Mujeres, locura, música y libros

El mes pasado no hubo post en im-perfectas. Probablemente nadie lo haya echado de menos. Dicen que el blog ha muerto y es posible que en toda la vorágine de nuevos formatos de comunicación on-line un medio que obliga a la reflexión reposada, a leer, esté pasado de moda. Me da igual. No voy a dejar de escribir. Y no voy a dejar de leer. Aunque cada vez me cueste más, como ya decía hace años hablando de las Microlocas. Es complicado encontrar el hueco. Los quehaceres —muchas veces autoimpuestos— laborales, familiares, sociales, digitales… me atormentan, me aturullan, me despiertan por las noches. Hasta escribir aquí se había convertido en una obligación autoimpuesta, una de esas de las que solo yo soy consciente. Me atosigaba la culpa por faltar a esa cita mensual que me había marcado. Qué tonta, ¿verdad?

Voy a decir en mi defensa que no soy la única tonta. Detecto este patrón en muchas más personas a mi alrededor, especialmente mujeres. Tenemos inflamado el sentido de la responsabilidad nosotras. Nos metemos mucha carga en las alforjas aun a costa de perder el equilibrio y hacer peligrar nuestra salud, la física y la mental. Estamos todas medio tarumbas con tanta tarea. Al hilo de esto, mi amiga, Mamen (comadre del cole de mis hijos) lanzó el proyecto de «Poco Locas Estamos» hace unos años. Empezó a imprimir bolsas con ese lema para visibilizar la locura maternal y mujeril. De hecho, una buena parte (no sé si todo) de los que obtiene con las tote bags se destina a una asociación de mujeres de nuestro barrio: Nosotras Mismas, cuyo objetivo principal es brindar apoyo psicológico a las vecinas. Ni que decir tiene que me ganó para la causa desde el minuto uno. ¡Creo que todas las im-perfectas tenemos la bolsa de PLE!

No aspiro a la cordura total que, como bien dice mi admirada Rosa Montero, también entraña sus peligros, pero reconozco que la locura me da miedo. No ser capaz de calibrar entre lo urgente y lo importante, perder el norte, venirme abajo y no poder subir. Soy afortunada por tener localizados determinados recursos que me ponen los pies en la tierra y sacan del agujero. Hay dos de ellos que llevan en mi vida desde la infancia: la lectura (y la escritura) y la música. Ambas actividades tienen la facultad de hacerme volar, de viajar en el espacio y en el tiempo, de excitar mi imaginación, de vivir otros mundos y otras sensaciones. Y hace años que las combino en Canciones de Buen Rollo, hablando de temas musicales que me ayudan a sentirme bien.

Escribir siempre es un reto y hacerlo sobre música más todavía. Siendo mujer es además casi una osadía, en un mundo en el que hasta hace nada las mujeres pintábamos muy poco. En Canciones de Buen Rollo somos dos mujeres con sus complejos y sus locuras: im-perfectas. Carol y yo llevamos 12 años usando ese canal como vía de catarsis, de purificación, de cura y también de diversión. Y ahora además lo hemos convertido en libro. Un volumen cuajado de canciones que se entrelazan entre nuestras anécdotas, vivencias y sensaciones. Temas que nos vinculan a determinadas personas, o que nos hacen viajar en el tiempo, que nos aportan el grado justo de locura. Y es que poco locas estamos para todo lo que tenemos encima. Menos mal que nos quedan los libros. Y las canciones. Esperamos que Canciones de Buen Rollo os ayude y lo disfrutéis tanto como nosotras, imperfectamente.


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