver esto en las pantallas a diario, pero tengo la sensación de que vivimos en permanente politización de casi todo. Me pregunto si la política es el origen y la solución a todos nuestros males. Llamarme escépticas, pero confío poco en que nuestros políticos puedan arreglarnos la vida.

Me preocupa especialmente este tema relacionado con la amistad. En el tratado de la amistad de Ciceron se señala que la política es la causa fundamental de la discordia entre amigos. Si el filósofo levantara la cabeza… En teoría la política se ocupa de lo publico, pero el impacto que esto tiene en el individuo y en el individuo dentro de su colectivo hace que sea complicado no ponerle pasión a nuestras ideas políticas y por ende, trasladarlo a los sentimientos con respecto a otros, sean amigos o no.
Sin entrar en detalles, pensemos en el tema de Cataluña y como no sólo amigos, también familias enteras se han separado por pensar diferente sobre la independencia. Llevar lo público a lo personal tiene estos riesgos. Últimamente estoy bastante enganchada a Instagram, sigo cuentas de todo tipo, pero que yo sepa ninguna con fines políticos. Y es una decisión consciente, entro en esta red social para echarme unas risas o saber de mis amigos, enterarme de recetas o sacar algo de motivación en términos de salud (ya sabéis, estas cuentas que hablan de lo bueno que es hacer deporte y comer bien…). Me asombra ver con cierta frecuencia comentarios del tipo «si vas a votar a tal o cual partido no eres bienvenido en esta cuenta» o «los followers de tal o cual partido ya podéis salir por la puerta«. Instagramers de cualquier tema convertidos en haters de políticos. Cada uno es muy libre de hacer o decir lo que piensa, pero yo es algo que veo fuera de lugar. Politizar una cuenta de decoración no es lo que espero encontrar. Si, soy muy libre de no seguir esas cuentas y ellos de no quererme en su lista de seguidores, pero no le veo sentido.
Y volviendo al temas de los amigos y cómo las discrepancias políticas generan enemistades. Cuando alguien, amigo o no, defiende ideas politizadas que te pueden afectar y que son totalmente divergentes a las tuyas, es inevitable que se generen sentimientos de rechazo. Para mi al menos lo es. Pero lo que me da pena y creo que si podemos evitar es que las ideas que defienden los políticos a los que somos más afines nos posicionen frente a nuestros amigos o familiares hasta el punto de romper lazos o enfriar relaciones. Que muchas veces precisa de un esfuerzo supremo, si, claro, se tocan temas que nos afectan directa o indirectamente, pero no es imposible.
Creo que se nos va de las manos y por suerte coincido bastante en lo esencial* con la mayoría de mis amigos más cercanos, pero también discrepo en muchos detalles** y no pasa nada, al menos para mi. Nuestras ideas están intrínsecamente ligadas a nuestras experiencias, origen, situaciones vividas… y todas ellas son únicas, no es posible coincidir en todo de corazón. Lo entiendo y lo respeto.
Dicho lo anterior, estoy de la política y de la politización de casi todo, hasta el moño.
*Lo que yo considero esencial, que puede no coincidir con lo que ellos consideran esencial 😉
** Detalles que igual para ellos son esenciales
Uf, tema peliagudo… En España somos muy de acalorarnos, de «bronca ibérica», como dice Auserón. A mí, que soy muy reacia al conflicto, me da pavor cuando las disensiones políticas se apoderan de las conversaciones (porque yo misma he terminado encendida más de una vez). Personalmente, nunca he llegado a dejar de hablarme con nadie por ese motivo y entre mis amigos hay gente que piensa de forma muy distinta y de diversos espectros políticos. Ninguno, que yo sepa al menos, simpatizante de la extrema derecha. Sí me supondría un conflicto mantener una amistad con una persona que defendiera posiciones fascistas, homófobas o racistas. (Por desgracia, el plumero racista se lo veo a unas cuantas personas a las que aprecio, y me apena bastante).
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* Me he dejado las posiciones machistas.
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Creamos demasiadas barreras y eliminamos muy pocas fronteras.
Somos un@ y tod@s buscamos lo mismo: ser felices.
Sukhi (feliz) día. 🙂
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Es una pena sí, pero al polarizarse la política el respeto al otro requiere de un esfuerzo extra. Un post necesario!
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